Desde el pasado 20 de noviembre se está diputando el Mundial de Fútbol de Qatar. Un evento que, más allá de la fuerte -y justificada- polémica por los Derechos Humanos, se ha vuelto a convertir en centro de atención internacional por todo el Globo, ayudado por las emisiones audiovisuales.
Durante un mes millones futboleros disfrutan del torneo a través de la televisión u otros formatos audiovisuales dentro de un contexto de celebración y enmarcados en la Ley de Derechos Audiovisuales. No obstante, muchos son los empresarios que aprovechan la emisión del mismo para hacer el agosto esquivando la línea de la legalidad, con el perjuicio de muchos otros.
Fiesta y pelea
En este contexto, el sur de Tenerife se ha convertido durante la celebración del Mundial en centro de atención. En primer lugar, por el ambiente festivo que enmarca un torneo de este calibre en una zona de la isla caracterizada por la multitud de países de origen de los visitantes.
En segundo lugar, y lamentablemente, por las imágenes que dieron la vuelta al mundo por la multitudinaria pelea entre presuntos aficionados de la selección de Inglaterra y de Gales en la popular zona de Las Verónicas, Arona, que obligó a configurar un operativo policial a posteriori para el resto de partidos (el Inglaterra-Gales de este miércoles, sobre todo).
ring
Pirateo
Sin embargo, hay una tercera cara que está dejando el Mundial de Qatar en la comarca sureña, que es la emisión ilegal de los partidos.
En este sentido, según ha podido observar Atlántico Hoy, más de la mitad de los locales del sur que emiten partidos de fútbol lo harían fuera de la ley. Esto es, sin contratar los derechos para la emisión de los mismos estipulados para locales de restauración y hostelería.
Problema agravado
Una situación que podría ser habitual durante todo el año, pero que la magnitud que alcanza el Campeonato del Mundo ha agravado las economías de los que sí cumplen y beneficiando exponencialmente a los infractores por las consecuencias de la afluencia de seguidores de todos los países.
Así, locales que emiten los partidos por señales piratas o por conexión a internet se aprovecharían de esta situación para ampliar el aforo permitido, con una seguridad de llenar las sillas y mesas, y ahorrando costes en la ausencia de adquisición de los derechos audiovisuales para invertir todos los ingresos extra en aumento de la plantilla para seguir dando servicio a la clientela.
Ilegalidad sin obstáculos
Un círculo vicioso que, mientras nada se lo impida, seguirá creciendo exponencialmente hasta llegar al desenlace de la final del Mundial y que generará ingentes beneficios a los empresarios de estos locales.
Tal es así que, llegado el caso y ser descubiertos, tanto la multa como darse de alta a posteriori para los derechos, podría salirles a cuenta.
Un paraiso para ver el Mundial
En una zona que se destaca por el turismo extranjero, muchas son las nacionalidades que este mes han elegido el sur de Tenerife para conciliar una de las emisiones más potente a nivel internacional, como es un Mundial de fútbol, con el buen clima de Canarias y con la oferta amplia de locales que ofrecen los 64 partidos del torneo, entre encuentros con señal en abierto y partidos pirateados.
Una situación que perjudica notablemente a los locales que sí se mantienen dentro de la legalidad, ya que los fraudulentos les ‘roban’ clientela potencial por el mero hecho de emitir los partidos, encontrándose prácticamente vacíos cuando se encuentran anexos o muy cercanos unos de otros.
Locales idénticos, pero diferentes
Se da la paradójica situación de que un peatón puede encontrarse dos locales similares en metros cuadrados y en oferta, uno al lado del otro, pero que en uno se emita el fútbol fraudulentamente y el otro no lo emita, generando un perjuicio directo a los últimos, pues la mayoría accede al de la emisión deportiva.
No obstante, no es más que un mal endémico en el sur de Tenerife que, con las ligas europeas, se repite semanalmente aunque en menor medida.