La Justicia rechaza la demanda de Foro por La Isleta contra el taller de yates de lujo en el Puerto

El centro náutico de Rodritol para 'megayates' arranca con el izado de las primeras embarcaciones en la explanada de 12.000 metros construida en el muelle de Refugio

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Cuatro barcos en el nuevo centro náutico del Puerto de Las Palmas que gestiona Rodritol. / AH
Cuatro barcos en el nuevo centro náutico del Puerto de Las Palmas que gestiona Rodritol. / AH

El Foro por La Isleta pierde su primera batalla contra los proyectos que tramita el Puerto de Las Palmas. Un juzgado de lo contencioso admnistrativo ha desestimado la demanda interpuesta por la plataforma vecinal contra el centro de reparación de grandes yates, que ha sido construido por Rodritol en el muelle de Refugio, a pocos metros de la pasarela Onda Atlántica y del barrio portuario.

El propio Foro, que está integrado por colectivos vecinales, sociales y cuturales, ha confirmado el rechazo del recurso, que iba dirigido contra una reforma del proyecto autorizado para crear un "centro náutico de servicios de atención a embarcaciones de gran porte y otras profesiones análogas".

Debate

El juzgado, por tanto, confirma la autorización dada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para modificar dicho proyecto.

Los vecinos están pendientes de reunirse en asamblea para decidir si recurren la resolución judicial o fijan una estrategia común similar a la de la planta de gas, una infraestructura pendiente de informes ambientales en el Gobierno de Canarias a la que se opone el Ayuntamiento y el Cabildo de Gran Canaria por su impacto en salud de la ciudadanía.

Miembros del Foro y de Ben Magec Ecologista en Acción han pedido a la Autoridad Portuaria de Las Palmas que revise de oficio el proyecto de Totisa Holding SA para que no salga adelante la planta de gas y de electricidad proyectada en la dársena de África, pero la administración portuaria esperará a tener los informes medioambientales para tomar una decisión, con el argumento de evitar posibles reclamaciones patrimoniales y dar seguridad jurídica a las empresas con interés de invertir en el Puerto.

Una de las grúas de Rodritol con una embarcación en el taller de grandes yates del Puerto de Las Palmas. / AH
Una de las grúas de Rodritol con una embarcación en el taller de grandes yates del Puerto de Las Palmas. / AH

Primeros barcos

El caso del denominado taller de megayates es diferente a la regasificadora, pues cuenta con informes favorables, está casi terminado, su actividad no tiene nada ver con los combustibles fósiles y ha recibido las primeras embarcaciones este mismo mes, por lo que está operativo en la gran explanada construida junto al acuario Poema del Mar.

Hasta cuatro barcos o lanchas han sido izadas estos días por las dos grúas adquiridas por Rodritol, de 110 y de 850 toneladas de capacidad, que ha invertido 7,8 millones de euros para hacer realidad el recinto, con un plazo de concesión de 35 años para amortizar las instalaciones. 

Edificios

Las obras de la primera fase del proyecto, a grandes rasgos, han consistido en el dragado de la dársena para mejorar el calado y poder recibir los yates de lujo a los que aspira el centro náutico, así como los muelles de hormigón con los fosos de las grúas pórtico y la instalación de los pantalanes flotantes para el atraque de las embarcaciones, entre otras actuaciones como una zona de maniobras de 500 metros cuadrados y la urbanización de una gran parte de la parcela concedida, con más de 12.000 metros cuadrados y necesidades de pavimentación, canalizaciones de servicios o de cerramientos para garantizar la seguridad.

Queda por ejecutar la segunda fase, que consiste en rematar la urbanización con tres inmuebles para el funcionamiento del recinto: uno de 500 metros cuadrados, otro de 700 y un tercer edificio de dos plantas: una baja de casi 800 metros y otra en la parte alta de poco más de 200 metros. La fecha establecida para terminar esta última parte es marzo de 2025.

El recurso de Foro por La Isleta va dirigido precisamente contra esta parte de la obra. La empresa ha reducido la altura de la nave destinada a pintar los barcos para facilitar su integración y reducir el impacto visual, pero el colectivo cree que ese impacto será mayor, pues las embarcaciones no entrarán en la nave y tendrán que ser pintadas al aire libre, entre  otros argumentos y consideraciones ambientales que no han sido estimadas por el juzgado.