El autocaravanismo es un sector en boga en Canarias que, aún con sus limitaciones territoriales, ha ido consiguiendo nuevos adeptos en las islas, además de los turistas nacionales e internacionales que se desplazan al archipiélago ara disfrutar de las bondades de Canarias con la casa a cuestas.
Un contexto que ha generado numerosos conflictos y por el que voces autorizadas del turismo empiezan a subir el tono en pos de una regulación del sector para una convivencia plena entre los autocaravanistas y el resto de ciudadanos y alojamientos turísticos.
Evitar la "anarquia"
Es el caso de Jorge Marichal, presidente de Ashotel, quien ha compartido a Atlántico Hoy la necesidad de “dotar de infraestructuras para que este tipo de experiencia vacacional se pueda realizar en condiciones normales, como en el resto de Europa. Lo que no puede ser es que en nuestras islas la anarquía campe por sus anchas, que se pueda aparcar de cualquier manera, que se pueda estacionar sin tener todos los permisos y sin tener la evacuación de aguas grises, entre otras cosas”.
Entendiendo los campings como “la manera de hacer el autocaravanismo”, Marichal no comprende que “las administraciones públicas canarias no se hayan percatado de que es una actividad que puede ser perfectamente factible” y que “es una actividad turística de las islas y, por lo tanto, hay que preparar infraestructuras acordes para que puedan favorecerse también de todos los beneplácitos y parabienes que tienen nuestras islas en cuanto a esta metodología de experiencia vacacional”.
En este sentido, afirma que lo que hay que hacer es “no solamente ordenar para lo malo, sino ordenar también para lo bueno”. Entre las muchas cosas a tener en cuenta, para Marichal “sobre todo, la dignidad de los caravanistas tiene que estar por encima de todo y que esa dignidad sea confluyente y coordinada para que no invada la dignidad de los paseantes de los paseos marítimos de las islas”.
Cara B del autocaravanismo
También apunta con sinceridad que “hay sitios donde el espectáculo matutino es bastante desagradable y creo que en eso tenemos que estar todos de acuerdo”, por lo que expone que hay que respetar los derechos de los que quieren hacer este tipo de actividad e insiste en la dotación de infraestructuras y de sitios donde se pueda ejercer “con todas las garantías”.
Todo ello sin olvidar “el respeto a los demás a que no se pueda acampar en cualquier sitio ni de cualquier manera y que no se puede sacar una mesa para desayunar en cualquier paseo marítimo o cualquier playa de nuestras islas porque en ningún sitio de Europa se hace eso y no vamos a ser los primeros”.
La regulación
Sobre esa regulación que observa necesaria, el presidente de Ashotel expresa que tiene que recoger, “primero que nada, instaurar qué es esta actividad, cómo se califica esta actividad y, por lo tanto, remitir a todos los ayuntamientos, que creo que es competencia municipal, el hecho de una obligatoriedad de dotar de infraestructuras a esta experiencia vacacional”, reitera.
Asimismo, asegura que “hay gente que le gusta y yo eso lo respeto, pero también tendrán que respetar, como respetamos los hoteleros a los que nos dicen desde hace muchísimos años dónde, cómo y cuándo tenemos que construir. No solo construir, si no también operar”.
Claves principales para el equilibrio
Por lo tanto, sintetiza Jorge Marichal, “lo que se tiene que fomentar son los campings ordenados, infraestructuras decentes, dignas, en buenos sitios y que podamos coordinarnos para que todas las actividades turísticas puedan suceder sin ningún tipo de conflicto”.
Por último, el también presidente de la Federación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) aclara que “la confluencia” entre el sector del autocaravanismo y el hotelero “es tan buena que, incluso, la Federación Española de Camping está incluida dentro de la CEHAT y compartimos mesa, despacho e, incluso, oficina en Madrid”.