La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) abrió en diciembre una consulta pública para desregular las líneas submarinas de telecomunicaciones que conectan varias islas. Es un mercado que en su mayoría ya estaba desregulado, pero Competencia mantenía ciertas obligaciones a Telefónica al respecto de la interconexión en varias islas, algo que dejará de ser necesario por el aumento de la competencia.
En 2018 la CNMC analizó que parte del mercado de segmentos troncales de líneas arrendadas al por mayor es competitivo salvo en nueve rutas troncales. La mayoría de estas rutas están en Canarias y entonces estaban dominadas por Telefónica: las líneas Tenerife–La Gomera, Tenerife–La Palma, La Gomera–El Hierro; Gran Canaria–Fuerteventura y Gran Canaria–Lanzarote.
Telecomunicaciones bajo el agua
Estas líneas son las que permiten que estas islas tengan acceso a fibra óptica y a las telecomunicaciones en general. Hay que tener en cuenta que este sector, el de las telecomunicaciones, si bien se ha expandido también aeroespacialmente son las interconexiones submarinas las que copan el grueso de su mercado, que hace unos años estaban copados por empresas estratégicas, pero que ahora es mucho más competitivo.
Desde 2009 ya solo quedaban 10 líneas reguladas y en 2018 con la aparición de la empresa pública del Cabildo de Tenerife Canalink SL, que tenía “una infraestructura paralela a la de Telefónica de España” se desreguló la línea Península-Canarias. Las nueve líneas que quedaron son las que ha planteado desregular la CNMC.
Mayor competencia
Telefónica ha ido perdiendo presencia poco a poco en el mercado de los cables submarinos, aunque sigue siendo la gran protagonista al ofrecer servicios del mercado al por mayor. Actualmente, según el análisis hecho por la CNMC, Telefónica ha perdido entre un 2% y un 16% del mercado de 2016 a 2022 en diferentes islas. Solo en La Gomera su presencia ha aumentado ligeramente.
“A pesar de que los operadores alternativos tienen que afrontar los costes de las rutas troncales que conectan los territorios a las islas mayores o a la península, en todos ellos, excepto en las islas más pequeñas (La Gomera, El Hierro y Formentera), se ha producido entrada de operadores alternativos usando infraestructura propia”, analiza la CNMC.
Con la regulación de las líneas las obligaciones a las que está sometida Telefónica se centran en proporcionar líneas los servicios mayoristas de líneas alquiladas a todos los operadores, que estos servicios tengan precios orientados a los costes, en la obligación de no discriminar y de ser transparencia en la prestación de los servicios y en elaborar una oferta de referencia donde se concreten las condiciones en las que Telefónica presta estos servicios.
Las barreras
La propia comisión también analiza las barreras que se encuentran las empresas en estas rutas reguladas, que se centran en los territorios más pequeños y con menor población, lo que provoca que “la demanda potencial de líneas alquiladas troncales por sí sola puede no ser suficiente para que un operador decida desplegar un cable submarino alternativo al de Telefónica con el único propósito de proporcionar este servicio”.
En en análisis también recogen que en las islas menores es necesaria al menos dos rutas, ya que la conexión a la península se hace desde las islas capitalinas. “Todos estos factores hacen que estos territorios sean a priori poco atractivos para la inversión por parte de los operadores en un cable submarino alternativo al de Telefónica para proporcionar exclusivamente circuitos alquilados troncales”, recoge la CNMC.
Hacia el mercado desregulado
Esto ha provocado que Telefónica sea el único operador con cables submarinos operativos en las líneas: Tenerife – La Gomera, La Gomera – El Hierro, Gran Canaria – Fuerteventura y Gran Canaria – Lanzarote. “No obstante, existen diversos factores que en muchas situaciones permiten superar las barreras de entrada para el despliegue de cables submarinos alternativos”, contrapone el análisis, como son otros usos de los cables y el despliegue de cables por parte de las administraciones.
En este punto es donde el análisis de la CNMC destaca el despliegue de los cables de la empresa participada por el Cabildo de Tenerife Canalink, que ya cuenta con varias líneas y que está inmersa en un proyecto de conexión de tres islas (Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura) que ha sido financiado con fondos europeos y que está previsto para 2026.
En definitiva, la comisión considera que a día de hoy ya no existen las barreras estructurales que impiden el despliegue de cables submarinos alternativos por lo que planteó el pasado diciembre la desregulación de las líneas de las islas que todavía estaban bajo la regulación.