Los sectores que participarán en el despliegue de la eólica marina cada vez están más inquietos al respecto de los tiempos que maneja la administración. Tras la publicación de los Planes de Ordenación del Entorno Marítimo todavía queda un largo camino de regulación y subasta para que los aerogeneradores generen electricidad en el mar canario, aunque las industrias implicadas prácticamente ya están preparadas, como demuestran los prototipos que ya están en marcha.
Pese a que desde el Gobierno regional ya han adelantado que el primer parque eólico marino no llegará hasta 2027, desde el sector portuario aseguran que ya están listos para la puesta en marcha. Así se ha defendido en los segundos Desayunos Renovables organizados por el Clúster Marítimo de Canarias y Fedeport este jueves, donde diferentes profesionales del sector han destacado el potencial de la industria canaria frente a un crecimiento de la demanda constructiva que en la península no son capaces de responder.
Así lo explicó durante su intervención el director de Miller & Cía, Airam Díaz, quien destacó que la empresa pública Navantia ya ha informado que solo es capaz de responder al 20% de su demanda, por lo que explica que es un ejemplo de la oportunidad que tienen los puertos de regiones como Canarias para desarrollar esta industria. “Esto nos tiene que hacer reflexionar y abrir la mente”, comentó al respecto de la apuesta por desarrollar esta industria en el archipiélago.
La ruta hacia la eólica offshore
El pasado 28 de febrero el Consejo del Gobierno nacional aprobó los POEM, estableciendo para Canarias seis polígonos para el desarrollo de la eólica offshore, que en total abarcan 562 kilómetros cuadrados. Pero esta definición no implica que estas áreas se vayan a llenar de aerogeneradores. Si en un primer momento, el Plan de Transición Energética de Canarias planeaba el desarrollo de esta tecnología en Lanzarote y Fuerteventura, el consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, ya lo ha descartado.
“Desde un punto de vista empresarial vemos muchas noticias discordantes que no aclaran la posición de la administración”, comentó Díaz al respecto de los cambios de opinión administrativos de la Consejería. “Para nosotros es importante saber si apoyan al 100% esta industria o si van más por la fotovoltaica, porque estamos hablando de inversiones importantes. Es importante que la administración acompañe a ese tipo de iniciativas”, añadió.
Las fases de desarrollo
En definitiva, reclaman claridad antes de invertir. Tal y como explicó el director, la puesta en marcha de la eólica marina implica en una primera fase la importación, fabricación, montaje y ensamblaje de los molinos. Si bien en un primer momento para la puesta en marcha de la eólica marina se explicaba que las unidades iban a importarse de Europa ya fabricadas y aquí se iban a atracar, “nos hemos dado cuenta de que tenemos un tejido empresarial potente que puede dar capacidad a una gran parte de estas fases iniciales del proyecto”, explicó Díaz.
La segunda de las fases es la operación, mantenimiento, logística, manipulación y transporte de los parques eólicos. Es decir, todas las actuaciones que debe llevar a cabo la industria durante la vida útil del parque y su posterior desmantelamiento. En total, todo el despliegue implica la participación de diversos tipos de empresas: astilleros, grúas, barcos de transporte, soldadura, buceo, logística y un largo etcétera. Según Airam Díaz serán hasta 245 empresas de 22 sectores las implicadas en el desarrollo de la eólica marina.
Potenciar los puertos
En todas estas actuaciones los puertos serán los escenarios que protagonizarán el desarrollo. Por ello, desde defiende que tanto el puerto de la Luz como el puerto de Granadilla en su unión permitirán el desarrollo de la eólica marina, tanto por el auge de las tecnologías en el puerto grancanario como por el espacio que tiene el tinerfeño. Actualmente, la Autoridad Portuaria de Las Palmas tiene sometido a concurso público la plataforma para la construcción y desarrollo de esta tecnología.
Aunque Díaz explica que todavía hay que invertir en grúas y equipos de traslado horizontal, almacenaje y capacidad portante, y polivalencia. “Somos conscientes de que si esa industria se llega a explotar aquí en Canarias, la inversión va a tener que ser aún mayor”, ha explicado. Es decir, están preparados pero solo en el escenario de investigación actual todavía hace falta inversión tanto pública como privada. “Los empresarios estamos dispuestos a invertir”, ha asegurado.
“Esta es una industria que va a dar mucho juego a muchas empresas dentro del tejido marítimo portuario. Vamos a tener dificultades, incluso para poder llegar a dar servicio a todo lo que nos viene”, aseguró. En su opinión toda la cadena de valor de la industria ya puede obtener respuesta desde las islas.
Pero todavía queda mucho por hacer antes siquiera de ver el primer parque eólico marino en Gran Canaria. La alegoría usada por los miembros del sector portuario durante la conferencia fue la deportiva: con los POEM se tiene el terreno de juego, pero todavía saltan las reglas del juego, es decir, la regulación que regirá el despliegue y por último la subasta. Así que aunque la cadena de valor estuviera preparada, que no lo está al 100% porque para dar respuesta a estas necesidades Canarias todavía no cuenta con todos los profesionales (aunque sí a las empresas), el camino a seguir por parte de la administración todavía es largo.