El Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) ha elaborado un informe en el que desglosa los tributos locales que se pagan en España mediante una comparativa por provincias y municipios. Los datos, que corresponden al año 2023, son tan reveladores como sorprendentes. Uno de los que analizan con mayor profundidad es el Impuestos de Bienes Inmuebles (IBI), se trata del que abonan en una ciudad los propietarios de pisos, tiendas o incluso plazas de aparcamiento. Lo más curioso es que de media, los dueños en Las Palmas de Gran Canaria se enfrentan a uno más caro que en grandes urbes como Madrid o Barcelona.
La tabla elaborada por REAF desgrana las cantidades en función del valor catastral de la vivienda. Para una de 50.000 euros en el ayuntamiento grancanario el IBI es de 335 euros mientras que en la ciudad catalana es de 330 y en la capital del país son 228. Si alguien se va al otro extremo, hasta locales que lleguen al medio millón, en la localidad de las Islas se debe hacer frente a un pago de 3.350 euros —50 más que en Barcelona o 1070 por encima de Madrid—.
Por zonas
Merece la pena resaltar que los datos corresponden a una media. No es lo mismo ingresar en las arcas municipales el IBI de barrios como La Isleta, Triana o Escaleritas. Todo dependerá del área en el que se encuentre, pero el informe no aporta esa información. Para dar aún más contexto, una propiedad de 100.000 euros en Las Palmas de Gran Canaria supone 670 en el Impuesto de Bienes Inmuebles. En la ciudad condal son 10 euros menos y en la madrileña 214 por debajo.
El texto recoge que si se consideran las diferencias que se han producido desde 2018 hasta el año pasado para un valor catastral de 100.000 euros, con la pandemia de por medio y sus posibles efectos en los tipos impositivos locales, el comportamiento ha sido dispar entre capitales de provincia “y así algunas han reducido la cuota a pagar mientras que otras la han incrementado”. El apunte es curioso, pero no especifica cifras de Canarias. En Madrid, por ejemplo, el IBI en ese periodo ha caído en 54 euros.
Provincias
Eso sí, se puede extrapolar a las Islas porque el texto relata que existe un patrón de comportamiento en los municipios en cuanto a su estrategia fiscal en el IBI tras la pandemia. “Si bien podríamos afirmar que, generalizadamente, se ha mantenido o reducido el tipo impositivo en la mayoría de capitales de provincia; en concreto de las 46 capitales de provincia (excluidas Ceuta y Melilla), en 14 de ellas no se ha modificado la cuota resultante y en 24 se ha reducido”, agrega.
Volviendo a la comparativa con Las Palmas de Gran Canaria, ¿qué pasaría si la casa tiene un valor catastral de 200.000 euros? La respuesta vuelve a ser la misma: seguiría habiendo un IBI más alto que en Madrid (902 euros) o Barcelona (1.320 euros). En la urbe del Archipiélago está fijada de media en 1.340. La historia se repite con las propiedades de 300.000 euros en el catastro: 2.010 euros en la capital de la Isla, así como 1.980 en la ciudad barcelonesa o 1.368 en el Consistorio dirigido por José Luis Martínez Almeida.
Sistema de financiación
Ahora bien, se da una especie de paradoja. Las Palmas de Gran Canaria recaudó con el IBI urbano 84.291.379 euros el año pasado, una cifra considerablemente menor si se compara con las dos principales ciudades del país: 1.515.938.163 en Madrid y 731.740.700 en Barcelona. Además, desde la REAF consideran que “ha pasado mucho tiempo desde la última revisión del marco normativo tributario local –año 2002–, por lo que es necesario plantear una actualización inmediata de estos tributos”.
“Aunque, al igual que en el caso de la reforma del sistema de financiación autonómica –quizás aún más urgente–, la situación política puede dificultar el alcanzar un consenso mínimo para abordar los cambios necesarios”, prosigue. Se da la circunstancia de que en la capital grancanaria se recaudan en ingresos municipales por habitante 659 euros, algo por debajo de la media nacional que está situada en 705.
Las haciendas locales
En el documento se detalla que “las haciendas locales necesitan recursos para poder realizar sus políticas de gasto público, siendo los tributos locales una de las principales fuentes de financiación, cuya reforma es un tema en el cual se incide de manera reiterada a lo largo del tiempo por parte de los gestores y los investigadores locales, si bien no recibe el apoyo institucional que podría ser necesario”.
“Por ello, las haciendas locales están continuamente en el punto de mira, pues la necesidad de obtención de más ingresos con los cuales hacer frente a sus políticas públicas y la excesiva dependencia de otros niveles de administración, están siendo continuamente cuestionados en diferentes ámbitos”, sentencia.