Falta un mes exacto para que llegue la Navidad. Unas fechas que vienen acompañadas de cenas con familiares, amigos y compañeros de trabajo. Son varios los asuntos que se pueden escuchar alrededor de la comida preparada con mucho amor por quienes tienen mejor mano en la cocina. Pero este año, aviso a navegantes, si hay alguien en la mesa que tenga en su propiedad un inmueble destinado para uso turístico no está claro que sea buena idea sacar el tema de si es positivo o no regular la vivienda vacacional.
Más que nada, por no erosionar la buena sintonía que debe existir en Nochebuena, Fin de año o Reyes. Al día siguiente, con la resaca, hay vía libre para abordarlo. La cuestión es que se trata de un punto caliente por las discrepancias que existen entre algunos dueños de estos pisos, el Gobierno de Canarias y, ahora, los hoteleros. “Es una competencia desleal sobre el turismo tradicional”, afirma Manuel Florido, director del Hotel Santa Mónica (Maspalomas).
Los empresarios
Este miércoles la Cámara de Comercio de Gran Canaria fue el escenario de un debate que, tarde o temprano, iba a detonarse. Una parte de los directivos que está al frente de hoteles en la Isla planteó que la entidad se posicione a favor de regular la vivienda vacacional y tienen argumentos de peso para hacerlo. Atlántico Hoy ha tenido la oportunidad de hablar con algunos de ellos para conocer de primera mano por qué han adoptado esa postura. Coinciden en que es urgente para que todos jueguen en igualdad de condiciones.
Entre el sector empresarial no se había abordado con tanta contundencia hasta el momento. Solo formaba parte de corrillos y conversaciones de pasillo, pero eso se acabó porque, según ha podido saber este periódico, en la próxima Comisión Ejecutiva de la Confederación Canaria de Empresarios el tema estará sobre la mesa. Ha llegado un punto en el que es imposible ignorarlo.
"Es un grave riesgo"
Florido expone que hoy en día no hay un reglamento donde se especifique un mínimo de calidad a cumplir por parte de las casas turísticas. “Es un grave riesgo para la imagen del destino”, exclama. Añade que las dimensiones de la vivienda vacacional llegan hasta el punto de que “uno de cada tres turistas, el 35%, se aloja en una”.
Laura Meyer es la CEO de Hotelplan Group, una compañía suiza que gestiona recintos hoteleros en el Archipiélago y que, además, también tiene entre sus clientes a una empresa dedicada a la vivienda vacacional. “Yo entiendo que debe haber una regulación que asegure que no haya casas de vacaciones ilegales, que no tienen la calidad ni la seguridad que necesitan, que no tienen empleados que cobren salarios justos”, subraya.
Consulta pública
Considera que el esfuerzo que está haciendo el Ejecutivo regional para regular la vivienda vacacional desde la Consejería de Turismo y Empleo “es positivo”. Este domingo se cierra la consulta pública habilitada para que cualquier ciudadano que lo desee pueda dar su opinión a través del portal de transparencia con el que cuenta la administración pública.
Florido entiende que los inmuebles de uso turístico deben regularse porque la última vez que se hizo fue en 2015, una norma que permite establecer una vivienda vacacional “simplemente con darse de alta en el Cabildo”. Bajo su punto de vista, “no solamente afecta al turismo, sino también a los residentes locales”.
Tener igualdad de derechos
“Hay plataformas de gente que está en contra de la vivienda vacacional porque está echando a los locales de las mejores zonas de la Isla. Yo no me voy a posicionar nunca ni a favor ni en contra, pero sí es necesario que se regule para que todos tengamos igualdad de derechos y que las consecuencias no vayan mucho más allá”, expone de manera contundente.
Ve fundamental que compitan todos con las mismas reglas de juego. “Al sector hotelero le exigen una serie de medidas para los trabajadores o condiciones de prevención de riesgos laborales”, apunta. “Hay muchísimos factores necesarios que garantizan la calidad del servicio a quien nos visita”, apostilla.
Una ley desfasada
En la misma línea se pronuncia Wesley Caballero, director de la cadena Livvo Hotel Group Hotel Los Calderones (Maspalomas). Atiende a este medio para defender que la vivienda vacacional “necesita una regulación desde hace tiempo”. “La Ley de Ordenación del Turismo data de hace 27 años, está bastante desfasada”, sostiene.
Cuenta que en San Bartolomé de Tirajana muchos complejos han pasado de explotación turística a propiedad. “Eso es lo que está propiciando esta serie de quejas y manifestaciones, porque se están encontrando al mismo tiempo el uso turístico y el residencial”, afirma.
"Puede ser nefasto"
“Es algo que las administraciones públicas”, asevera, “tienen que poner sobre la mesa y actuar lo antes posible”. ¿La razón? “Los dueños de viviendas vacacionales dicen que comen solo una parte del pastel, pero ahora mismo se está comiendo un 33% de la planta alojativa y si sigue creciendo la cifra puede ser nefasto para la industria hotelera”.
Insiste en que “es algo que hay que regular sí o sí, hay que limitarlo”. Declara que necesitan que la Cámara de Comercio se postule a favor de la regulación porque “si esto se descontrola el problema se puede salir de madre”.