Antonio González Viéitez vive con pasión la defensa de lo que considera justo. El economista e histórico dirigente de la izquierda política canaria –fue el fundador del Partido Comunista en el Archipiélago– ha concedido una entrevista a Atlántico Hoy en medio de todo el revuelo que está generando en la opinión pública si hay que cambiar el modelo turístico de las Islas. Bajo su punto de vista es "malo" y tiene perspectivas de empeorar.
No duda en justificar las movilizaciones que están previstas para el próximo 20 de abril porque existe un "auténtico rechazo a lo que significa seguir creciendo de acuerdo con lo que el turbocapitalismo está diseñando". Además, se muestra especialmente crítico con el fenómeno de la vivienda vacacional, al que define como "un auténtico cáncer".
[Pregunta] ¿Canarias tiene un mal modelo turístico?
[Respuesta] Por supuesto. Malo y, además, en perspectiva de empeorar. El problema que me parece que estamos teniendo es, en primer lugar, la dimensión. Existen fenómenos cuantitativos que en un momento determinado de la vida, según las leyes de la dialéctica, parece un cambio de cantidad en calidad. Y cuando la dimensión de todo el aparato turístico en las islas canarias ha llegado hasta donde ha llegado, hay un salto de calidad.
Pero tiene muchos problemas aparejados.
El turismo son experiencias fantásticas, pero si resulta ser un auténtico embotellamiento de tráfico, una auténtica masificación o una incapacidad de tener los servicios mínimos, comienza a degradarse de una manera, que es lo que está pasando, y en este momento te digo que a peor.
¿Un ejemplo?
En la isla de Lanzarote, el anterior gobierno del Cabildo había planteado y aprobado el tema de la isla turísticamente saturada. Ahora llega el nuevo ejecutivo y está poniendo nuevos hoteles, complejos turísticos y dicen que están hablando del nuevo modelo. Entonces ahí hay un fenómeno de base y es que muchos pensamos que la era del crecimiento se ha superado. Hoy en día las condiciones en las que el mundo está viviendo, con los profundos desequilibrios que existen en todos sitios, el tema fundamental no es seguir creciendo, sino equilibrar.
¿Cuál es la solución?
Lo que hay que hacer es no construir más hoteles, sino rehabilitar los antiguos, utilizar el terreno ya establecido. Y fenómenos como la vivienda vacacional están haciendo un auténtico cáncer, a mi modo de ver, en todo lo que representa el modelo turístico que Canarias necesita.
Todo este escenario que plantea de que la cuestión va mal y hay visos de que la cosa va peor, ¿quién tiene la culpa?
La culpa está clarísimo que la tiene el sistema del turbocapitalismo. Las viviendas vacacionales son la expresión de lo que supone el utilizarlo a tope. En estos momentos todo el mundo está de acuerdo en una cosa: en la excelencia turística y la calidad del turismo.
Es muy crítico con los pisos turísticos
Los pisos turísticos son cualquier cosa menos calidad. Es transformar las antiguas casas que eran residencias para los canarios en lo que significa el turismo de garrafón, servicio cero. Necesitamos empleo, puestos de trabajo. Y eso lo da el servicio turístico, pero las viviendas vacacionales no son un servicio, es una renta. Ahí tienes un dato añadido en la perspectiva de lo que supone para Canarias el que se estén pasando rentas salariales, es decir, empleo, a renta de capital.
¿Eso qué significa?
Estás aumentando la desigualdad. Es una situación en donde antes el dinero que se utilizaba para pagar salarios ahora se usa para incrementar el nivel de renta de alguien que tiene una casa y la tenía alquilada a un ciudadano que se llamaba Marrero y es de Arucas por 600 euros al mes, en estos momentos cobra 1.200 euros al mes sin hacer nada. Es un escenario en el que la ciudadanía de las Islas está diciendo que es importante cambiar las cosas.
¿Y de lo contrario?
Si no las cambian porque en este momento el Gobierno de Canarias está por seguir batiendo riesgos y en vez de 12 millones [de visitantes] busca 14, 16, 18 y los que se les ponga por delante porque siempre crecer es bueno… En estos momentos estamos fraguando una gran contestación social para el día 20 de abril donde un montón de sitios de Canarias tienen una situación de auténtico rechazo a lo que significa seguir creciendo de acuerdo con lo que el turbocapitalismo está diseñando.
¿Cuál es la alternativa?
En vez de seguir creciendo hay que cuidar lo que tenemos, nuestros emplazamientos turísticos, nuestras carreteras y todo eso significa que hay una capacidad de carga que si tú sobrepasas, en vez de ser una delicia, puede transformarse en un auténtico pandemonium.
Parece que por más visitantes que vienen, extranjeros o nacionales, no mejora en Canarias la tasa de pobreza o de riesgo de exclusión social.
El tema de las viviendas vacacionales es claro. La codicia de los que tienen una casa [para alquilar] los lleva a quitar empleo de los hoteles y de las casas rurales. Si usted está pasando una vivienda de alquiler normal a vacacional su único objetivo es ganar más dinero y quitar empleos y servicios. Busquemos una manera de ordenar las cosas, intentemos planificar. El capitalismo funciona de tal manera que va machacando espacio, a partir de ahí se generan los problemas.
El turismo ha traído también cosas buenas.
Yo tengo la edad suficiente para saberlo, mi generación fue la que vio cómo se iniciaba el turismo y que con él desaparecieron las alpargatas, la pobreza y la miseria. Eso es una evidencia. Pero en este momento la sobredosis a la que estamos asistiendo está cambiando el nivel de las cosas y llevándolas hasta los niveles de saturación y de sobredimensionamiento.
Hoy en día lo que nos están diciendo todos los medidores de la Biosfera es que el crecimiento no puede seguir siendo la pauta que rija los comportamientos de una sociedad. La manera de entender el mercado tiene que ser transformada y la pandemia no sirvió de ejemplo porque por primera vez hasta los más conservadores plantearon que no se podía dejar a nadie atrás.
Algo que está dando problemas es la escasez de agua.
En Lanzarote se pierde el 60% del agua desalinizada del mar. Eso significa dos potabilizadoras. Se obtiene lo tiene lo mismo, en vez de haciendo una nueva potabilizadora, arreglando las cañerías y la distribución para que no se pierda. La madre naturaleza nos está mandando un montón de recados para decirnos que no podemos seguir creciendo sin límites en una sociedad finita. Los recursos naturales, el agua, el aire, la luz, todo eso está siendo objeto de descalabro económico.
En cuanto a la manifestaciones del próximo 20 de abril no sé si cree que hay que estar preocupados por esos movimientos como han dicho ya el propio presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, o la patronal.
Uno tiene que estar preocupado por lo que pasa con el turismo, el desastre que hay en estos momentos y la desbandada de crecimiento hacia adelante sin saber exactamente hasta cuándo, por qué y a costa de. Cuando hay un dedo que señala la luna no se debe mirar el dedo que apunta a un modelo auténticamente disparatado. El modelo turístico que tenemos nos está llevando por un callejón sin salida y a toda pastilla.
¿Canarias está preparada para cambiar el modelo?
Cambiar el modelo es una cuestión de decisión social y tendría que ser decisión política para poderse transformar en leyes. Hace un montón de años se establecieron moratorias turísticas, directrices, planes de conservación y preservación del medio ambiente. Eran intentos de llevar las cosas hacia adelante.
¿Alguna fue especialmente significativa?
Yo recuerdo que la ley de espacios naturales hace 30 años se aprobó por unanimidad en el Parlamento de Canarias y a partir de ahí lo único que ha venido es un montón de leyes del suelo para ir machacando lo que representaba el principal fundamento de mantener unos recursos naturales en condiciones.
Cada vez hay señales más claras.
El cambio climático va a estar ahí presente y comienza a decirnos algunas cosas que algunos no quieren ni ver. ¿Está la población canaria preparada? Objetivamente sí, está clarísimo que los recursos naturales lo que nos están diciendo es que hay que parar. ¿Está preparada Canarias? Pues ya veremos la opinión que tiene la sociedad. Si hubiera en este momento una encuesta, estoy convencido de que el susto que se iban a llevar quienes quieren seguir llevando adelante toda esta historia iba a ser morrocotudo.
¿Vamos tarde o estamos a tiempo?
Si dijéramos que llegamos tarde sería apostar por cruzarnos de brazos y decir que no hay quien arregle todo esto. Siempre en la vida, salvo con la muerte física, hay posibilidad de ir cambiando. Lo que hay que hacer es acotar, legislar de acuerdo a los intereses de la inmensa mayoría social.