El Gobierno de Canarias insiste en que es necesario regular la vivienda vacacional antes de que sea insostenible. Eso sí, para elaborar la norma tendrá en cuenta la opinión de la ciudadanía a través de una consulta pública como establece la ley y mediante encuentros presenciales donde todo aquel que lo desee tiene la oportunidad de transmitir de forma directa sus dudas e inquietudes. Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife ya han acogido esta iniciativa del Ejecutivo. Este jueves fue el turno de Gran Canaria.
El Museo Élder, ubicado en la capital de la Isla, fue la sede de una ponencia con una afluencia de público que superó las expectativas donde Miguel Ángel Rodríguez, el director general de Ordenación Turística, detalló varios aspectos que pueden ser de interés general.
197.000 plazas
La urgencia para establecer un marco regulatorio parece indiscutible. Los últimos datos que maneja el Ejecutivo sitúa la cifra total de las plazas destinadas a uso turístico en 197.000 y Rodríguez fue claro: “O actuamos a tiempo o el fenómeno de la vivienda vacacional se va”.
“Con casi 200.000 plazas puede ser rentable, pero si no ponemos límites y dentro de unos años es el doble ya no habrá gente para tantas camas. Estamos velando por los intereses de todo el mundo y decir lo contrario es faltar a la verdad. No vamos a permitir que se retuerzan expresiones que nunca hemos pronunciado”, esgrimió.
"Un trato exquisito"
Rodríguez hace referencia a las críticas vertidas por la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav). “Si algo estamos haciendo es un proceso ejemplar de participación donde todo el mundo tiene los mismos derechos, nadie tiene privilegios”, subrayó.
“Ascav ha tenido un trato exquisito, tanto es así que se los recibió y se les invitó a la comisión de estudio, se les permitió expresar su opinión. No se puede monopolizar el debate por una asociación que según su página web representa a más de 1.000 personas a las que nosotros respetamos”, continuó.
Afrontar cada elemento
El acto se centró en explicar cuáles son “los problemas que entendemos que se presentan, si existe alternativa regulatoria o no, nuestros objetivos y sobre la necesidad y oportunidad de la ley”. Así como en detallar en qué consiste una consulta pública.
El director general de Ordenación Turística dijo que hablan de urbanismo, territorio, turismo competitividad y sostenibilidad. “Hay que ir afrontando cada elemento que incide en un determinado problema, o podemos esperar que uno de ellos agrave el problema”, apostilla.
Ordenar y planificar
Habló también de que el fin último es ordenar y planificar. La hoja de ruta para lograrlo es establecer límites cuantitativos y cualitativos. “¿Es lo mismo una que está en el quinto que una aislada con piscina y jardín? ¿Es igual que en el suelo urbano que en el rústico?”, se preguntó Rodríguez.
“Uno de los objetivos es resolver la turistificación y la gentrificación. Se está trasladando también al ámbito rústico. Si van a Fuerteventura, verán que la mayoría de las actuaciones inmobiliarias son 100% destinadas a vivienda vacacional. En muy poquitos años la mayoría de los residentes en los asentamientos rurales serán turistas. Y serán bienvenidos, pero con un límite”, sentenció.
Cantidad, calidad y ubicación
Para Rodríguez, lo más importante es reunir "qué problemas entendemos que se presentan y recabar la opinión de la ciudadanía para ver si consideran que existen esos problemas o son otros". Incluso si valoran que hace falta "una ley, es necesario un reglamento, un decreto o no hace falta absolutamente nada”.
En su opinión hay que marcar "un límite de cantidad, de calidad y de ubicación" en una gestión que "planteará alternativas sin renunciar a la protección del consumidor, a la competitividad y a la calidad".