"Estamos en un momento crítico, si no empezamos a atraer industrias que se posicionen aquí, corremos el riesgo de que esto vaya disminuyendo". Son las palabras con las que Alex Oscoz, director de operaciones de los telescopios del Instituto de Astrofísica de Canarias y persona al frente del proyecto tecnológico IACTEC-Space, describió la situación actual del panorama aeroespacial en Canarias este viernes en un encuentro en el Club Oliver de Santa Cruz sobre la potencialidad del sector en el Archipiélago.
La industria se encuentra actualmente en su momento más puntero. Desde que el Instituto dio el salto a la fabricación de tecnología de última generación para investigar la Tierra y el espacio desde el espacio, poco hay que envidiar a las elucubraciones de cómo será el futuro de la astrofísica: lo más novedoso, la última tecnología y lo que permite recoger la mejor información se está desarrollando y utilizando ahora mismo en Canarias. Es, literalmente, "la frontera tecnológica".
Enorme potencialidad
De asentarse, esta industria podría atraer millones de euros en inversión a Canarias, captar decenas de empresas tecnológicas, que a su vez desarrollarían un ecosistema empresarial que incentivaría enormemente la diversificación económica del Archipiélago, con cientos de puestos de trabajo directos e indirectos, salidas profesionales para los estudiantes canarios de física, matemáticas, astrofísica, informática, biología y demás carreras de ciencias. Una red de trabajo cualificado que favorecería el desarrollo económico y social de las Islas.
No es una utopía, está comenzando a pasar, pero hace falta apuntalarla y para ello es necesario el impulso de socios tanto públicos como privados. Así lo explicó este viernes Oscoz, que señaló que el IAC está embarcado en distintos proyectos que buscan desarrollar un ecosistema innovador en todos los archipiélagos de la Macaronesia como nodo de confluencia regional, apoyándose en las TICs, la sociedad de la información y en las capacidades existentes.
Sorprendentemente, destacó Oscoz, mientras que en el resto de archipiélagos de la Macaronesia tienen clara la potencialidad de la idea, en Canaras les fue imposible encontrar socios entre las administraciones públicas que vieran el potencial del proyecto, máxime cuando gran parte de la financiación vendría de fondos europeas.
Como ejemplo de la potencialidad que podría alcanzar este desarrollo empresarial, Álex Oscoz que, cuando se construyó el Gran Telescopio de Canarias por 190 millones de euros financiados al 90% por empresas españolas, estas no hubiesen podido competir internacionalmente en otros concursos similares. A la postre, y gracias a haber apostado por el Gran T-Can, esas compañías han avanzado en 200 campos diferentes de tecnología donde no tenían experiencia previa y han obtenido en contratos internacionales en torno a 1.000 millones de euros.
El IAC podría generar un polo industrial
Ahora bien, esto no significa que desde el sector privado no se haya visto la ventana de oportunidad. Open Cosmos, Ximea, Emxys, AVS... Son algunas de las empresas nacionales e internacionales que se están planteando mover sus fábricas a Canarias para trabajar cerca de IACTEC-Space y poder aprovechar su desarrollo tecnológico en una simbiosis empresarial.
Open Cosmos, sin ir más lejos, empresa española radicada en Reino Unido que diseña, construye y opera misiones espaciales, participó en el desarrollo del primer satélite canario, el Alisio-1, y ahora quiere establecerse cerca del IAC. Ximea, el mejor fabricante de cámaras del mundo y con sede en Sudáfrica, que partició en los proyectos para construir las cámaras espaciales Drago, está barajando algo similar, asegura Oscoz.
"La economía espacial en Canarias y el impacto de lo que se está haciendo está empezando a ser muy importante", asegura Oscoz, que añade que "el futuro va a ser muy divertido, pero el presente ya lo es".