Eustasio López según Keynes, Friedman, Marx, Hayek y Stiglitz

El empresario, la mayor fortuna de Canarias, convirtió una pequeña compañía de construcción en un imperio turístico | Una mancha enorme contamina su currículum: el 'caso 18 lovas', donde se le investiga por dos presuntos delitos de prostitución de menores

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Eustasio López por Farruqo.
Eustasio López por Farruqo.

Puede que sea verdad o tal vez sólo sea una leyenda. Cuentan que al final de cada reunión en la que la otra parte le plantea la posibilidad de participar en un negocio, Eustasio López González —si ve la operación interesante— se levanta, saca de su bolsillo la cartera, retira todo el dinero de la billetera y suelta dos aseveraciones: “aquí cabe más dinero” y “vamos hacerlo para generar más riqueza en Canarias”. Real o novelesca, la anécdota trazaría una línea impecable para pintar el retrato de un empresario al que Forbes sitúa entre las 50 personas más ricas de España —y la primera de Canarias— con una fortuna personal valorada en 1.200 millones de euros —entre cash, el valor de mercado de sus compañías, unidades de negocio, inmuebles e inversiones varias—. 

¿Cómo alcanza ese estatus alguien que fundó su primera empresa, tras quedarse huérfano de padre, cuando tenía 19 años? Para explicar cómo Eustasio López (Agüimes; 27 de octubre de 1953) ha podido describir esa trayectoria profesional valdría con reparar en alguna de las ideas de John Maynard Keynes. “No es el ahorro lo que impulsa la inversión, es la inversión lo que impulsa el ahorro” defendió, en rasgos generales, el economista británico tras la gran recesión provocada por el crack del 29. En 1974, apenas dos años después de constituir la compañía Hijos de Francisco López Sánchez —matriz del Grupo Lopesan—, la firma adquirió la primera planta de Canarias de aglomerado asfáltico en caliente. Esa compra, esa gran apuesta inédita en el Archipiélago, revolucionó y multiplicó las opciones en el mercado de una corporación que, hasta ese momento, había recogido el testigo cincelado por el progenitor de la familia dentro del negocio de la obra pública y la construcción.

Primer hotel

Todo cambió con esa adquisición. Muerto Franco, durante los primeros días de la Transición, Lopesan —la firma más avanzada técnicamente— se zampó un pastel de lo más apetecible: el asfaltado de las pistas del aeropuerto de Gran Canaria —una pieza clave en el desarrollo de la industria turística en la Isla—. Eran tiempos de apertura, liberalización del mercado y privatización de compañías estatales. En ese contexto, pese a mantenerse lejos del turismo —principal motor económico del Archipiélago—, los hijos de Francisco López Sánchez hicieron realidad una máxima del economista estadounidense Milton Friedman: “La expansión de la libertad económica traerá en consecuencia mayores libertades políticas”. Ahí está el ejemplo de la democracia en nuestro país hasta que alguien demuestre lo contrario.

Eustasio López, presidente del Lopesan. / Servimedia
Eustasio López, presidente del Lopesan. / Servimedia

Dominado el sector de la obra pública y bien posicionada en la parcela de la construcción, en 1991 a la empresa le llegó la oportunidad de ocupar una silla en la mesa donde se sentaban todos los grandes de la economía canaria. Ese año la compañía compró el hotel Altamarena —en Morrojable, Fuerteventura, frente a la playa del Matorral—, la primera propiedad de muchas que, todas juntas, dan forma a un imperio que se expande más allá de las Islas: hoy Lopesan Hotels & Resorts —la división constituida en 1995 para desarrollar el negocio turístico— gestiona más de 15.000 camas en 22 hoteles repartidos en destinos como Gran Canaria, Fuerteventura, Alemania, Austria, Tailandia y República Dominicana. A través de Ls Invest AG —anteriormente IFA Hotel & Touristik AG— la firma cotiza en la bolsa alemana. 

Filántropo, ciclista, senderista...

Tras una década de bloqueo, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana aprobó en diciembre de 2023 la construcción de un nuevo hotel de cinco estrellas en Maspalomas. Ocupará 14.380 metros cuadrados y tendrá 533 habitaciones. ¿Quién cree usted, estimado lector, que será la sociedad beneficiaría? Sí, imagina bien: Lopesan, que sacará adelante el proyecto con una inversión de 61 millones para dar la razón, en buena medida, al mismísimo Karl Marx, quien defendía —aunque a alguno hoy le pueda parecer una herejía— que el capitalismo era fundamental para desarrollar fuerzas productivas y crear riqueza. El economista y filósofo prusiano consideraba, además, que era imposible crear una sociedad poscapitalista —socialista o lo que fuera— desde la pobreza.

Lopesan, en la imagen se puede apreciar una panorámica de su hotel Baobab, es la principal compañía canaria en número de establecimientos y habitaciones. / Lopesan
El Grupo Lopesan, en la imagen se puede apreciar una panorámica de su hotel Baobab (Maspalomas), es la principal compañía canaria en número de establecimientos y habitaciones. / LOPESAN

Accionista de Sacyr —controla el 2,29% de la compañía—, propietario de una participación del periódico El Español y de otro puñado de títulos del capital de Hospitales San Roque, Eustasio López es uno de los grandes filántropos de Canarias. “Beneficio es la señal que nos indica lo que tenemos que hacer para servir a la gente que no conocemos”, sentenció el siglo pasado el economista austríaco Friedrich August von Hayek, una reflexión que el empresario grancanario cumple a rajatabla: colabora desde hace décadas con asociaciones de todo tipo —civiles, culturales, deportivas, colectivos desfavorecidos, medioambientales, educativas, socioeconómicas, etc—con una sola condición: pasar desapercibido, una característica que le describe a la perfección. Intente encontrar en la red una entrevista suya, en la que aparezca dando declaraciones frente a una cámara. Es misión casi imposible; es más fácil encontrar al presidente del Grupo Lopesan montado en una bicicleta por alguna de las carreteras del centro de Gran Canaria, de ruta por algún sendero o disfrutando de sus cultivos en la Finca Veneguera.

Pleito entre hermanos

Una mancha enorme, sin embargo, mantiene contaminado el currículum de Eustasio López, al que el éxito empresarial tampoco lo mantiene ajeno a los pleitos familiares. En 2012, tras varios escarceos judiciales, selló la paz con uno de sus dos hermanos por el control de la empresa. Tras 13 años de desavenencias, mantuvo el control del 51% del accionariado y la presidencia del consejo de administración de la compañía, Francisco López se quedó con el 45% y el 4% restante quedó en manos de Sebastián —tercer hermano—. Ese problema, o el pulso que mantiene son Santiago Santana Cazorla por el control de Anfi, son asuntos leves comparados con el caso 18 lovas, un proceso judicial abierto en 2021 que se instruye en el Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria y en el que Eustasio López figura como investigado por dos presuntos delitos de prostitución de menores en una finca de Ayagaures.

Eustasio López González, dueño de Lopesan. / Atlántico Hoy
Eustasio López González, dueño de Lopesan. / Atlántico Hoy

En el auto de la Audiencia Provincial de junio de 2022, el juez considera que en el caso del presidente del Grupo Lopesan, “sí se advierten indicios que permiten sustentar el procesamiento”, aunque eso no quiere decir que haya “valor probatorio” en lo que ha llevado a su procesamiento. La defensa del empresario turístico pidió la nulidad del auto de procesamiento aduciendo que acudió a la fiesta referenciada en el caso sin conocimiento de la contratación de la agencia 18 lovas y de las nueve chicas entre las que se encontraban dos menores de edad, de 17 años, que no se presentan como acusación. Sin embargo, la Audiencia de Las Palmas rechazó los argumentos esgrimidos por la defensa del empresario.

Defensa y desigualdad

En sus distintos escritos y ante la policía judicial, Eustasio López declaró que “jamás se me pasó por la cabeza que alguna de aquellas personas pudiera ser menor de edad. Nunca tuve la menor duda, por su presencia y por su apariencia”. El estudio del teléfono móvil del empresario hotelero realizado por la Policía Nacional constata que ni pidió la presencia de escorts, ni sabía que entre las que acabaron llegando a la finca de Ayagaures había dos menores. También desconocía que su anfitrión tenía previsto montar un encuentro con señoritas de compañía aquel día.

La desigualdad es el gran desafío de nuestro tiempo”, aseguró hace unos años Joseph Stiglitz —economista y Premio Nobel—. El crecimiento dispar o la marginación entre los diferentes estratos comunitarios puede generar graves consecuencias para la estabilidad económica y social de un pueblo. Canarias, donde caben la fortuna de Eustasio López y la necesidad de una menor que llega a prostituirse, es un ejemplo de esa disparidad.