Consenso es una palabra que Luis Padrón repite varias veces durante la entrevista. La utiliza para recordar cómo llegó a la presidencia de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Gran Canaria en junio del año pasado. "Se consiguió un consenco empresarial después de doce años sin elecciones", recuerda.
La utiliza también cuando habla de la actualidad política, aunque reconoce que su ausencia está más acentuada en el Cogreso de los Diputados que el Parlamento de Canarias o el Cabildo insular.
Tanto su valoración del 2022 como sus previsiones de 2023 son moderamente positivas, aunque reconoce que hay algo que le preocupa: la gestión de los fondos europeos Next Generation. Una preocupación que comparte con otras organizaciones empresariales y que no es ajena al Gobierno regional, que ha reconocido que está teniendo problemas para conformar los equipos dedicados a esa gestión dentro de la administración autonómica.
¿Cuál es el balance ecónomico de 2022? ¿Comparte la satisfacción del Gobierno de Canarias?
Ha habido elementos positivos y también negativos. Hay una desaceleración, pero menor de la que pensábamos. El empleo, mal que bien, ha acabado en cifras mucho mejores que a principio de año. El número de turistas y su gastos son datos positivos. Los datos negativos son la inflación, el coste de la energía y el absentismo laboral en las empresas, que ha crecido. Somos de las comunidades con más absentismo laboral. Eso nos preocupa. Hay luces y sombras, pero estas son un tema español y europeo.
¿Qué perspectivas tienen para 2023? Todo el mundo esperaba que España entrara en recesión en 2022 y la ha esquivado.
A nivel nacional se esperaba que hubiera una crisis económica. Ha habido una desaceleración, pero la palabra crisis como tal no debería estar porque objetivamente no estamos en ella. Y a nivel canario, lo mismo. Aquí tenemos permamentenete una gran base social que no puede incorporarse al mercado de trabajo. Tenemos una bolsa de pobreza que genera inestabilidad; familias de economía muy modesta.
El comercio ha ido relativamente bien en navidades, se esperaban cifras inferiores a las que ha tenido. Estamos viendo el crecimiento a través de nuestra ventanilla única, que es un gran termómetro para ver la creación de empresas. Creíamos que iba a estar más parado de lo que está.
¿Qué opinión le merecen los presupuestos de 2023?
Son siempre cifras frías. Cada año es el mayor presupuesto. Este año nos vamos a 10.000 millones de euros. En principio, lo que nos tiene a nosotros muy preocupados es la gestión de los fondos europeos. Como saben, las cámaras participamos en la gestión de los fondos COVID, gestionamos 1.144 millones en un tiempo récord. Jamás se había conseguido ser tan ágil en la cesión del dinero a las empresas. A nivel nacional fuimos una referencia. Pero ahora nos tiene preocupados la gestión de los fondos Next Generation, que es verdad que son más complicados que los fondos COVID: hay que presentar un proyecto, un business plan, unas previsiones... Eso genera más trabajo. Pero nos parecería lamentable que por no gestionar unos buenos proyectos perdierámos posibilidades de tener los fondos. Estamos a la espera de que nos ofrezcan las cifras del nivel de ejecución. Nos preocupa que no lleguen a donde tienen que llegar: a la población, a las empersas y la sociedad.
Esa preocupación la expresó cuando llegó al cargo. Hace un par de meses, el presidente de la CCE dijo que los fondos no estaban llegando a las empresas. Ahora vuelve a expresar su temor. ¿Qué problemas concretos han detectado?
Los que comento. Para estos fondos hay que presentar proyectos. No es rellenar una solicitud. Y eso está ocasionando unos problemas. Las cámaras siempre nos hemos ofrecido a estar al lado de las empresas en ese campo. Si nos llamara el propio Gobierno canario para agilizar, promover y reforzar, estaríamos encantados de poder participar en esa gestión.
Han llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para establecer una oficina que permita que lleguen esos fondos
Se ha hecho algo con el ayuntamiento, pero no ha cristalizado todavía ninguna acción en ese campo. Estamos en conversaciones.
¿Y con otras instituciones, como el cabildo?
Con el cabildo tenemos una relación muy estrecha y muy cercana. Gran parte de las acciones del cabildo son apoyadas por la Cámara de Comercio. Por ejemplo, todo lo que antes se llamaba Moda Cálida. Estamos en muchos programas de cogestión.
En momentos en los que el consenso político ni está se le espera, por desgracia, la colaboración público-privada se hace más necesaria y fundamental que nunca en España y Canarias. Ahí las cámaras siempre hemos tendido la mano al Gobierno. Un ambiente político bueno favorece al mundo de la empresa, pero si no existe tenemos que buscar un plan b. Y la colaboración público-privada juega un papel fundamental en estos momentos. Las empresas son el escudo social, son las que contratan. Qué menos que ayudar a que estén lo más saneadas posible.
Pero a nivel regional e insular, más allá de los problemas externos, como la pandemia, no ha habido turbulencias políticas. Los presupuestos han salido adelante, igual que otras medidas decididas por los gobiernos, que tenían mayoría.
Es verdad que la crispación ha sido más a nivel nacional. En el ámbito autonómico, esa crispación o esa falta de consenso no está presente. Pero a nvel nacional sí lo está, y no es bueno. Que haya diferencias políticas es razonable, pero que no se llegue a consensos en nada también es preocupante. Y eso está flotando de fondo en el mundo de la empresa. ¿Que a nivel regional no existe esa preocupación por la falta de consenso? Es verdad. Pero lo que pasa a nivel nacional no es nada bueno para el mundo de la empresa.
¿La incertidumbre por el próximo período electoral genera más tensión?
Sí, está claro. Un momento preelectoral no ayuda al consenso. Es cuando más se visibilizan las diferencias. Pero eso es inevitable.
Venimos de un cero turístico y se cerrará el 2022 con un 5%, apróximadmente, por debajo de las cifras prepandemia. Cómo valora la capacidad de Canarias para mantenerse como un destino turístico fiable y qué cree que debe mejorar. ¿El modelo turístico es sostenible?
Yo creo que sí. Durante los años de pandemia, muchas empresas hoteleras aprovecharon para modernizar y reformar sus estructuras. Y cuando terminó la pandemia el turismo emprezó a recuperarse y estamos llegando casi a las cifras prepandemia. La aspiración es conseguir unas estancias más largas de los turistas.
El modelo canario, como todo en la vida, es mejorable. Se podía haber hecho otro diseño, pero el modelo es un modelo de éxito. Recibir 15/16 millones de turistas no es fácil. Eso también ha permitido que la población cnaria participe de ese crecimiento, en mayor o menor medida. En general ha funcionado. El modelo es realista para los clientes que vienen, que es esa clase media europea. Una cosa que funciona no soy partidario de cambiarla. Se puede ajustar, pero criticar el modelo turístico canario cuando nos ha dado unos crecimientos que hubieran sido impensables con otras situaciones... Debemos ser justos en la valoración.
¿Cree que encaja una ecotasa?
No, nunca hemos sido partidarios de una ecotasa. Creas un impuesto nuevo y tienes que montar una estructura para cobrarlo y se te va un alto porcentaje. En este momento no soy partidario para nada de fijar impuestos en el ámbito turístico.
Habla de todo lo que ha dado el turismo a Canarias. Pero también ha sido la comunidad que más PIB per cápita ha perdido en las dos últimas décadas. En Baleares, con un modelo similar, la situación es parecida. ¿Tiene algo que ver el turismo?
Me ha preocupado el dato. Pero no se puede culpar al turismo. A lo mejor lo que falta es una complementariedad al turismo. La renta per cápita canaria no se ha mantenido al nivel de la renta per cáppta española. Vale, ¿pero el culpable es el turismo? Yo entiendo que no. El tema es que nos ha costado muchísimo la diversificación. Todavía el resto de cosas que estamos haciendo son pequeños pilares para apuntalar un crecimiento diversificado de la economía canaria.
A raíz de la posibilidad de que Baleares tuviera un régimen fiscal similar al REF, algunos empresarios han alertado sobre cómo nos vería Bruselas. ¿Han tratado ese tema o han planetado una queja al Gobierno de Canarias?
Voy a dar mi opinión personal, porque no tenemos una opinión colegiada en la cámara. La lejanía y la ultraperiferia son la razón de un régimen fiscal diferente. Uno no puede oponerse a que a una región se le dé algo. Si lo consigue, bienvenido sea. Pero el territorio canario no tiene nada que ver con el balear.
Lo que tenemos que hacer es mejorar nuestro REF. De las cuatro patas (la reserva de inversiones, la deducción por inversiones, la ZEC y el resgistro de buques), los tres primeros se han reformado, pero el registro de buques lleva dos décadas sin tocarse. Es fundamental para tener una actividad portuaria muy potente y es un producto que no afecta para nada al resto. Y segundo: la ZEC sigue teniendo todavía en el artículo 44 una dificultad para que empresas teconologícas hagan desde aquí un trading tecnológico. Pedimos una flexibilización. Esos son los dos puntos que hay que tocar en el REF.