Pedir un dron aerotaxi sin piloto para dos personas en Santa Cruz de Tenerife y aterrizar en Las Palmas de Gran Canaria unos minutos después. Ahora parece de película futurista, algo más propio de Blade Runer que de Canarias en la segunda década del siglo XXI, pero esa realidad está más cerca de lo que creemos.
Este jueves, la sede de la Presidencia de Canaria en Santa Cruz ha acogido las cuadragésimo octavas Jornadas Iberoamericanas de Derecho Aeronáutico y del Espacio. Un evento cuyas ponencias durarán hasta la tarde de este viernes y que tienen por partícipes a todo tipo de expertos y eminencias de las últimas tecnologías de la aviación, juristas, empresarios de éxito en el sector y científicos del campo de la astrofísica. La primera de las exposiciones ha tratado precisamente de un futuro casi inmediato en el que los drones no tripulados permitirán el transporte de pasajeros y mercancías de forma comercial y habitual en las ciudades de todo el mundo.
Vehículos voladores autónomos
José Ignacio Rexach Vega, director comercial ejecutivo de la empresa EHang para Europa y América Latina, ha mostrado los vehículos que está desarrollando su compañía, llamados EVTOL, caracterizados por una capacidad de despegue y aterrizaje vertical en zonas densamente pobladas y que no necesitan tripulante, sino que se controlan a través de un software y sirven para el transporte de punto a punto.
Se trata de artefactos de propulsión eléctrica, que necesitan muy poco espacio para operar y que EHang está a punto de comenzar a operar de forma comercial en Europa. Tras haber obtenido todas las certificaciones de seguridad, sólo está a la espera del Certificado de Operador Aéreo, un documento expedido a una empresa por la Autoridad de Aviación Civil del Estado en el que se acredita que el operador en cuestión posee capacidad profesional y la organización necesarias para garantizar la operación de aeronaves en condiciones seguras para las actividades aeronáuticas.
160.000 aeronaves en seis años
La tecnología ya existe, no es una ocurrencia, y en países como China ya se está empezando a usar de forma comercial. Según destaca Rexach, se espera que en 2030 haya 160.000 aeronaves como estas en las ciudades de todo el mundo volando a menos de 200 metros de altitud. Para que el lector se haga una idea de la magnitud, en el mundo operan 25.000 aviones comerciales aproximadamente.
Ahora bien, aunque la tecnología ya existe, el desarrollo normativo no, como tampoco la digitalización necesaria, hoy por hoy, para volar esos 160.000 EVTOL garantizando escrupulosamente la seguridad de las ciudades. Ese es el gran reto en los próximos años para conseguir el desarrollo de una industria de grandes potenciales, no sólo en transporte de personas, sino también de mercancías, de uso para emergencias, de usos militares, etcétera.
Un negocio millonario
De hecho, tal y como indica Rexach, la compañía que se "llevará el gato al agua" será la que consiga acertar con el segmento de mercado al que dirigir el producto, la aplicación o software para utilizarlo y el modelo de negocio. Según él, existen tres potencialidades de uso como transporte: dentro de ciudades, entre ciudades y de conexión entre zonas aeroportuarias y el núcleo urbano.
La industria promete miles de millones de euros -sólo en China, durante 2023, se han facturado 71 millones de dólares- y ya está creada -se usa desde 2016-. Las estimaciones sitúan en el año 2030 su normalización comercial. ¿Estaremos en seis años tomando aerotaxis para volar de Santa Cruz de Tenerife a Las Palmas de Gran Canaria como quien se sube al tranvía? Todo apunta a que es muy probable, tan solo queda esperar.