¿Hay talento en Canarias? Según declaraciones de la exministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, en Canarias existe una dificultad a la hora de tener cantera para ofrecérsela a las empresas que quieran localizarse en las Islas y por ello, “hay que apostar por la formación de los empleados. Tener una plantilla muy bien formada y adaptada para afrontar los cambios tecnológicos que vienen”.
Pero, ¿entonces es un problema de formación? Atlántico Hoy trata de contestar esta pregunta hablando con las universidades canarias y con la presidenta de la Comisión de Educación del Colegio de Economistas de Gran Canaria, Rosa Batista, quien apunta que “no es que no haya talento, el problema es que no se ha fomentado ninguna política para retenerlo”.
Falta de oportunidades
En Canarias no falta talento, “todo lo contrario”, indica Inés Ruíz, directora del Secretariado de Prácticas y Empleabilidad de la Universidad de La Laguna. Considera que “hay mucho talento” y a veces ni se es consciente de ello, incluso por parte del propio alumnado, que “al tener una experiencia fuera, como el Erasmus o prácticas externas, se dan cuenta de que están más preparados de lo que piensan”, por lo que la pregunta que plantea Ruíz entonces no es la falta de talento, sino si este se está aprovechando.
La llamada y conocida como fuga de cerebros continúa en las Islas porque talento hay, pero se escapa del Archipiélago. “El gran problema es la retención de talento y la escasez de oportunidades que hay en Canarias”, manifiesta Batista, por su parte.
“Estamos exportando doctores de nuestras universidades, nuestros mejores expedientes se están yendo fuera”, afirma la experta, señalando que los países extranjeros “nos los quitan de las manos”. Es diferente que se vayan por “curiosidad de estar un tiempo fuera”, a que “digan que no pueden volver porque aquí no tienen oportunidades”.
La población, a pesar de estar “bien formada y preparada”, “no encuentra el desarrollo profesional adecuado” en las Islas y ven la solución en “marcharse fuera”, expone Ruíz, idea a la que se suma el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluis Serra, que indica que esa marcha se debe “al no encontrar salarios decentes". Esa es la verdadera crisis, pues se realiza una inversión desde las universidades en la formación que “desde el punto de vista contable, se convierte en un gasto porque no se recibe retorno” ante la marcha del talento.
Retener el talento
“Nos encanta aplaudir cuando tenemos gente fuera en Reino Unido, Estados Unidos o Bélgica, que está muy bien, pero dada las crisis demográficas que estamos sufriendo, la política debería retener talento en Canarias”, explica Batista. Para ella es vital que esas políticas estén enfocadas en apoyar que se desarrollen iniciativas emprendedoras, institucionales, etc. desde las Islas, “donde demos hueco y oportunidades a ese talento”.
Como economista, entiende que “nuestro mercado es limitado”, pero a la vez critica que no se está haciendo nada, a pesar de que “tenemos un marco económico fiscal fantástico”, pues “las empresas se conforman con el mercado turístico” y eso conducirá a que el tejido empresarial quede “obsoleto”.
El conocimiento que se fabrica en las universidades, desarrolla la directora de Prácticas y Empleabilidad de la ULL, “tiene que tener un sitio donde desarrollarse en el mercado laboral” y la sobrecualificación no es un motivo para ella que deje fuera a la población formada, ya que la solución no está en formar menos al estudiantado, sino que “las empresas sean conscientes de que tienen que incorporar en su plantilla a personas muy cualificadas para garantizar el avance en de nuestro tejido empresarial”.
El propio papel de las universidades
Junto a las empresas, también juegan un papel las propias universidades, que según la integrante del Colegio de Economistas grancanario, deben preocuparse “por generar oportunidades emprendedoras para nuestros universitarios”, facilitando y contribuyendo a que “si tienen buenas ideas puedan llevarse a cabo”, todo ello a través de “una política clara y seria de apoyo”.
Ruiz añade a los comentarios de Batista que las universidades han de ser conscientes de las necesidades que hay en el mercado y “responder de manera ágil a la necesidad formativa que se demanda”.
Serra, por su parte, subraya que desde la ULPGC se ha tratado de cambiar este panorama y en los últimos tres años se han impulsado, entre otros proyectos, siete startups para retener el talento, a través de financiación y asesoramiento.
Tres vértices implicados
La presidenta de la Comisión de Educación define el tema como “complejo” y “un problema sistemático”, es decir, que “hay que abordarlos de distintos frentes” y “la solución no es sencilla”, pues no se queda solo en cómo retener el talento, sino en “cómo planificar un futuro para las Islas, algo de lo que ahora mismo no se está ocupando nadie”.
Se conforma así un triángulo en el que se posicionan en cada uno de sus vértices las empresas, las universidades y la administración pública “trabajando de manera colaborativa y coordinada para garantizar o facilitar la inserción laboral de personas cualificadas” y contribuyendo a esa renovación del tejido empresarial, que comenta la economista.