El 5 de diciembre de 2022 el Consejo de Ministros del Gobierno de España adoptó la decisión de designar a Sevilla como sede de la futura Agencia Espacial Española. Esa resolución del Ejecutivo, presidido por Pedro Sánchez (PSOE), hizo descarrilar a otras 20 candidaturas que optaban a albergar un organismo público que movilizará más de 4.500 millones de euros. En ese grupo de aspirantes figuraba Gran Canaria. El revés, sin embargo, no desanimó a las Islas: dos años después Canarias se lanza a la conquista de la estratosfera con diferentes proyectos que para situarse en la vanguardia aeroespacial.
Madrid acogerá este martes la presentación de la mayor plataforma española para operar con aeronaves no tripuladas. El estratopuerto, el primero de sus características en Europa, se ubicará en el Parque Tecnológico de Fuerteventura y empezará a operar en el último cuatrimestre de este año. El centro, al que se destinarán 22 millones de euros, será desarrollado por la UTE Telespazio Iberica SLU Pegasus Aviación SA en convenio con el Gobierno de Canarias y el Cabildo majorero.
22 millones
Las aeronaves lanzadas desde Fuerteventura alcanzarán los 20 kilómetros de altura —sobre el nivel del mar— con una misión principal: ofrecer soluciones innovadoras de seguridad, emergencias y biodiversidad para proteger parques naturales y patrimonio público o combatir incendios forestales y contaminación marina. Para esa tarea irán equipadas con equipadas con sensores, cámaras e infrarrojos.
La superficie total de la estación aérea supera los 1,2 millones de metros cuadrados, de los que 2.700 estarán ocupados por el edificio polivalente —desde el que se evaluará y se realizará el seguimiento de vuelos y el control y análisis de las misiones— y algo más de 50.000 se destinarán para los hangares. Para poner en marcha el proyecto en Fuerteventura, emplazamiento elegido por la limitada afección que tienen sobre su territorio las corrientes en chorro que circulan por encima de la Tierra, se invertirán 22 millones de euros.
De la mano de Elon Musk
El estratopuerto de Fuerteventura —de momento— es una idea que poco a poco toma forma. Nada que ver con Alisio-1, el primer satélite canario, que fue desarrollado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y que inició su viaje al espacio el 1 de diciembre a bordo de un cohete de SpaceX —empresa fundada por Elon Musk— que partió a las 18.19 horas de la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea Estadounidense situada en California.
El lanzamiento de Alisio-1 dio continuidad al trabajo realizado por el IAC durante los últimos años, con Rafael Rebolo —premio Atlántico al Liderazgo— al frente. Antes del satélite, el centro envió al espacio —también de la mano de Musk— las misiones Drago-1 y Drago-2, dos instrumentos desarrollados en el Instituto Astrofísico y lanzados desde Cabo Cañaveral (EE UU) que muestran imágenes de la Tierra desde el espacio en alta resolución —el segundo, una evolución del primero, muestra 50 metros por cada píxel—.
El satélite Alisio-1 servirá, como apuntan desde el propio IAC, para detectar y realizar el seguimiento de desastres naturales tanto en las Islas como en cualquier punto del planeta. Complementará la labor de otros grandes satélites como Sentinel-2, de la Agencia Espacial Europea (ESA), o Landsat, propiedad de la NASA. Este instrumento se podrá destinar a distintos fines como la monitorización de incendios, desertificación de cultivos, inundaciones, vertidos de combustibles en océanos y todo tipo de efectos relacionados con el cambio climático.
La competencia de Musk, en la ZEC
La alianza entre la empresa tecnológica española Arquimea y la israelí NSLComm para el desarrollo de la red de microsatélites llamada BeetleSat tendrá a Canarias como punto estratégico de lanzamiento de los satélites, un movimiento que se ha propiciado a través de la mediación de la Zona Especial Canaria (ZEC). El acuerdo entre las compañías impulsará la inversión de unos 300 millones de euros.
El proyecto BeetleSat es una nueva constelación de pequeños satélites para ofrecer internet. Según informa su web “ofrece conectividad en banda Ka (usado en comunicaciones vía satélite de entre 26,5 GHz y 40 GHz) verdaderamente global para comunicaciones seguras punto a punto, backhaul celular, movilidad y servicios premium adicionales, en los sectores comercial y gubernamental”. Esta red de satélites busca competir con la red de la empresa Starlink, del empresario Elon Musk, que a diferencia de la del multimillonario se pueden comunicar entre los propios satélites sin necesidad de rebotar la señal a tierra.