Tanto el archipiélago canario como el balear lideran la lista de subidas del precio de la vivienda, tanto nueva como usada, y rozan así los máximos que alcanzaron en los años del "boom" inmobiliario, según los datos difundidos este lunes por la tasadora Tinsa.
Por el contrario, la mayor diferencia desde 2007-2008 se observa en el resto de municipios y en la costa mediterránea, donde los precios son actualmente un 27,4 % y un 20,7 %, respectivamente, más baratos que los máximos registrados esos años. En términos generales, el precio de la vivienda en España está un 18,2 % por debajo de los precios récord.
Burbuja inmobiliaria
Con las sucesivas subidas que registra mes a mes, el precio de la vivienda en Canarias está ya a un 1,7 % de los valores máximos que alcanzó entre 2007 y 2008, coincidiendo con la burbuja inmobiliaria.
Este nuevo incremento del precio de la vivienda está en línea con el que se registró en el primer trimestre del año (3,3 %). En concreto, además de las islas, el segundo mayor alza del precio de la vivienda en marzo se dio en la costa mediterránea (6,5 %).
Por su parte, la vivienda se encareció un 2,6 % en las capitales y grandes ciudades, un 2,9 % en las áreas metropolitanas y un 2,8 % en el resto de municipios.
Dificultad de acceso a la vivienda
Atendiendo a la variación mensual, el precio de la vivienda subió un 0,2 % en marzo con respecto a febrero. Todas las regiones observadas registraron incrementos discretos, de entre el 0,1 % y el 0,9 %, con excepción del resto de municipios, en los que se abarató un 0,6 % en tasa intermensual.
Tinsa señala que en los primeros meses del año se ha mantenido la moderación de la inflación subyacente, la resistencia del empleo y la recuperación del poder adquisitivo de los hogares. Además, las subidas de tipos de interés parecen haber tocado techo, lo que contribuye a sostener la solvencia y confianza de la demanda.
Asimismo, en los polos de empleo se refleja una mayor dificultad de acceso a la vivienda tras la contracción del crédito hipotecario y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares acumulada desde la pandemia, a lo que se une la escasez de oferta.
Por el contrario, en las zonas turísticas domina el perfil de comprador de segunda residencia con mayor poder adquisitivo y con un perfil inversor, que sostienen el dinamismo de la demanda.