Las plantaciones canarias de papas están pidiendo auxilio. Con la soga al cuello, el presidente de la Asociación de Importadores de Papas de Gran Canaria (ADIPA), Juan Luis Pulido, estima que en este 2023 los agricultores solo podrán plantar la mitad de papas que plantaron el año pasado. El motivo: el encarecimiento de los productos, semillas y sulfatos empleados en las plantaciones de papas canarias. "Yo creo que este año en concreto que acaba de comenzar se van a plantar en Canarias la mitad de papas que se plantaron el año pasado, porque la gente no puede", asegura.
Los canarios y canarias consumen en sus hogares en torno a 150 millones de kilos de papas, pero tan solo el 34% son de las islas. El 66% restante forma parte de la importación desde diversos países, como las papas llegadas de Gran Bretaña, país con el que el archipiélago tiene una relación histórica de importanción de esta hortaliza.
Importar para consumir
En Canarias se consume más papas importadas que de las propias islas. Algo similar ocurre con las cebollas. "De cebollas podemos estar hablando de unos 40 millones de kilos que se consumen en Canarias. De aquí se cogen cuatro, cinco o seis millones de kilos. Hace ocho o diez años solo en Lanzarote se podían recolectar tres, cuatro o cinco millones de kilos de cebolla. Hoy en día lo que se cosecha en Lanzarote serán unos 300 o 400 mil kilos, porque no hay agua", dice Pulido.
La importación se produce siempre desde otros países para evitar la llegada a la isla de la polilla de la papa, comúnmente conocido como bicho de la papa. Esta plaga se encuentra en las papas de la Península y por eso las importaciones se tienen que producir desde países extranjeros, con el fin de seguir con las normas fitosanitarias actuales.
Rechazo a la proposición de Nueva Canarias
Nueva Canarias ha pidió fijar un tope temporal en los precios de algunos alimentos básicos de la cesta de la compra en el Archipielago. El portavoz parlamentario de Nueva Canarias (NC), Luis Campos, explicó en un comunicado que el planteamiento surgió como una iniciativa complementaria para paliar los efectos de la inflación, puesto que Canarias, antes de la subida de los precios de la energía y las materias primas, ya tenía una de las cestas de la compra más caras de todo el Estado.
Sin embargo, la solución propuesta tampoco gusta a la ADIPA, que defiende que no se deben limitar los precios de los productos afectados por el Arbitrio Insular de Entrada de Mercancías (AIEM). "Las semillas están el doble de caras que el año pasado; los abonos, el doble de caros que el año pasado; los sulfatos, el doble. ¿Cuál es el límite?", se pregunta.
El presidente de ADIPA cree que los datos de plantación de papas en este 2023 se van a ver afectados por los costes. "Un saco de nitrofoska (el fertilizante usado en las plantaciones) que el año pasado valía por ejemplo 17 euros, este año vale 31euros. ¿Con esto quién puede? ¿Cómo me van a limitar a mi el precio?, denuncia Juan Luis Pulido, en relación a la medida propuesta por NC el martes.