Poco más de siete años después, vuelve el petróleo a la primera plana de la actualidad del Archipiélago, en lo que supone una nueva página en el historial de desavenencias entre Canarias y Marruecos a cuenta de sus aguas territoriales.
El país alauí anunció esta semana un importante hallazgo de petróleo y gas en las aguas cercanas a las Islas a través de su Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM) y la empresa designada para llevar a cabo las exploraciones, la británica Europa Oil & Gas. Según su página web, unos mil millones de barriles que podrían extraerse “sin riesgo”.
Muchas han sido las voces, de políticos y ecologistas principalmente, que se han posicionado en contra del anuncio, e incluso se ha visto en el reconocimiento de Pedro Sánchez del plan de Marruecos para el Sahara un acercamiento necesario para sacar partida de los yacimientos que están por explotarse.
Pero, ¿qué hay de nuevo en este hallazgo? ¿Tiene algo que ver con el acercamiento del presidente del Gobierno al gobierno de Rabat? ¿Comenzaran pronto las extracciones?
El hallazgo no es nuevo
La cronología de los hechos comienza en diciembre de 2001, cuando el gobierno de José María Aznar aprobó la realización de prospecciones en aguas cercanas a Fuerteventura y Lanzarote. Aquella autorización fue anulada por el Tribunal Supremo debido a defectos de forma, al considerar que los estudios de impacto medioambiental no eran los correctos. Durante ese tiempo, se buscó encontrar petróleo de igual manera que se había detectado en aguas marroquíes.
Este hecho, según las crónicas de la época, no fue acogido negativamente por parte del gobierno regional -en aquel momento de manos del hoy vicepresidente de Ejecutivo canario y líder de Nueva Canarias, Román Rodríguez, entonces presidente bajo las siglas de Coalición Canaria-. Ello es debido a que se veía en las prospecciones una forma de delimitar la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de las aguas del Archipiélago.
A raíz de este Real Decreto Marruecos difundió un comunicado de protesta recordando a España “la necesidad de respetar el derecho y los usos internacionales que estipulan la no modificación de los límites marítimos, de manera unilateral, entre países cuyas costas están enfrente o son contiguas”.
Oposición a las prospecciones de Repsol
En marzo de 2012, la petrolera Repsol anunció un hallazgo que podría cambiar el panorama energético nacional. Había hallado “la mayor reserva de hidrocarburos de la historia de España”, con capacidad para llenar 100.000 barriles diarios. Según afirma el periodista Francisco Pomares, la cantidad encontrada en aquel momento es muy similar a la que ha anunciado la empresa Europa Oil & Gas esta semana.
El ministerio de Industria y Turismo, dirigido por el canario José Manuel Soria, aprobó las prospecciones. En aquel momento, la producción diaria española se situaba en los 2.000 barriles.
No obstante, se encontró con un ingente oposición popular liderada por el Gobierno de Canarias dirigido por Paulino Rivero, aunque no todos dentro de su partido comulgaban con sus tesis. Se llegó a plantear una consulta a la ciudadanía, algo insólito en aquel momento, tumbada tras el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Gobierno, y se realizaron marchas en todas las Islas en un contencioso nunca antes visto entre el gobierno autonómico y el central.
En enero de 2015, tras años de confrontación y dos meses de sondeos, Repsol desistió de su intención de extraer petróleo de las aguas canarias. Según anunció en su momento, "tras el análisis de las muestras obtenidas, se ha concluido que hay gas (desde metano hasta hexano), pero sin el volumen ni la calidad suficientes para valorar una posible extracción […] el sondeo exploratorio ha confirmado que en el subsuelo de esta cuenca se han generado petróleo y gas, si bien los almacenes encontrados están saturados de agua y los hidrocarburos existentes se encuentran en capas muy delgadas no explotables”.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, declaró entonces que lo de Canarias “fue tercermundista”. Desde entonces, hace ya siete años, ninguna compañía, bajo el amparo del gobierno español, ha prospectado cerca de las Islas.
Prospección no es sondeo
En este punto es necesario aclarar la diferencia entre prospección y sondeo. La prospección es una exploración del terreno para descubrir yacimientos y el sondeo es una perforación de pequeño diámetro que permite saber si las estimaciones hechas en las prospecciones son correctas. Aquí se mide la calidad del petróleo y la facilidad con la que puede ser extraído.
Según diversas fuentes, el coste de una sola perforación puede oscilar entre los 70 y los 100 millones de euros, lo cual da buena cuenta del dinero invertido por Repsol en sus prospecciones de 2014. Los sondeos en aquel entonces desaconsejaban la extracción, el tercer paso a la hora que hacerse con el crudo.
Es por ello que el anuncio de Marruecos y la compañía petrolera británica debe ser puesto en contexto, puesto que han de ser los sondeos los que determinen la posibilidad real de extracción. Debido al alto coste de la empresa a realizar, Europa Oil & Gas ha comenzado una campaña para conseguir financiación (el 75% de los beneficios serán a su favor, mientras que el otro 25% se lo embolsaría el país alauita), potenciando es su web las posibilidades inversoras y ventajas fiscales del país regido por Mohamed VI.
La búsqueda de petróleo de Marruecos
Lo cierto es que nuestro país vecino lleva tiempo queriendo convertirse en una potencia en el sector energético y lleva más de 20 años realizando prospecciones en aguas de su influencia, formando a técnicos y especialistas en la materia.
Ese era el argumento del presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, esta semana cuando le preguntaban por el anuncio marroquí, asegurando que esos estudios son “en unos casos de hace meses, y en otros, como esta británica, hace años”.
Un periodo en el que el gobierno de Rabat ha buscado potenciar una industria que en estos momentos se antoja más estratégica que nunca.
Contexto internacional de la energía
Después de unos años en los que el precio del barril de Brent se mantuvo estable, la irrupción del coronavirus y la guerra de Ucrania han agitado la coctelera energética derivando en un alza que se torna inasumible para muchos sectores.
La dependencia europea del gas ruso hace necesarias otras vías de aprovisionamiento si no se quiere sufragar de manera indirecta la invasión de Ucrania. La gran mayoría de países están realizando movimientos en este sentido, como el acuerdo al que recientemente ha llegado Italia con Argelia para aumentar la importación de gas un 50%, 9.000 millones de metros cúbicos, un tercio de los cuales recibirá en los próximos días.
Viraje del Gobierno español
Mientras tanto, España se enfrenta a una subida de hasta un 50% de ese mismo gas (es nuestro principal suministrador) en una negociación que tiene como trasfondo el cambio de rumbo del gobierno de Sánchez respecto al Sahara.
La aceptación española de los términos marroquíes, que plantean un autonomía “a la española” del Sahara Occidental, pero sometida a la influencia de Marruecos, ha encendido los ánimos de los argelinos hasta llegar a un conflicto nunca antes visto entre ambos países que ha llevado a la retirada -momentánea- de su embajador en nuestro país.
Quizás sea este el motivo por el que los más suspicaces ven en el movimiento de Pedro Sánchez, entre otras cuestiones como es el tema migratorio, una forma de acercar posturas de cara a una futura extracción de petróleo de las aguas entre España y Marruecos, que no tienen una delimitación clara y en la actualidad se dibujan según el criterio de la mediana, la norma que rige si no hay un acuerdo entre estados.
Ya en 2008 otro gobierno socialista, liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, intentó poner en marcha una coalición para compartir los futuros beneficios de los recursos naturales habidos en las aguas comprendidas entre ambos territorios, una idea infructuosa que también exploró el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Aguas territoriales, germen del conflicto
Desde hace décadas el problema que hoy se presenta en forma de prospecciones petrolíferas es, de base, un conflicto por las aguas territoriales. Así lo ha sido, sobre todo, en lo referente a los acuerdos de pesca y la asunción de Marruecos de que el Sahara Occidental es parte de sus dominios.
Las 200 millas náuticas de Zona Económica Exclusiva (ZEE) que les reconoce la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 fueron extendidas de tapadillo en 2020 -justo al inicio de la pandemia por COVID-19- a 350 millas náuticas acogiéndose a la posibilidad que se les brindaba como plataforma continental, según establece la citada Convención.
Esa extension de sus aguas se hace en base al reconocimiento del Sahara Occidental como territorio marroquí. En medio se encuentra el Archipiélago canario, al que, desde su enclave más cercano al continente, solo separan 60 millas náuticas (casi 100 kilómetros), una extensión que corresponde al estado español.
Según afirmó el geólogo y paleontólogo Francisco García-Talavera en Atlántico Hoy, España ha tardado mucho en delimitar las aguas de Canarias, un derecho que le corresponde y que sí ejerció Portugal con las Azores y Madeira a finales de los 70 del siglo pasado. De fondo estaba el conflicto que desembocó en la descolonización del Sahara Occidental por parte de España y las complicadas relaciones con el país vecino.
Posicionamientos políticos
Han sido numerosos los dirigentes canarios que han salido a la palestra para denunciar el "alto riesgo" que estas prospecciones suponen para las Islas, como es el caso del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, quien considera que "España está cediendo continuamente al chantaje de Marruecos, como en el caso del sector pesquero".
En el espectro político antagónico, el presidente del Partido Popular en Canarias, Manuel Domínguez, ha mostrado preocupación por las incógnitas que genera aceptar la autonomía para el Sahara que plantea Marruecos, recordando que hace un año el gobierno marroquí incorporó la zona de las llamadas aguas canarias a su área de pesca y el ejecutivo español "no ha movido ficha", lo que le ha llevado a preguntar si sucederá lo mismo con las riquezas próximas al archipiélago canario.
Fernando Clavijo, líder de Coalición Canaria, quien en el pasado se mostrara favorable a las prospecciones de Repsol, propuso este lunes la conformación de un “frente canario” que proteja a las islas frente a los intereses de Marruecos y las prospecciones petrolíferas que están llevando a cabo.
Habrá que esperar
Con todo, el anuncio llevado a cabo por Europa Oil & Gas y el Reino de Marruecos es tan solo el prefacio de una historia que aun está por contar, puesto que dicho hallazgo no deja de ser una suposición que no podrá demostrarse hasta que los sondeos confirmen la existencia de petróleo en aguas que, aunque cercanas, no son canarias, por lo que la capacidad de negociación del Gobierno de España se antoja complicada si el país vecino decide aprobar la extracción de crudo.
La oposición frontal de gran parte de la ciudadanía y los partidos es una baza a favor de Mohamed VI, quien sabe que hará falta mucha pedagogía (o mano dura -Sánchez podría hacerlo-) para que España se atreva con la aventura del petróleo. La convulsión política, con elecciones a la vuelta de la esquina, no ayuda en la búsqueda de un consenso en favor de una iniciativa de este calado. Dada la coyuntura internacional de los últimos dos años y la tradicional tibieza española respecto a sus relaciones, el momento no puede ser más oportuno.
De tal modo que habrá que esperar. A que la petrolera británica consiga financiación, que lo hará. A saber si, al contrario de lo que le sucedió a Repsol, el oro negro es de una calidad suficiente y permite unas condiciones óptimas para ser extraído. A que comiencen a sacarlo a espuertas y nosotros dirimamos, tarde, si queremos o no parte del pastel.