Canarias necesitará una inversión de 7.699 millones de euros para poder desarrollar las tecnologías necesarias para alcanzar el 60% de generación eléctrica con energía sostenible en las Islas en 2030. La mayor parte de las inversiones necesarias para lograr los objetivos que persigue el Gobierno de Canarias serán privadas y dominan la energía eólica marina y la producción de hidrógeno como las tecnologías que más inversiones recibirán en los próximos ocho años.
Así se desprende de la memoria económica del Plan de Transición Energética de Canarias (Ptcan) que se encuentra en proceso de información pública y que marca las líneas previstas por el Gobierno de Canarias para alcanzar que las Islas dejen de depender de los combustibles fósiles al menos en el 60%. Para lograr esta meta se requerirá de una inversión total de 7.699 millones de euros, que se desglozaría en 6.390 millones de euros que provendrían del sector privado y de 1.309 millones de euros del público. Así, la inversión privada supondría el 83% mientras que la pública será del 17,3%, recoge el documento.
Nuevo panorama energético
Con esta inversión está claro que se prevé un mapa de producción energética diferente al actual, que depende en su gran mayoría del petróleo, de hecho, se necesitan siete millones de toneladas equivalentes de petróleo para la producción de energía cada año en Canarias. En ese nueva visión energética que el Gobierno cree que se conseguirá en 2030, serán las nuevas tecnologías las ocupen un mayor protagonismo en las inversiones previstas. Serán el hidrógeno y la energía eólica marina las que a lo largo de estos ocho años abarquen una mayor inversión, con 1.331,53 millones de euros en el caso de la primera y de 1.121,16 millones en el caso de la segunda.
El almacenamiento a nivel de usuario (999,73 millones de euros) y la energía eólica en tierra (870,28 millones de euros) siguen la lista de tecnologías que más inversiones requerirán para 2030. Continúan los puntos de recarga necesarios para lograr la electricifcación del parque de vehículos (593,44 millones de euros), el almacenamiento a gran escala (567 millones de euros), los Smart Grids, es decir, la red de distribución eléctrica inteligente (398 millones), el Power to X, que se refiere a la tecnología que se usa para la conversión de electricidad en combustibles líquidos o gaseosos o productos químicos (375 millones), la energía fotovoltaica offshore (308 millones), la fotovoltaica de consumo (233 millones), la interconexción eléctrica (208 millones) y la eficiencia energética (207 millones).
Diferentes escenarios
El Ptcan recoge tres escenarios que calculan cómo será la transición energética de Canarias en base a las inversiones que se realizan. Mientras que para la Alternativa 0 la inversión no superaría los 2.000 millones de euros hasta 2030 y no se lograrían las intenciones del Gobierno, para las Alternativas 1 y 2, que sí conseguirían la propuesta, habría que desembolsar 12.491 millones de euros para la primera y 7.321 para la segunda. Este último escenario es el que persigue el Ejecutivo canario y conllevaría que en ocho años Gran Canaria reciba una inversión de 2.854 millones de euros, Tenerife de 2.633 miilones, Lanzarote de 677 millones, Fuerteventura de 732 millones, La Palma de 218 millones, La Gomera de 132 millones, y El Hierro de 74 millones de euros.
Todas estas inversiones son directamente dependientes de los avances tecnológicos que se produzcan. Se entiende que será mayor el desembolso para las tecnologías que todavía están en desarrollo como el hidrógeno, que se propone como forma de almacenamiento energético y que ya está siendo objeto de estudio en Canarias para abaratar sus costes. Pasa lo mismo con la energía eólica marina. Pese a que muchas empresas ya se han mostrado interesadas en la generación eléctrica en el Archipiélago a través de aerogeneradores en el mar, la realidad es que todavía se está investigando qué tecnología es la más rentable. Hay que tener en cuenta que las profundidades entre islas obligan a que estos molinos sean flotantes, la que es una estructura menos explotada que las que estarían anclados a tierra.
Todo ello refleja que las inversiones para cada una de las tecnologías que conseguirían desacoplar a las Islas de la dependencia del petróleo están vinculadas con el desarrollo de las tecnologías en sí. Para el cálculo de las inversiones necesarias desde el Gobierno explican que se han tenido en cuenta los megavatios necesarios para cada una de las tecnologías y lo que costaría su puesta en marcha.