La eólica marina va a llegar a Canarias. Es un hecho cada vez más evidente que el Archipiélago tendrá molinos frente a sus costas y aunque es una estampa a la que se oponen algunas voces parece que no hay vuelta atrás. Los gigantes que atemorizaron a Don Quijote y Sancho Panza no solo estarán en tierra sino que flotarán en aguas del Atlántico para traer, dicen desde el sector, múltiples beneficios. Además, todo apunta a que las Islas serán el primer territorio español donde se coloquen.
“No está todavía confirmado al 100%, pero en las distintas estrategias ya se identifica que Canarias va a ser la punta de lanza donde se convoquen las primeras subastas para instalar parques de eólica marina”. Con esta rotundidad lo explica Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en una entrevista concedida a Atlántico Hoy.
"El territorio ideal"
Ha viajado hasta Gran Canaria para asistir al II Congreso Eólico Marino, celebrado en la capital de la Isla donde “existe un gran consenso social y político a todos los niveles para desarrollar esta tecnología”. “Pero también puede ser en otras como Tenerife”, apostilla.
“Canarias es el territorio ideal”, afirma, “para iniciar el despliegue de toda esta tecnología”. Las razones son muy variadas y, desde luego, Romagosa no enumera pocas. “La principal es que hay buen recurso eólico, en el Archipiélago hay zonas con viento con velocidades medias muy altas y muy estable a lo largo del año, hay pocas zonas en España con tan buenas condiciones”, agrega.
Zonas protegidas
“Aparte se dan otros factores como que en Canarias hay poca penetración de energía renovable en comparación con otros territorios y regiones de España porque toda la matriz energética de las Islas está basada en combustibles fósiles. Concentrada en gasoil y en gas que contaminan mucho”, prosigue el director técnico de la AEE.
Detalla también que desarrollar energías limpias en tierra es cada vez más complicado porque en el Archipiélago, dice, hay muchas zonas protegidas. “Es un territorio muy rico desde el punto de vista ambiental y paisajístico donde no se pueden desarrollar más proyectos de renovables”, indica.
Presión urbanística
“Hay pocas renovables, aunque existen parques eólicos terrestres y fotovoltaicos, pero en menor proporción con respecto a los objetivos de reducir emisiones e integración de energías limpias que se han marcado los gobiernos de España y Canarias en sus distintas estrategias”, expone.
Resalta que, aunque el desarrollo en tierra todavía es posible, “hay una presión urbanística importante y zonas turísticas”. “La eólica marina supone una oportunidad de oro para poder integrar más renovables en un sitio donde no molestan”, sentencia.
Energía más barata
Otra razón es que en Canarias la producción “es muy cara” por la matriz energética basada en combustibles fósiles. “Producir un megavatio hora de energía es más del doble de costoso que en la Península”, añade. “La eólica marina, aunque tiene margen de mejora, es más barata de lo que actualmente se está pagando en el Archipiélago por consumir energía en casa y en la industria”, matiza.
“Hay un cuarto factor adicional que es la cadena de suministro y el tejido industrial y empresarial que ya existe. Se puede ver muy beneficiado por el desarrollo de esta tecnología, que va a suponer más puestos de trabajo y consolidar un mercado en el sector naval y el marítimo-portuario”, destaca.
Motor de empleo
¿Se puede decir entonces que Canarias es la joya de la corona para instalar la energía eólica marina? “Sí, efectivamente. Todo el tejido industrial y empresarial que existe en el sector naval de las Islas participa dentro de la cadena de valor construyendo las plataformas flotantes o haciendo todas las operaciones de instalación en el mar”.
Romagosa deja entrever que también puede ser un buen motor para dar trabajo a quienes lo necesiten. “Las Islas padecen una situación de desempleo de manera casi estructural y todo lo que suponga posibilidades de desarrollo hace que sea una oportunidad muy buena”, apuntala.
Pasará desapercibido
Pone sobre la mesa que también tiene un valor positivo de cara al sector turístico porque los visitantes se alegrarán de ver que la energía que están consumiendo en su destino de vacaciones es de ese tipo.
Sobre las personas que no están convencidas y argumentan que puede perjudicar a la imagen de la costa canaria, su análisis es que el tema no se conoce o no se explica adecuadamente. “Van a estar a más de 8 kilómetros de la costa y pasarán desapercibidos”, resalta.
La conclusión es clara: Canarias tiene, nunca mejor dicho, todo el viento a favor para estrenar los primeros parques de eólica marina españoles. “Tratamos de buscar zonas donde va a haber un desarrollo inminente y una cadena de valor establecida”, culmina Romagosa en un guiño a las Islas.