El pago de las pensiones es uno de los problemas que preocupa en líneas generales al Estado, por lo que se convierte en algo inevitable tener en cuenta el número de afiliados por cada pensionista. En Canarias, el ratio es de 2,56 cotizantes por cada persona que percibe una pensión.
Según los expertos, con ratios por debajo de dos, el sistema de reparto resulta difícil de sostener. Por ahora, la media en Canarias se mantiene favorable; no obstante, los cambios demográficos y el mercado laboral pueden conllevar a una variabilidad. Juan José Hernández, gerente del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, aconseja analizar la situación a largo plazo.
Baja natalidad y ofertas de empleo
Las pensiones se basan en un sistema de solidaridad intergeneracional, es decir, “aquellos que trabajan en la actualidad son quienes aportan el dinero para los pensionistas de ahora”, ha explicado. El dato actual denota que “el ratio de las personas activas con respecto a las jubiladas se está manteniendo bien”, ha puntualizado el economista.
Sin embargo, el experto asegura que no hay que confiarse, pues se están produciendo distintos cambios que pueden afectar a este ratio. Por una parte, la baja natalidad, que conduce a que cada vez haya menos personas activas y, por otro lado, la oferta de empleo en el mercado laboral.
"Hucha de las pensiones"
“Si llegamos a un ratio de un cotizante por pensionista, el sistema no es viable. Siempre tiene que estar por encima de dos”, ha expresado Hernández. El economista pone de ejemplo cuando hace décadas, el dato se posicionaba en tres afiliados por pasivo, lo que implicaba que “sobraba el dinero y se llenaba la famosa hucha de las pensionas”.
La situación ahora se mantiene; no obstante, si la cifra se reduce -por una cuestión demográfica o por una razón de crisis económica- “se debería de aportar un extra para poder aportar las pensiones”, por ejemplo, “creando un impuesto para compensar el pago”. Es por esta razón que Hernández anima a estar ojo avizor.
Horas de trabajo
La economía de Canarias se ha recuperado tras la pandemia, según el economista, aún así anima a marcar una “una senda de crecimiento que garantice la viabilidad del sistema”. ¿Cómo se puede conseguir? Hernández pone el foco en el número de horas trabajadas en lugar del de puestos de trabajo.
“Ahora mismo producimos mucho más que en otras décadas necesitando menos personas y tiempo”, ha expuesto Hernández, quien culpabiliza en cierta medida a la tecnología. “En Canarias no se nota mucho por el sector Servicios, pero a nivel general, con el uso de la tecnología, se van necesitando menos horas de trabajo”.
Incremento de la población
Siguiendo la comparación con décadas pasadas, el economista ha resaltado también el incremento de la población. “En los años 60 teníamos menos personas que ahora, ¿qué hacemos con el resto de la gente que el sistema no necesita?”, se pregunta.
Surge así la paradoja entre el deseo del Estado de que “todo el mundo tenga trabajo” y, por su parte, la búsqueda de la productividad de las empresas, invirtiendo, por ejemplo, en tecnología, por lo que “no tienen porque tener tantos trabajadores”.
Inmigración
“Lo que hay que hacer es generar horas de trabajo o fomentar sectores cualificados con salarios más fuertes, al contrario de los puestos de poca formación y sueldos mínimos”, ha propuesto Hernández, aunque recalcando que esta situación no se puede simplificar, sino que requiere de un análisis más exhaustivo.
Asimismo, la inmigración “es otra salida”. El economista ha planteado facilitar el empleo a las personas migrantes “como hace Canadá”. “O sube la natalidad, hecho más complicado, o se le da una oportunidad a la gente de fuera que quiera venir a trabajar y cotizar”, ha añadido.
"¿Qué va a pasar en el futuro?"
Junto a los planteamientos del mercado laboral, Hernández no deja atrás la demografía. “Canarias se va a convertir en unas islas de personas ancianas”, ha comentado; sin embargo, ha subrayado que se debe pensar a largo plazo, pues a pesar de que ahora la cúspide de la pirámide poblacional sea más ancha, produciendo que el sistema sea inviable, esta situación cambiará.
“Cuando las personas del baby boom, que ahora son los que se jubilan, fallezcan, la pirámide poblacional, ahora mismo invertida, va a volver a su forma original”, ha apuntado. La pregunta que formula es “¿qué va a pasar en el futuro?”. Por ello, el economista anima a los políticos a hacer una diagnosis a corto, medio y largo plazo, ya que “la solución de hoy puede no ser la que queramos en el futuro”.