La bolsa de Estados Unidos sufrió un terremoto este lunes que hizo temblar a todos los inversores. Con los tipos de interés al alza —porcentaje que marca el rendimiento de los préstamos— y el seísmo que vivió también la economía japonesa por la subida de valor que experimentó el yen —no ocurría nada parecido desde 1987 con la moneda del país nipón— todo terminó con una jornada para olvidar, pero con la que nadie está tranquilo aún ante la incertidumbre de lo que pueda ocurrir. Canarias, a pesar de su lejanía como región ultraperiférica, tampoco se libra de las posibles secuelas.
La situación es digna de análisis. El Ibex 35 cayó el 1,4% nada más empezar la semana a la par que Wall Street veía con resignación pérdidas del 6%. “Un estornudo en Estados Unidos o en Japón tiene después consecuencias en todo el mundo”, afirma en declaraciones a Atlántico Hoy Rosa Batista, presidenta de la Comisión de Educación del Colegio de Economistas de Las Palmas. “Probablemente las Islas no se vayan a librar”, resalta. Una de las cuestiones que se puede ver afectada en Canarias es el precio de la importación de productos industriales o para consumo de los particulares por culpa del cambio entre el euro y el dólar.
¿Habrá encarecimiento?
“Desde el momento en que una economía frente a otra se hace más cara”, dice, “tenemos problemas de importación y de exportación”. Todo unido a un contexto en el que la inflación no para de crecer. Batista pone sobre la mesa que en el Archipiélago el 80% del consumo interno viene de fuera al ser un territorio abierto.
Todavía puede haber un atisbo de esperanza porque, en realidad, es complicado saber aún si habrá un abaratamiento o un encarecimiento en los procesos para transportar las mercancías hacia las Islas. “Eso explicado en términos genéricos, luego cada sector es un mundo”, resalta. “De todas maneras yo creo que estamos en un compás de espera”, matiza.
¿Y el turismo?
El turismo puede ser otro aspecto hacia al que apuntar en el corto plazo dado que, además, afectará al flujo y al movimiento de personas si la situación se agrava en los países emisores de visitantes como, por ejemplo, Alemania —en noviembre de 2023, en plena temporada alta, llegaron 276.807 turistas desde el país germano—. Ahora bien, como comparte la misma moneda puede que el panorama pueda llegar a estar más controlado. Algo que no ocurre con Inglaterra, desde donde viaja el doble de gente —465.832 en los mismos 30 días del año pasado—, al tener la libra esterlina.
Batista señala que “hasta que no se conozca cómo se estabiliza ese cambio no sabemos qué efecto va a tener en Canarias”. “Ahora mismo, en las circunstancias en la que estamos, no sabemos por dónde van a salir las cosas”, incide. La presidenta de la Comisión de Educación del Colegio de Economistas de Las Palmas expone, como han hecho otros compañeros de profesión, que todo apunta a ese entorno prebélico que se está respirando “en prácticamente todos los mercados”. “Y si en algún lugar del planeta termina estallando la guerra nos va a afectar”, manifiesta.
Conflicto en el Pacífico
Las tensiones en el Pacífico pueden complicarlo todo más. Hace unas semanas, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó a China de tener “un comportamiento cada vez más problemático” en el Indopacífico, una región de crecientes tiranteces entre Washington y Pekín. El jefe de la diplomacia norteamericana criticó durante una rueda de prensa las “reivindicaciones marítimas ilegales” y “la militarización de zonas en disputa” como el Mar de la China Meridional.
Blinken insistió en que Estados Unidos busca entender a través de la diplomacia cuáles son “las prioridades de la población de las islas del Pacífico” al referirse a la lucha contra la crisis climática, la ciberseguridad, la educación, el combate contra la pesca ilegal, entre otras. Aún así, reafirmó su compromiso para solucionar los problemas en la región.
El empleo
Volviendo a Batista, la economista recuerda que a medio plazo puede tener consecuencias en el empleo. “Desde que tú le tocas los costes a las empresas, las compañías tienen que tomar decisiones y una puede ser despedir gente”, apostilla.
“La conclusión es que toda la economía está ahora mismo revuelta porque estamos pendientes de muchas circunstancias. Hay un frente del Pacífico, las tensiones en Europa, que sigue insistiendo con Rusia y Ucrania; y luego tenemos el conflicto en Israel. Todo es un hervidero ahora mismo”, sentencia.