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Economía

Alojamiento turístico en Canarias: precios hoteleros al alza frente a un barato alquiler vacacional

El debate en torno al modelo turístico de Canarias encuentra en el acceso a la vivienda una de sus mayores problemáticas.

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Imágenes de una habitación de hotel y de una vivienda vacacional./ MONTAJE AH

El debate en torno al modelo turístico de Canarias encuentra en el acceso a la vivienda una de sus mayores problemáticas.

La salida de la crisis de las hipotecas subprime llevó consigo un imparable ascenso del precio del metro cuadrado. Tras el parón global de la economía en 2020 el contexto socioeconómico surgido de la crisis pandémica no hizo más que aumentar el porcentaje de sueldo que cada canario dedicaba al pago de una residencia, lo que puso en el foco dos problemáticas derivadas: la compra de vivienda por parte de extranjeros y, sobre todo, el alquiler vacacional.

Desde que el gobierno de Paulino Rivero quiso regular, a mediados de la década pasada, una práctica entonces en ciernes han pasado muchos años de alegalidad que han llevado a que el alquiler vacacional se haya puesto a competir, de tú a tú, con los modelos tradicionales de alojamiento turístico, hotelero y extrahotelero (dígase los apartamentos, que se encuentran en considerable -e irremontable- caída).

Cambio de dinámica

Aquellos que monopolizaban el sector, en particular los pequeños hoteleros más susceptibles a estas variaciones, han puesto desde entonces el grito en el cielo por lo que consideraban una practica desleal, aludiendo a factores como los costes de mantenimiento y de personal, sumados al aumento de precios y la inflación, que ellos debían asumir mientras los dueños de viviendas residenciales actuaban sin unas reglas preestablecidas.

Por su parte, los propietarios (particulares) de viviendas destinadas a este tipo de negocio reclaman su derecho a participar de la tarta del turismo aludiendo a su derecho a la propiedad y a la libre competencia.

Este mismo lunes presentaron un documento con 14 propuestas frente al anteproyecto de ley que el Gobierno de Canarias ha impulsado para regular el alquiler vacacional y que a juicio de ASCAV, representante mayoritario del gremio, pretende acabar con esta práctica en favor de las grandes cadenas hoteleras.

Precios desorbitados

Lo cierto es que este mismo lunes se conocían dos datos que, contrapuestos, arrojan cierta luz a este respecto.

Según publicaba hace pocos días el periódico El Día, los hoteles de las islas llevan 34 meses consecutivos encadenando subidas de precios y de rentabilidad. Los datos recogidos por el INE reflejan que las tarifas se incrementaron en marzo un 10% respecto al mismo mes de 2023.

Si se compara con los datos de antes de la pandemia la cifra asciende hasta el 36,4%, en tanto en cuanto la inflación aumentó solo el 18,8% de marzo de 2019 a marzo de 2024, poco más de la mitad de lo que lo hicieron los precios de los hoteles.

Llaman más la atención los ingresos por habitación disponible, 127,31 euros, el máximo histórico en Canarias, con un aumento del 16,3% comparado con el año pasado y del 45,6% respecto de los ingresos medios en el mismo mes de 2019.

Estabilidad del vacacional

Por su parte, el portal de alquileres vacacionales y apartamentos Holidu publicaba la lista de los destinos más económicos de cara al próximo verano, siendo Canarias el segundo más barato del país (119 euros por noche) solo por detrás de Extremadura.

Podría interpretarse este dato por la considerable oferta del Archipiélago, pero destinos con una oferta similar en proporción, como Cataluña (210€/noche) o Andalucía (176€/noche), sobrepasan ampliamente los precios de las Islas.
Con todo, la oferta difiere por islas. En el tramo más alto se encuentran Lanzarote, con un precio medio de 154 euros, Tenerife a 119 euros y Gran Canaria a 118 euros por noche. En el contrario, La Gomera es la más accesible con 80 euros por noche, El Hierro por 82 euros y La Palma, que ofrece tarifas por 94 euros.

Si bien los precios no parecen muy alejados unos de otros, hay que tener en cuenta que la media en Canarias se encuentra algo por encima de las dos personas por habitación hotelera mientras que una vivienda vacacional acoge a unas cuatro, lo que disminuye considerablemente el precio por persona.