Desde los primeros compases las guerreras ofrecieron su versión más batalladora. Cada balón que había en juego parecía el último, y cada vez que el esférico caía en los pies de Koko, La Palmería vibraba. La marfileña fue un puñal en todo momento, y de sus botas nació la primera ocasión clara del partido, con un centro y posterior disparo de Silvia Doblado que se topaba con el palo.
El FC Barcelona, en plena adaptación a la superficie, sufría en balones divididos y no lograba imprimir la circulación deseada. Siempre con un ojo puesto en el partido del Atlético de Madrid, y no fue hasta mediada la primera mitad cuando logró exigir a Aline. Duggan remató de primeras al larguero, un amago de arreón culé que quedó en nada.
Natalia Ramos, UDG Tenerife / @jacfotografo
Una tremenda igualdad reinaba sobre el terreno de juego, y el marcador permanecería intacto al término de los primeros cuarenta y cinco minutos. Pero tras la reanudación, las de Pier Cherubino continuaron con el plan. Presión alta, mucha intensidad y vértigo en los metros finales.
En apenas cinco minutos, Ana sola ante Paños y María José desde fuera del área, las acciones de mayor peligro, justo antes de que la 'killer' tinerfeña anotara un golazo para llevar el delirio a la grada a los 51 minutos. El balón tocaba el larguero antes de rebasar la línea de gol, y se hacía justicia. Un tanto que ponía en bandeja el título al Atleti, y provocaba desazón en las azulgranas, ya de por sí incómodas desde el minuto uno.
Con el paso de los minutos las visitantes fueron arrinconando a la UDG Tenerife en su área, y de forma intermitente, pero sin la definición deseada en los metros finales. La entrada de Martín-Prieto dio el oxígeno suficiente a las guerreras, a las que ya les pesaban las piernas en el tramo final de partido. La Palmera no paró de empujar, de llevar en volandas al equipo blanquiazul. La UDG Tenerife volvió a hacer historia. Es un grande la Liga Iberdrola.