El canario Fernando Díaz del Río Soto ganó este lunes la medalla de oro en solo técnico y se convirtió en el primer campeón mundial de esta competición que debutaba en el programa. Se trata de la cuarta medalla de la delegación española en Fukuoka (Japón). Además es el segundo oro en la historia de la natación artística (antes sincronizada) española, tras el conseguido en el Mundial de Roma 2009 por el equipo en la desaparecida modalidad de Combo.
La cuarta medalla, la de mayor valor, también fue también la más esperada y se la llevó al cuello este canario, de 20 años, que va quemando pasos a ritmo agigantado y este lunes en la piscina del Centro de Congresos de Fukuoka tocó el cielo. Llegaba con la mejor nota, salió a nadar el último, pero Díaz del Río, 'Fer' como le conocen en el mundillo de la artística, no se amedrentó, dio lo mejor de sí mismo, arriesgó y no cometió ni un error.
De hecho, no sufrió ninguna penalización, ni en la preliminar ni tampoco en la final. El español nadó con energía un tema de Sam Smith, con arreglos de Salvador Niebla. Fue tal su confianza que parecía que en vez de una final mundialista estuviera en la piscina del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, allí donde sus entrenadoras Anna Vega y también Gemma Mengual, han moldeado día a día al recién proclamado campeón.
Tres años de dedicación exclusiva
Fernando lleva ocho años dedicado a la artística, aunque en exclusiva solo los tres últimos, porque al principio la combinó con la natación. El canario empezó porque la disciplina fusionaba sus dos pasiones: el ballet y la natación; y los primeros pasos los dio junto con su hermana. Se instaló en el CAR, empezó a entrenar de lunes a sábado y entre seis y ocho horas diarias, y se dio cuenta de que aquella quería ser su vida, cuando Fernando dio lo mejor de sí mismo, después de sentirse una y mil veces apoyado por su entorno familiar y de amistad.
Este estudiante de psicología le ha echado muchas horas para llegar hasta lo más alto y admite de la importancia de la preparación mental tanto en el deporte como en la vida. "Por muy sano que estés, creo que una dificultad mental impide mucho más que una lesión física", repite como mantra. Y hoy aún voló más alto. Había conseguido dos platas en el último Europeo y sabía, aunque no lo quería verbalizar, que la ausencia del máximo favorito, el italiano Giorgio Minisini, le abría las puertas al oro, pero no quería creérselo.
244,555 puntos valen su peso en oro
Sintió el calor de su entrenadora Anna Vega en el túnel de acceso a la piscina. Sólo él y Anna saben de aquella conversación, la última antes del gran momento. Fernando salió con todo, emocionado y consciente, completó un gran ejercicio y se emocionó sentado junto a su entrenadora en el sofá blanco dispuesto por la organización para el momento. Poco después escuchó la nota, esos 224,555 puntos que no olvidará nunca. El canario fue de largo el mejor en impresión artística (96,2), pero también en elementos (128,3550) y eso que el nivel de dificultad que Anna Vega había dispuesto para la sesión, no era el más alto de la final. En el podio lo acompañarán el estadounidense Kenneth Gaudet, con 216,8, y el kazajo Eduard Kim 216 puntos.
Es ésta la cuarta medalla de España en este Mundial de Fukuoka, un éxito inesperado fruto de la nueva artística, mezcla de estrategia, de asegurar las rutinas y, sobre todo, de no cometer errores. La de Fernando se suma al bronce de Iris Tió (solo técnico), a la plata de dúo mixto técnico (Emma García y Dennis González) y al también bronce en el dúo técnico (Alisa Ozhogina e Iris Tió) cuando aun quedan unas cuantas pruebas con opciones de éxito. España, sin duda, ha vuelto a lo más alto de la natación artística, después de muchos años de travesía por el desierto.