Por segundo año consecutivo el comienzo de la Liga F se ve comprometido por la negociación de las condiciones salariales, en este caso de las futbolistas. La temporada pasada el arranque liguero se retrasó por la huelga arbitral y ahora, a menos de una semana para el comienzo de la competición, los sindicatos han convocado un parón para las dos primeras jornadas que solo un acuerdo sobre el covenvio colectivo en la reunión del próximo lunes 4 de septiembre podría evitar.
‘La promoción de esta huelga es resultado del estancamiento en las negociaciones del convenio colectivo. Se persigue avanzar en dichas negociaciones, lograr un trato justo y digno para las futbolistas, abordar y reducir la brecha salarial existente’, entre otras cuestiones, exponen los sindicatos. "El banco social, como es preceptivo, ha solicitado un acto de conciliación en la sede del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje. En caso de no alcanzarse un acuerdo, se le remitirá formalmente a la Liga F el escrito de la convocatoria de huelga", indican los sindicatos.
Desacuerdo en el salario mínimo
En las negociaciones entre la Liga F y los cinco sindicatos del fútbol femenino (FUTPRO, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT), la reclamación por parte de las jugadoras de un salario mínimo de 20.000 euros para esta temporada se ha encontrado con la negativa de la competición, que solo contempla los 16.500 euros como retribución más baja. La pretensión de las futbolistas es alcanzar los 30.000 euros de salario mínimo en tres temporadas mientras que, por parte de la Liga F, proponen que el aumento en ese mismo periodo llegue solo a los 19.000 euros.
En resumen, la Liga F ofrece para la temporada 2025-2026 un salario mínimo que ni siquiera cumple con las expectativas de las futbolistas para este temporada, que debería arrancar el próximo viernes 8 de septiembre con la disputa del partido entre el Sevilla y la UD Granadilla Tenerife. Además, las profesionales exigen otras medidas adicionales como protocolos contra el acoso sexual o planes de conciliación familiar.
Un convenio estancado
Tras más de un año de negociaciones y posturas encontradas, el éxito de público en el Mundial conquistado por España en Australia, así como el escándalo por el comportamiento de Luis Rubiales, han evidenciado la necesidad de un convenio adaptado a la realidad del fútbol femenino. Por este motivo, las futbolistas solicitan que se refuercen los protocolos de actuación contra posibles situaciones de acoso sexual o abusos de poder.
Por otra parte, las jugadoras también solicitan avances en materia de conciliación familiar, de manera que las futbolistas que son madres puedan ir acompañadas de una persona en los desplazamientos, así como la posibilidad de contar con guarderías o salas de lactancia en los estadios o campos de entrenamiento. Por último, los derechos de formación son otro punto a tratar ya que algunas futbolistas han denunciado que sus clubes invocan estos derechos como pretexto para establecer cláusulas tan altas que en la práctica son inasumibles y así impiden que ciertos traspasos puedan llevarse buen término.