En la previa de la gran final por el ascenso el domingo en el Heliodoro, Luis Miguel Ramis, admitió que la espera por el partido "se hace larga" aunque "sin ansiedad ni precipitación" mientras que el equipo sigue completando "entrenamientos cortos, intensos y de calidad". Como ya afirmó en la rueda de prensa posterior al partido de Montilivi, el técnico destacó que el equipo tendrá que "gestionar mejor cuando tenemos el balón para hacer más daño" porque "por mi cabeza pasa ganar el partido". A nivel personal reconoció que se encuentra ante "el partido más importante de mi carrera como entrenador, porque es el que más premio tiene", subrayó.
Acerca de la ilusión generada en la isla, el entrenador subrayó que está "orgulloso y satisfecho" de que sus jugadores hayan sabido "conectar a la afición expresando un sentimiento en el campo". También se refirió a su etapa como jugador blanquiazul donde vivió años de "mucho sentimiento, de mucha pasión, de mucho respaldo" y manifestó que uno de sus sueños cuando llegó al banquillo del Tenerife era "poder volver a ver a una afición en ebullición, con muchas ganas de venir a ver a su equipo" y para ello "no hay mejor forma que disputar una final en nuestro estadio y sin ningún sitio vacío". concluyó.
En cuanto a la alineación ante el Girona el técnico se mostró hermético con un escueto "ya la veréis el domingo" pero sí se refirió al estado físico de Shashoua y Alex Muñoz, que "se encuetran muy bien, y ahora más, porque han trabajado estas dos semanas" y llegan "en muy buenas condiciones para poder ayudarnos". Sobre la suplencia de estos jugadores en los partidos anteriores aseguró que se debe "a decisión técnica". También habló de Sipcic, que ha vuelto después de disputar varios partido con su selección "en buenas condiciones".