El CD Tenerife venció por 3-1 al Fuenlabrada CF en el Heliodoro Rodríguez López y se consolida en la cuarta plaza de la clasificación, a cinco puntos del ascenso directo, y con un margen de ocho puntos para mantenerse en puestos de promoción. Después de tres partidos sin vencer ante su público, los blanquiazules vuelven a llevar la sonrisa a la grada del Heliodoro con una victoria en la que anotaron Enric Gallego, por partida doble, y Mario González. El gol de penalti de Pedro León no impidió la derrota de un Fuenlabrada que se mantiene en penúltima posición, casi sin opciones de salvar la categoría.
El choque empezó en el Heliodoro con una acción de Bouldini que intentó adelantar al cuadro madrileño en jugada personal, aunque no llegó a poner en problemas a Soriano. Por su parte el Tenerife buscaba las incursiones, sobre todo por banda derecha, de Mellot. Durante los primeros veinte minutos reinó el rigor defensivo y la destrucción del juego del rival sobre la creación del propio. El Tenerife buscaba volver a ganar como local y el Fuenlabrada encaraba una de sus últimas oportunidades de salvar la categoría, así que la prudencia marcó el inicio del partido.
Gallego, gol y golazo
En partidos tan cerrados, las jugadas a balón parado suelen ser las que abren el marcador. Y así, en su vuelta a la titularidad tras superar la lesión, Álex Muñoz sirvió un saque de falta directo al remate de cabeza de Enric Gallego. El testarazo del atacante blanquiazul rebotó en Kanté, que desvió el balón y despistó a Altube, imposibilitando la parada del meta fuenlabreño. Sin apenas generar ocasiones de gol, aunque con más iniciativa que el rival, el Tenerife se adelantó en el minuto 27 de partido.
Con el marcador en contra, el Fuenlabrada se vio obligado a adelantar las líneas y Aitor Sanz buscó la espalda de la defensa con pases a Mellot y a Mario González. Sin embargo, el segundo gol del Tenerife llegó tras un robo en la salida del balón del Fuenlabrada. Enric Gallego presionó a los centrales, interceptó el pase de Álvaro Bravo y con un disparo muy lejano superó con una vaselina a Altube. Golazo de Gallego en el minuto 40, segundo tanto en el partido del delantero catalán y décimo de la temporada en su cuenta personal.
Tercero y penalti para el Fuenlabrada
En la segunda parte, Luis Miguel Ramis optó por dar minutos a Corredera como recambio de Larrea, que había sido titular. Precisamente fue el mediocentro recién ingresado quien sacó en corto un córner hacia Bermejo, que centró al área y encontró el remate de Mario González con la pierna derecha para poner el 3-0 en el marcador. El ariete burgalés se contuvo en la celebración, resentido de un golpe en el hombro, por lo que, poco después del gol, le sustituyó Elady.
En el minuto 60, Gallego protagonizó de nuevo una jugada, aunque esta vez en labores defensivas, cuando atropelló a Bouldini impidiendo que rematara de cabeza. El VAR no dejó lugar a dudas y Pedro León se hizo con la responsabilidad de lanzar el penalti, a pesar del enfado de su compañero Bouldini. El centrocampista murciano lanzó y convirtió la pena máxima engañando a Juan Soriano, que se tiró hacia el lado contrario.
Desorden y contraataques
A pesar del gol del equipo madrileño, el partido seguía teniendo dominio local, más aún con los espacios que el 'Fuenla' dejaba en la retaguardia. En cada jugada visitante, el Tenerife encontraba una posibilidad de contraataque mientras el desorden iba incrementando en el dibujo táctico de José Ramón Sandoval. En una de estas transiciones, la frustración del Fuenlabrada se manifestó en una acción en la que Konaté, sin opción de llegar al balón, zancadilleó a Mollejo por detrás y vio la segunda amarilla. Con un marcador adverso y un jugador menos desde el minuto 73, las opciones de puntuar del cuadro madrileño practicamente se esfumaron.
En los últimos minutos, Sandoval tiró de lo poco que aún tenía en el banquillo y Zozulya saltó al campo mientras que Ramis le regaló la ovación del Heliodoro a Enric Gallego cuando fue sustituido por Shashoua. Con un Fuenlabrada volcado, los jugadores frescos como Shashoua o Rubén Díez, que entró por Bermejo, encontraron fáciles galopadas hacia el área. Pero la jugada más destacada fue al borde del pitido final, en un recorte magistral de Elady que, aunque falló en el disparo, recogió su propio rechace y reclamó penalti. El delantero blanquiazul pidió la revisión de la jugada, pero el árbitro lo desestimó y decretó el final del partido para acabar con la agonía del Fuenlabrada.