Tal vez el mediocentro sea una de las demarcaciones más ingratas en el fútbol. Los aplausos están en las áreas, con los goles marcados o evitados; en las bandas, con las galopadas que rompen líneas; o en las porterías, con un guante salvador en el útlimo momento. A menudo escuchamos que los mediocentros, especialmente los de corte defensivo, son los encargados del trabajo sucio, que no luce pero es necesario. Precisamente en esta posición es en la que Ramis deberá innovar hoy para la visita del Racing de Santander al Heliodoro. La sanción a Aitor Sanz por ser expulsado ante el Levante, la lesión de José Ángel y las ausencias de Pablo Larrea y Javi Alonso obligan al técnico blanquiazul a presentar una solución de emergencia para firmar la primera victoria de la temporada ante un equipo que aún no ha celebrado un gol esta temporada.
Seguramente una de esas piezas será Corredera, que desde su llegada a Tenerife ha rendido a buen nivel en esa demarcación, si bien en este arranque liguero ha suplido las carencias del equipo en banda derecha. La verdadera incógnita es quién le acompañará para formar la pareja de mediocentros. La opción más probable es la de Sergio González, que adelantaría su habitual posición de central para volver a desempeñar un rol con el que también está familiarizado. Este dueto cuenta con un precedente la pasada campaña, cuando el Tenerife visitó Ipurúa en la penúltima jornada liguera, ya con plaza asegurada en el playoff, y perdió por 2-0.
En las bandas, sin embargo, Ramis cuenta con muchas alternativas, más aún con la incorporación de Appiah. El técnico ya avisó en la rueda de prensa previa que tanto él como Iván Romero están disponibles y podrían debutar en el duelo ante el conjunto cántabro. Incluso si Waldo repitiera titularidad en el costado derecho sería la primera vez que coincidiera sobre el terreno de juego con Corredera, que estuvo sancionado la semana pasada. Entre bajas y fichajes, Ramis tendrá que ensayar un centro del campo inédito en busca de los tres primeros puntos del curso.
Un histórico recién ascendido
Tres años después de su último ascenso, el Racing certificó la pasada campaña su regreso a Segunda. Bajo el mando de Guillermo Fernández Romo, la escuadra cántabra recuperó la categoría con la intención de asentarse y volver a ser un club importante en el panorama nacional como lo fue en la década de los 90 y los años 2000, época dorada en la historia de la entidad. Pero la vuelta a la división de plata está siendo más dura de lo que esperaban y, transcurridas tres jornadas, el equipo no ha conseguido marcar un gol, ha recibido cinco y cuenta por derrotas todas sus apariciones.
Para revertir esta situación, la dirección deportiva agilizó los trámites en el mercado y se reforzó con Jorge Pombo, procedente del Cádiz y que jugó cedido en el Oviedo, así como a Sekou Gassama, cedido por el Valladolid después de dos años en préstamo en el Fuenlabrada y el Málaga. Con estas dos incorporaciones, el Racing ha sumado 14 nuevos jugadores a su plantilla, entre los que se encuentra el defensa Germán Sánchez, que llega libre desde el Granada, o el centrocampista Mboula, cedido por el Mallorca.
Ahora la tarea de Romo es componer un equipo competitivo para la categoría en el que a buen seguro echarán de menos a Pablo Torre, la perla de la cantera fichada por el filial del Barcelona. El club cántabro incluso intentó que el jugador volviera en calidad de cedido esta temporada, pero la operación no fructificó. De esta forma, el Racing se presenta en el Heliodoro en pleno proceso de adaptación y con Gassama como principal novedad ofensiva, ya que Pombo no entró en la convocatoria. Por si fuera poco, el entrenador tampoco podrá contar, por prescripción médica, ni con Satrústegui y ni con Unai Medina, laterales titulares en las tres primeras jornadas.