El CD Tenerife cerró la temporada regular con una derrota por 1-2 ante el Cartagena en un partido en el que el equipo murciano se adelantó pronto en el marcador con un penalti transformado por Ortuño y amplió distancias en el minuto 22 de la primera parte con un gol de Buffarini en un contragolpe. Los cambios de Ramis en el descanso activaron el ataque del CD Tenerife pero la reacción fue insuficiente y el gol de Sipcic en el minuto 64 sólo sirvió para maquillar el resultado. Tras esta derrota y la victoria de Las Palmas, el conjunto grancanario arrebata al Tenerife la cuarta plaza por lo que, en caso de empate en la eliminatoria que enfrentará a los dos equipos canarios, pasaría el cuadro amarillo sin necesidad de recurrir a la tanda de penaltis.
Penalti y contragolpe
El Tenerife salió a por la victoria ante el Cartagena y dispuso de algunos acercamientos al área rival en los primeros minutos. Pero, transcurridos apenas diez minutos, el partido se complicó con un penalti de Jeremy Socorro, titular en el lateral izquierdo, a De Blasis. El encargado de transformarlo fue Ortuño, que engañó a Juan Soriano con un disparo centrado desde los once metros para abrir el marcador. Pocos minutos después del gol, el Cartagena contó con una nueva oportunidad de peligro mediante un potente disparo de Alex Gallar desde fuera del área, pero el larguero repelió el tiro. La grada del Heliodoro casi no se había repuesto del susto cuando el cuadro visitante montó un contragolpe al que se incorporó Buffarini desde la defensa para recoger un centro mal despejado y batir a Soriano después de que su disparo tocara en un defensor.
Con 22 minutos de juego el partido se ponía muy cuesta arriba para el Tenerife, olbligado a remontar dos goles. Pero lo más preocupante era la falta de alternativas en ataque, a excepción de una buena pared entre Elady y Mario González al borde del área que, sin embargo, concluyó con un disparo muy desviado. También lo intentó Moore con una cabalgada por el costado derecho en la que llegó hasta el área pero, después del esfuerzo de la carrera, su remate fue inofensivo.
Cuatro cambios y un gol
Enric Gallego, Andrés Martín, Corredera y Carlos Ruiz fueron las novedades de Ramis para la segunda parte en sustitución de Mario González, Mollejo, Aitor Sanz y José León. La apuesta del técnico blanquiazul para la segunda parte cambió mejoró el juego del Tenerife, si bien es cierto que el Cartagena, sin nada en juego, ya sentía que había cumplido. En cualquier caso las novedades sobre el césped dinamizaron el ataque tinerfeño. Primero con una jugada de Andrés Martín en la que Gallego estuvo atento para cazar el rebote, aunque el guardameta Prior se le echó encima para tapar el disparo. Posteriormente, de nuevo Andrés Martín intervino con un disparo con pierna izquierda desde dentro del área, pero lo cruzó demasiado.
A falta de media hora, Ramis decidió usar su último recurso y alineó a Shashoua como remplazo de Elady. Nada más salir, el inglés entró por banda derecha y se acomodó para disparar con la zurda al palo más lejano de la portería del Cartagena, obligando a una plástica rápida estirada del guardameta Prior. El juego por las bandas empezaba a funcionar para el Tenerife, con Shashoua y Rubén Díez intercambiando posiciones para sorprender a la zaga cartagenera.
Un gol insuficiente
En una de estas acciones, Rubén Díez sirvió un centro lateral desde la banda izquierda al que Sipcic se lanzó con la puntera de su bota en el área para poner el 1-2 en el marcador. La acción fue revisada por el VAR por un posible fuera de juego posicional de Enric Gallego, que también andaba buscando el remate, pero finalmente el colegiado validó el tanto. Poco después un nuevo centro de Rubén Díez desde la izquierda, rematado por Carlos Ruiz, levantó al respetable de los asientos. El cabezazo pasó pegado al palo y engañó a algunos aficionados que ya casi celebraban el gol cuando se dieron cuenta que el balón había pegado en los tensores de la red.
Una jornada más el Tenerife veía como el reloj corría en su contra en su propio estadio y, aunque la reacción del equipo en la segunda parte fue clara, acabó siendo insuficiente. La derrota condena a los blanquiazules a ceder la cuarta plaza a la UD Las Palmas en la última jornada, otorgándole el beneficio de jugar el partido definitivo ante su público, además de la ventaja de pasar de ronda en caso de empate en la eliminatoria.