Con más facilidad de la prevista, el Real Madrid sacó el billete para una nueva final de la Copa del Rey, la novena consecutiva, y buscará consolidar este domingo su dominio en el palmarés tras despachar a golpe de triples (14) a un Lenovo Tenerife falto de frescura que pareció acusar su esfuerzo del partido de cuartos y no pudo alcanzar la que hubiera sido la primera final de su historia (94-74).
El rey de Copas, que llegaba a Granada en un mar de dudas y con varios tocados, cumplió de nuevo con su objetivo de pelear por todos los títulos sin un excesivo desgaste ya que dominó de principio a fin al conjunto canario ayudado por la buena tarde de sus tiradores, las asistencias de Thomas Heurtel y el dominio en la pintura de Walter Tavares.
Marcelinho, desbaratado
Jeff Taylor, ausente de los últimos partidos por sus problemas físicos, salió enchufado a la pista y monopolizó el mejor arranque de su equipo. En defensa, se encargó de asfixiar con éxito a Marcelinho Huertas y en ataque aportó tres triples sin fallo que facilitaron el primer despegue de la tarde ante un Lenovo Tenerife al que le costaba coger el aire a la semifinal.
Además, Walter Tavares empezó imponiéndose en su lucha en las alturas con Gio Shermadini, ganándole las primeras escaramuzas bajo aros y forzando las dos primeras personales del pívot georgiano que lo llevaron al banquillo a los cuatro minutos.
Bombardeo de triples
Aunque el factor determinante que facilitó el despegue blanco estuvo lejos del aro ya que acertaron en el primer cuarto seis de sus ocho triples, con la firma de cuatro jugadores diferentes, mientras que los canarios fallaron todos sus intentos, lo que desequilibró a favor de los primeros la balanza en el marcador del Palacio de Deportes de Granada (26-20, min 10).
Tras la primera pausa, Trey Thompkins también exhibió buena muñeca. Suyos fueron los ocho primeros puntos de su equipo tras imponerse cerca del aro a Kyle Wiltjer, al que también tenía bajo control en la pintura. Los minutos pasaban y el Tenerife seguía sin encontrarse, jugando de forma intermitente y a tirones, echando de menos la aportación hasta ese momento de Huertas y Shermadini y la ausencia del lesionado Bruno Fitipaldo.
Lenovo Tenerife, sobrepasado
Los triples seguían cayendo en el aro del equipo isleño y Rudy Fernández, que también se estrenaba este sábado en la Copa de Granada, exhibió veteranía y ocho puntos que contribuyeron a mantener el partido bajo control. El Lenovo seguía sin frescura, ni soluciones en defensa ni acierto desde el perímetro y la diferencia en el número de triples de uno y otro en los primeros veinte minutos (10-1) marcó la diferencia al descanso (50-38, min 20).
La cosa se complicó para los de Txus Vidorreta a la vuelta de vestuarios con dos nuevos aldabonazos desde el arco de Alberto Abalde y Jeff Taylor, que pusieron el +18 en el marcador. Sasu Salin y Dejan Todorovic, éste por partida doble, respondieron de inmediato con la misma moneda pero los minutos pasaban y el panorama no cambiaba.
Dominio blanco
El Lenovo seguía sin encontrar fisuras en la férrea defensa del Real Madrid que, menos exigido de lo previsto antes de la semifinal, jugaba con una marcha más y cumplía a rajatabla el plan de partido de Pablo Laso.
Con medio partido en el bolsillo para los blancos se llegó a los últimos diez minutos (73-55). Poco quedaba ya por decidir y Laso siguió moviendo el banquillo con la mente puesta en la final del domingo. Heurtel y Poirier monopolizaron el ataque blanco hasta sellar una victoria plácida que les permitirá luchar este domingo por su vigésimo novena Copa del Rey.