ExpoDeca, la feria que buscaba destacar la industria del deporte en Canarias, apagas sus luces y lo que queda bajo la oscuridad es un panorama preocupante: mientras los grandes eventos y clubes reciben generosas subvenciones, las instalaciones públicas están en decadencia, con canchas deterioradas, piscinas cerradas y falta de mantenimiento generalizado, especialmente en barrios y centros educativos como los institutos Felo Monzón, Tomás Morales o Pérez Galdós. La apuesta por el deporte base y la actividad física como pilar de salud pública queda relegada, en un sistema donde gran parte de los fondos públicos terminan en profesionales foráneos o proyectos que no benefician a la mayoría. Más allá de los logros de algunos clubes, Canarias necesita un compromiso real con el acceso al deporte para toda la población, priorizando infraestructura, formación y equidad en la distribución de recursos. Menos farándula y más acción: es momento de repensar el enfoque del deporte en las islas.