La temporada está siendo un verdadero desafío tanto para la Unión Deportiva Las Palmas como para el Club Deportivo Tenerife, que se encuentran como colistas en sus respectivas categorías. Ambos equipos ya han destituido a sus entrenadores, pero sus problemas van mucho más allá del banquillo. La UD Las Palmas, en particular, vive una crisis más profunda bajo la gestión de Miguel Ángel Ramírez, quien ha priorizado el beneficio económico sobre el rendimiento deportivo, afectando la competitividad del equipo. Jugadores clave han salido sin esfuerzo para retenerlos, y la desnaturalización de la plantilla, con la salida de canteranos como Coco, Cardona o Eric Curbelo, solo agrava la situación. La falta de visión futbolística y un interés económico evidente amenazan el futuro a corto plazo del club en Primera División..