Diego Martínez Penas (Vigo; 1980) ha aceptado, 24 horas después de recibir toda la documentación, la oferta que le planteó la Unión Deportiva Las Palmas para sustituir a Luis Carrión y convertirse en el entrenador del equipo amarillo. Con su firma en el contrato, el técnico gallego asume un desafío morrocotudo: intentar salvar al colista de Primera División, un conjunto que en las nueve primeras jornadas de Liga sólo ha sumado tres puntos.
Los planes de la UD Las Palmas pasan por anunciar en las próximas horas —probablemente durante la mañana del martes— el relevo en el banquillo. Carrión, que llegó este verano procedente del Real Oviedo, recibirá su finiquito por los dos años de contrato que firmó en junio, mientras que Martínez se compromete por lo que resta de campaña en un acuerdo que contempla la renovación automática en caso de alcanzar la permanencia en Primera a final de curso.
Hoja de servicios
Martínez se asomó al fútbol profesional al frente del Sevilla Atlético, filial al que ascendió a Segunda y al que mantuvo en la categoría. Entonces ya estuvo en el radar de la UD Las Palmas, aunque su siguiente destino fue Osasuna. En Sadar, tras no meter al conjunto rojillo en la carrera por el ascenso a Primera División, sólo resistió una campaña.
Ese borrón no condicionó al Granada CF, que apostó por su fichaje y la operación, con los números sobre la mesa, resultó exitosa. De todos los equipos que ha dirigido, el nazarí es el único en el que ha funcionado: logró el ascenso a Primera División y 12 meses después lo clasificó para la Europa League —en medio alcanzó las semifinales de la Copa del Rey—.
Después de ahí, dos destituciones: la primera, en el RCD Espanyol, estuvo ligada a los malos resultados del equipo barcelonés —metido de lleno en un carrusel de fracasos deportivos desde hace años—; la segunda, al frente de Olympiakos (Grecia), vinculada al despido del director deportivo que apostó por él —meses después, tras sustituir a Carlos Carvahal, Mendilibar ganó la Europa League con el equipo del Pireo—.