El ajedrez y La Caja, una comunión duradera y fructífera

La Fundación de la extinta entidad bancaria comenzó en 1967 a apoyar una disciplina deportiva que recupera hoy la atención de la infancia a través de los centros escolares fomentando el desarrollo emocional y social

Julio Cruz

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Una persona juega al ajedrez / EFE
Una persona juega al ajedrez / EFE

Con un eterno debate a cuestas, el de si es un deporte o solo un juego de habilidad mental, el ajedrez continúa su milenario camino ganando cada vez más adeptos y revelándose con mucha fuerza como una herramienta educativa de enorme valor. Esa disyuntiva, a nivel oficial, se antoja resuelta, pues tanto el Comité Olímpico Internacional como la Federación Internacional de Ajedrez lo reconocen como una disciplina deportiva, y precisamente las autoridades deportivas son las que lo regulan en países como España, Rusia o India.

El llamado juego de las 64 casillas –o escaques- hunde sus raíces en la India hace más de 1.500 años, donde se practicaba el Chaturanga, considerado el precursor del ajedrez moderno. Desde allí llegó a Persia, actual Irán, con el nombre de Shatranj, y con la expansión del Islam terminó por arribar a Europa, concretamente a España e Italia en la Edad Media. Durante el Renacimiento adoptó las reglas que hoy se conocen, y el siglo XIX sirvió para que aparecieran los torneos internacionales antes de la explosión global del XX, con nombres como los campeones mundiales Capablanca, Alekhine y Fischer alcanzando fama mundial. Con las computadoras, el ajedrez experimentó una verdadera revolución. En 1997, el programa Deep Blue de IBM derrotó al campeón mundial Garry Kasparov, y a partir de ahí, distintas plataformas online popularizaron el juego. Ahora, el noruego Magnus Carlsen, campeón mundial desde 2013, es considerado uno de los mejores jugadores de la historia.

Comienzo tardío

Canarias fue una de las últimas comunidades en instaurar su Federación, en 1960, pese a que había lugares en los dos grandes núcleos, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, desde 1920. Los 40 y 50 del siglo pasado eran las federaciones provinciales las que lideraban el movimiento ajedrecístico en las Islas, dentro de un recorrido del ajedrez canario que está trufado con nombres como los de Fernando Sagaseta, Juan Pedro Domínguez, Juan Rafael Betancort, Ángel Fernández, José García Padrón, José Miguel Fraguela, Augusto Menvielle, Alfredo Brito –jugador con más Campeonatos absolutos de Canarias-, Daniel Ortega o Kevin Meneses. Sabrina Vega -8 veces Campeona de España, medallista olímpica y Premio Reina Sofía del Deporte-, la colombiana –palmera de adopción- Isolina Majul, o la jovencísima Adhara Rodríguez -primera mujer que logra el campeonato absoluto de Tenerife con solo 19 años-, son nombres de mujeres que completan esa lista de ilustres del tablero en el Archipiélago.

En esa mencionada década de los 60 comenzó la colaboración económica con el ajedrez de La Caja de Canarias, creada en 1939 con la denominación ‘Caja Insular de Ahorros y Monte de Piedad de Gran Canaria’, por acuerdo adoptado por el Cabildo y recogiendo el testigo de ‘El Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Las Palmas’, nacido en 1914.

Una persona juega al ajedrez / EFE
Una persona juega al ajedrez / EFE

Expansión de la Caja de Canarias

Esa vinculación entre el deporte del tablero y La Caja coincide con la expansión de la entidad, que pasa de 23 a 99 oficinas en toda Canarias, y cuyo crecimiento en los lustros siguientes le permite estar presente en cualquier ámbito del desarrollo económico y social de las Islas. En 2011, La Caja de Canarias y seis entidades similares más de todo el país se unen y comienzan a operar como Bankia, proceso que obliga a La Caja a restructurarse y convertirse en fundación de carácter especial, cumpliéndose los plazos y no teniendo lugar tal circunstancia.  Se crea así, el 28 de marzo de 2014, por transformación, la Fundación Canaria Caja Insular de Ahorros de Canarias - Fundación La Caja de Canarias-, entidad sin ánimo de lucro, dando continuidad a la Obra Social que desde sus inicios realizaba la entidad crediticia. 

La Fundación, como mandatan sus estatutos, abarca las facetas de la acción social, cultural –donde cuenta con un recinto señero como su Centro de Iniciativas Culturales, CICCA-, y de formación, empleo e innovación empresarial. Y por supuesto, el deporte, con especial atención a las disciplinas autóctonas, apoyando desde 1991 a la Vela Latina –actualmente con 15.000 euros- y a la Lucha Canaria desde hace aún más tiempo, -46 años-, contando la Federación grancanaria con 9.000 euros y con 6.000 cada una la majorera y la conejera. El CB Islas Canarias, de baloncesto femenino, recibe en la actualidad 12.000 euros, en la 18ª temporada en el que cuenta con el soporte de la Fundación, su patrocinador más antiguo.

El despertar del ajedrez en la isla

Y el ajedrez. Corre el año 1967 y al empeño de algunos referentes de la izquierda política – Pedro Lezcano (más tarde presidente del Cabildo), Sagaseta, Germán Pírez, - se une la inesperada victoria de Ángel Fernández en el Campeonato de España en Mallorca, lo que pone de moda el ajedrez en la capital grancanaria y enciende una mecha que acaba con el nacimiento, en la calle Terrero, del Club de Ajedrez La Caja de Canarias, con personas que sumaron sus esfuerzos como Pierre Dumesnil, Juan Marrero Portugués o Andrés Armas, entre otros.

Las simultáneas escolares multitudinarias, que arrancaron en 1969, contribuyen decididamente al impulso del ajedrez en la isla, incluso batiendo un Récord Guiness en 1973 con más de 4.000 menores, superado de nuevo ya en 1995, con las previsiones desbordadas y muchos niños y niñas sin poder sentarse a jugar por falta de tableros.  Es precisamente en 1973 cuando el Club La Caja logra el primer título por equipos en el Campeonato de España, en Barcelona, de los 7 que ha logrado, con un grupo de jugadores ya inolvidable: Ángel Fernández, Fernando Visier, Ricardo Calvo, Augusto Menvielle y Juan Rafael Betancort. Un triunfo celebrado con orgullo para la sociedad grancanaria de aquel entonces.

Recientemente, la Fundación La Caja acaba de renovar el convenio con los cuatro clubs de ajedrez más importantes de Gran Canaria, atendiendo a su labor con niños y niñas en centros escolares y su número de federados y federadas en esas edades. El propio Club de Ajedrez La Caja recibe la mayor parte de los 13.000 euros que la entidad bancaria destina a esta disciplina. También el Club de Ajedrez La Caja Vecindario obtiene algo más que los 1.000 euros que se otorgan al Club de Ajedrez Guía y al Club de Ajedrez Telde-Los Llanos. Existen unos 25 clubes de ajedrez en Gran Canaria, aunque los nombrados son los grandes referentes.

Una relación estable

Fernando Fernández, director general de la fundación, explica que el vínculo con este deporte en la provincia de Las Palmas “es la más larga, la más fuerte y la más intensa” de todas las que se dan en el ámbito deportivo gracias al interés personal de Vicente Rojas Mateo, antiguo presidente de La Caja.

La Fundación del archiconocido logotipo de la palmera busca respaldar las actividades de los clubes pero sobre todo impactar en la infancia, dado los grandes beneficios de la práctica del ajedrez: entrena habilidades cognitivas como la concentración, la memoria y la resolución de problemas; fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la toma de decisiones bajo presión; mejora la paciencia y la disciplina; y es una excelente herramienta para el desarrollo emocional y social, ya que enseña a los jugadores a aceptar la derrota y a trabajar en equipo.

“Los programas en los centros escolares son un éxito, con presencia de niños y niñas a partir de los 8 años. Cada vez hay más menores en los campeonatos y estamos teniendo buenos resultados en las competiciones nacionales”, señalan  los representantes de los clubes de ajedrez de Gran Canaria.

La realidad diaria

Juan Viera, presidente del Telde-Los Llanos, explica que su club aglutina 75 personas federadas, números cercanos a los de La Caja, tanto en Las Palmas de Gran Canaria como en Santa Lucía. “Contamos con un presupuesto cercano a los 35.000 euros, que gastamos en material, organización de torneos, ayuda en los viajes para jugar campeonatos a nuestros jugadores, algunos de los cuales también pagamos formación, pero principalmente en la contratación de nuestros cinco profesores, que imparten clase tanto en nuestro club como en los centros escolares”, relata Viera.

El alma mater del club teldense lamenta que no exista un apoyo más decidido del Gobierno de Canarias. “En los 70 y 80 hubo un empuje muy grande por parte de la Comunidad Autónoma, con muchos fondos, y eso cosechó resultados en forma de muchas personas sumándose al ajedrez, con todos los beneficios que eso tiene. También hubo otro proyecto europeo desde el 98 al 2000 a propuesta nuestro club y mediante el consistorio teldense, pero ahora mientras los ayuntamientos y el Cabildo de Gran Canaria están sumando de verdad, el Gobierno canario creo que debería dedicar mayores esfuerzos a nuestro deporte”, concluye.

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