Tres asesinatos, una desaparición y un robo en plena Guerra Civil: estas cinco historias son las que optan al cada vez más reconocido Premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal, que se entrega en el marco del Festival Atlántico de Género Negro, Tenerife Noir. Se trata de un premio de 3.000 euros otorgados directamente al autor, que reconoce la calidad narrativa y la condición social de la novela y que este año, por primera vez, aumenta el número de finalistas a raíz de la buena valoración de las preseleccionadas.
La ronda, de Francisco Bescos; Crisanta, de Juan Ramón Biedma; La ley del padre, de Carlos Augusto Casas; El miedo en el cuerpo, de Empar Fernández; y Buenos tiempos, de Victoria González Torralba son las cinco novelas que este año han resultado finalistas del certamen. El festival se celebrará del 1 al 11 de marzo y la novela ganadora se conocerá el 9 de marzo.
La selección
Para llegar a estos cinco libros finalistas se ha recurrido a 22 “informantes” de todo el territorio nacional y de diferentes ámbitos relacionados con el mundo de la literatura, desde libreros a académicos o directores de festivales. En total se realizó una selección de 55 títulos a modo de prefinalistas.
A diferencia de los ocho años anteriores este año se anunciará el fallo del ganador pero no será instantáneamente cuando se tendrá el encuentro con el autor, será meses después, según ha explicado el director del festival, Alejandro Martín, durante la presentación de los títulos. “Me parecía que era mucho más interesante y más eficiente ese modelo”, valora.
Las novelas
Sobre la evolución de la novela negra de un año a otro, el escritor resalta que este año se podría decir que “ha sido la mejor edición”. Tanto es así que iban a ser cuatro las novelas finalistas y finalmente han terminado siendo cinco. “Eso es un indicativo de la calidad”, explica el escritor y fundador del festival Javier Hernández quien pone en valor el carácter social en el que se desenvuelve al género negro. En este sentido resalta que son cinco visiones transversales que muestran un panorama social de lo que sucede en España.
Una cuestión familiar
El autor Carlos Augusto Casas opta al premio por segunda vez. Ya lo ganó en 2018 por Ya no quedan junglas adonde regresar y ahora lo hace con el thriller La ley del padre (Penguin Libros). “Es una novela que se mete mucho en el mundo del poder”, explica el escritor Javier Hernández Velazquez, quien resume que todo gira en torno a una familia elitista, cuyo padre es víctima de un intento de envenenamiento. “El asunto es cuál de sus cuatro hijos ha sido el causante”, desliza con misterio.
Dónde está la conexión
Francisco Bescos también es un conocido del festival. Ya fue finalista una vez y ahora repite con La Ronda (Reservoir Books). “Sus novelas son como un tablero de ajedrez, él sabe cómo posicionar las fichas y le da una velocidad a la acción”, ha explicado. La novela sitúa al lector en las afueras de Madrid donde una serie de asesinatos dispares que aparentemente no tienen relación pero que dos policías de diferentes comisarías sí consiguen relacionar.
Relato de fantasmas
Por su parte, Juan Ramón Biedma retrotrae a la Sevilla de 1936 con Crisanta (Alianza Editorial). “Es una novela que en el fondo es una historia de fantasmas”, explica Hernández. La novela se centra en el robo de un tríptico del siglo XVI de Jan Van Eyck. Para encontrarlo acuden a Crisanta, una vidente a quien le ofrecen una salida del país sumido en guerra a cambio de su ayuda.
Detrás de la desaparición
“Empar Fernández no necesita la sangre para contar una historia desgarradora”, desgrana Hernández sobre El miedo en el cuerpo (Alrevés Editorial). La novela narra la desaparición de un niño autista que estaba jugando en un parque con su padre. “Lo que sucede es que es posible que no fuera un secuestro puntual, sino que sea una trama de delincuencia para intentar negociar”, adelanta.
Tres sospechosos
También mira al pasado Victoria González Torralba con Buenos tiempos (Siruela). En este caso se sitúa en los años 70, en pleno auge turístico, y se centra en Laura una joven que vive en la costa mediterránea y se dedica a limpiar casas. “Un día pescando se encuentra un miembro, y a partir de ese miembro empieza la investigación”, explica el escritor quien señala que la novela se centra en tres personajes: un delincuente “con una atracción fatal, un vagabundo “tumultuoso” y un veraneante que lleva Laura a la lectura.
Carácter internacional
Desde la dirección del festival tanto Martín como Hernández han resaltado la importancia del apoyo de las administraciones públicas, a las que este año se ha sumado el Ministerio de Cultura. También han destacado el valor cada vez más internacional que tiene el festival, en relación a los grandes festivales del género celebrados en Latinoamérica, a donde ya llega el nombre de Tenerife Noir, lo que ha dado pie al concejal de Cultura de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Díaz, a valorar que en un futuro el festival abarque todo el mundo hispanohablante.
El jurado que elegirá la mejor novela negra de 2023 escrita en español en la décima edición del galardón está presidido por el escritor mexicano Élmer Mendoza y se completa con la participación de la escritora y periodista Yanet Acosta; la Premio Novelpol a la mejor lectora 2022, Charo González, comisaria de Sant Boi Negre y presidenta del jurado Cubelles Noir; el escritor Javier Hernández Velázquez, que también es fundador de Tenerife Noir y consigliere del “Sindicato”, el equipo que pone en marcha cada año este festival, y la escritora y colaboradora del diario La Provincia Elizabeth López, también psicóloga y docente. Según explicó el secretario de este equipo, el director del festival, Alejandro Martín, el fallo se dará a conocer el próximo 9 de marzo.