La calima impide disfrutar con claridad de las vistas. La sala da una terraza, pero esta mañana el polvo sahariano y el viento sur impiden disfrutar con plenitud de Las Canteras. Fuera, unos surferos intentan coger una buena ola de izquierda. En el interior de la estancia, en uno de los puntos altos del Auditorio Alfredo Kraus, Tilman Kuttenkeuler se desliza por cada cuestión que se le plantea como quien intenta domar el océano. Natural de Múnich, acumula ya 15 años de carrera profesional en Canarias. Su acento le delata, pero su capacidad para reflexionar cada palabra que utiliza hace que su mensaje tenga más fuerza. En las siguientes líneas, el director general de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria pasa revista de ambas instituciones, de su fuerza para generar riqueza —cultural y turística— en la capital de la isla.
[Pregunta] Acaban de cerrar 2023. ¿Qué balance hace de la actividad desarrollada en el Auditorio Alfredo Kraus y el Teatro Pérez Galdós?
[Respuesta] Sorprendente, una sorpresa para todos en varios ámbitos. Por un lado hemos aumentado la actividad en general. En el ámbito congresual, nunca en la historia del Palacio de Congresos hemos tenido tantos eventos y en 2024 vamos a superar esa cifra. Los años anteriores, excluimos la pandemia, hubo un crecimiento permanente también, pero 2023 ha sido un año de récord.
¿Y en el plano cultural?
En el ámbito cultural es el primer año normal tras la pandemia. Hay una parte de la población que todavía tiene miedo a ir a lugares con mucha gente y lo vemos también en otros recintos en Europa que han tenido problemas para recuperar el público. Pero nosotros no hemos tenido ese problema. Al empezar a abrir las puertas de nuevo, desde junio de 2020 con restricciones, el público ha ido en aumento.
En el ámbito cultural es el primer año normal tras la pandemia. Hay una parte de la población que todavía tiene miedo a ir a lugares con mucha gente y lo vemos también en otros recintos en Europa que han tenido problemas para recuperar el público. Pero nosotros no hemos tenido ese problema. Al empezar a abrir las puertas de nuevo, desde junio de 2020 con restricciones, el público ha ido en aumento.
Acumula ya casi ocho años al frente de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria. Tiene una visión panorámica de la institución. ¿Qué fortalezas cree que tiene y dónde considera que puede mejorar?
La Fundación es una construcción única, por lo menos en España. Se unen dos espacios, uno cultural y otro que es un palacio de congresos, que se alimentan entre sí. Más de un 50% de nuestro presupuesto lo generamos nosotros mismos, principalmente con la actividad comercial, con los congresos, meeting y eventos. Nos hemos posicionado en los últimos años en el número dos dentro de los palacios de congresos en España. Pero nuestro sector cultural también se aprovecha de esos ingresos propios, además de las subvenciones anuales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo Insular. Veo muchas fortalezas, porque estar dentro de la Fundación Auditorio Teatro también nos da la posibilidad de posicionar la ciudad y la isla como lugar de cultura e intercambio de conocimiento científico. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria nos ayuda mucho en ese ámbito científico.
Hace tres años, en una presentación de un estudio sobre Turismo y Las Palmas de Gran Canaria, usted levantó la mano para poner en valor el turismo de congresos. ¿Cree que la ciudad, la isla, entienden el valor que tiene esa actividad dentro de una industria como la turística?
Los congresos para la ciudad y la isla suponen un turismo muy interesante porque los congresistas son embajadores de un nivel bastante alto y una gran parte de ellos se quedan más tiempo en la isla, más allá de los días del congreso. Hemos hecho un cálculo y solamente los 18 congresos principales que tuvimos el año pasado generaron una cantidad de 18.5 millones de euros en pernoctaciones, traslados, comidas, etcétera. Esta riqueza se queda en la ciudad y en la isla. La infraestructura que tengan la ciudad nos ayudan, pero sin hoteles, restaurantes, universidad, no hay vida ni Palacio de Congresos. Por eso, la alimentación mutua es importante. Establecer Gran Canaria y Las Palmas de Gran Canaria como un lugar de conocimiento en el mapa global.
¿Cómo se han recuperado después del Covid?
Después de la pandemia, hubo que repensar el proyecto. Nuestro principal negocio han sido los congresos en el ámbito de la medicina y la farmacéutica, pero buscamos más allá, nuevos nichos y hemos encontrado el área de las energías renovables. Por ejemplo, tuvimos un congreso sobre fusión nuclear y de eólica marina que fue referencia a nivel nacional.
Dentro de los congresos, ¿el Auditorio tiene más tirón dentro o fuera de España?
En 2023, el 25% de los congresos han sido internacionales y el resto nacionales. En 2024 vamos a tener un 45% internacionales, casi la mitad. Hemos aumentado nuestra actividad de captación.
¿Han tocado techo con el turismo de congresos?
El turismo de congresos en Las Palmas está por debajo de un 10%, pero eso puede aumentar. Sé que la ciudad tiene un gran interés en ese tipo de industria, sobre todo porque un turista de congresos gasta el triple que uno normal. Por la mañana está en el congreso y por la tarde gasta dinero en restaurantes, compras, etcétera. Es el perfil perfecto para un turismo de alto nivel, alejado del todo incluido. Cada céntimo que gasta, se queda aquí.
¿Cómo se llega a ese turista?
¿Cómo se llega a ese turista? Pues mejorando la infraestructura de la ciudad para poder captar más congresos. Es un mercado de captación porque hay bastantes palacios de congresos y en España que todos, al final, tienen el mismo interés. La administración puede ayudar con ello facilitando procesos burocráticos para la mejora de infraestructura, ampliación de camas, etcétera.
En el plano cultural, ¿qué cree que es lo que hace más atractivo al Auditorio Alfredo Kraus?
Una grabación de un concierto suena mejor, pero cuando se va a un concierto en vivo no se acude para escucharlo mejor, sino porque se quiere algo distinto, una experiencia única. La gente va al auditorio o al teatro para ver algo en vivo.
Hablemos del Teatro Pérez Galdós. ¿Cómo se puede convivir junto al Teatro Cuyás, que ya se ha establecido dentro del circuito como una parada obligatoria para las grandes compañías nacionales?
Si nosotros estamos convencidos de que lo que ofrecemos vale la pena, podemos trasladarlo al público y crear esa curiosidad para que vengan. Hemos pasado de ser un teatro de exposición a empezar con varios proyectos de producción propia en el ámbito de música y teatro hablado, como Segunda Lectura o Laboratorio Galdós. Hemos conseguido así posicionarnos y el nombre del teatro suena a nivel nacional. Tenemos la suerte de que hay una creación potente aquí en Canarias. Muchas producciones nuestras han recibido premios y nominaciones. En los últimos seis años, se han dado a conocer 29 textos propios. Se dan a conocer así a los artistas de aquí desarrollando proyectos artísticos desde las Islas.
Esa apuesta por la producción propia ha servido para posicionar al Galdós.
A mí me encanta y me parece maravilloso lo que hace el Cuyás, pero con estos proyectos propios también hacemos del teatro un espacio donde se tratan temas actuales, como el caso de Protocolo del Quebranto, en la que se habla sobre la guerra. Además de la obra, se organizaron mesas redondas invitando a periodistas y juristas. O de Klara, en la que se abarca el uso de la inteligencia artificial y qué va a pasar con ella. Son temas que nos tocan cada día y no nos damos tiempo para pensarlos. El teatro es justamente el sitio para hacerlo.
Y el Auditorio, ¿se ha hecho hueco dentro del circuito de musicales?
Somos el único Auditorio en Las Palmas de Gran Canaria o en la isla en sí que ofrecemos una programación para cada gusto —ciclos de cantautores, el Rincón del Jazz, festivales de música clásica—. Asimismo, en el teatro hemos creado un público muy fiel y ofrecemos siempre un musical de circuito nacional. Ahora acabamos con Ghost, el musical, que ha dado 16 funciones y con una asistencia de 30.000 personas, una cifra que más o menos significa el 10 % de la población de la capital. Hasta 2026 tenemos reservas de musicales a nivel nacional. Ahora somos un teatro con relevancia dentro de ese circuito.
Por el Auditorio Alfredo Kraus han desfilado artistas como Diana Krall, Van Morrison, Patti Smith, Elvis Costello o Ray Davies. Entendemos que es una cuestión, en parte de los promotores, ¿pero qué ha pasado para que músicos de ese nivel ya no pasen por el Auditorio?
Dentro del jazz y la música clásica, ofrecemos lo más top. Pero si hablamos del ámbito del rock y el pop, se trata de un negocio y de querer ganar dinero, por supuesto y con razón. Todo ello se suma a la necesidad de una venta bastante amplia de entradas. 1.500 butacas a un precio accesible es difícil. Además, hace 10 años, no había la misma cantidad de festivales que existen ahora y pueden asumir vender miles de entradas… Hablamos del anexo del estadio, de la Plaza de la Música, etcétera. No lo digo con envidia, ni tengo nada en contra de ellos, buscan espacios más amplios y ahí es donde se puede realizar. También se debe a la oferta. Aún así, contamos con varios nombres internacionales que no buscan un formato grande y acuden al auditorio para un espacio más íntimo. De todas formas, también afecta la masificación de la actividad cultural que ha ido creciendo en la ciudad y en la isla en diferentes entornos y provoca que muchas veces la información no llegue. Asimismo, hay tipos de música en el auditorio que no tienen un ciclo porque no es el espacio adecuado para ello. Hay grupos que no piensan en los auditorios para sus conciertos, como AC/DC o los Rolling Stones. Hay otros ámbitos naturales para ellos.