El teatro amateur tinerfeño consigue el mayor galardón de las artes escénicas

Tras 43 años en los escenarios la asociación universitaria La Trup recibirá este lunes el Premio Max Aficionado 2024, en una gala que se celebrará en el Auditorio de Tenerife

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Los directores de LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro, José David Santos (i) y Antonio Fumero (d). CEDIDA
Los directores de LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro, José David Santos (i) y Antonio Fumero (d). CEDIDA

Tras 43 años de vida sobre los escenarios la LaTrup Asociación Teatral Universitaria (ATU) Troysteatro, un grupo de teatro amateur surgido de profesores y alumnos Universidad de La Laguna, ha conseguido el mayor reconocimiento en el mundo de las artes escénicas en España: Premio Max aficionado o de carácter social 2024, en la modalidad de aficionado. El reconocimiento viene tras largos años de fructífera e innovadora creación, pero en un momento de crisis de público y de miembros. 

Para Antonio Fumero, uno de los directores de la asociación, este galardón viene a dar respuesta a años de esfuerzo y búsqueda de resultados artísticos, equiparándoles a los grandes grupos de teatro profesionales. El grupo se formó en 1984 de la mano de tres profesores de la Facultad de Formación del Profesorado de EGB, Magisterio. Fumero llegó a la asociación en los años 90, cuando ya llevaban 16 años de andadura y el grupo estaba en un importante proceso de cambio. 

La historia

“En los años 90 dos de los profesores se descuelgan del proyecto y se da un paso porque se crea una asociación, la Asociación Teatral Universitaria Troysteatro”, explica Fumero. Entonces empezó la etapa más productiva del grupo de teatro, también la más innovadora y arriesgada, que duró hasta 2009 cuando “la situación se estaba acotando demasiado” y como grupo amateur no tenían tanta facilidad para conseguir actuaciones. Entonces, decidieron abrir una brecha “más profesional”. 

Lo que hicieron entonces fue que la marca Troysteatro se consolidara como una empresa profesional y el grupo de teatro creó la Asociación Teatral Universitaria Troysteatro La Trump, para que La Trump Teatro fuera la marca universitaria. Tal y como explica Fumero, en todos estos años han trabajado el surrealismo, han actuado en exposiciones o impulsado una representación que mezcla teatro con folclore. 

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Los directores de LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro, José David Santos (i) y Antonio Fumero (d). CEDIDA

Vista atrás

“Cuando nos obligaron de la SGAE a mirar hacia atrás porque nos pidieron material, la verdad es que la memoria juega malas pasadas porque hay muchas cosas de las que no me acordaba que habíamos hecho. Fue un momento especial el recordar. Hemos hecho cosas y la verdad es que nos merecemos el premio”, opina Fumero entre risas. 

Entre toda la actividad la parte más esencial del grupo es la formación, que es una de las “señas de la identidad”. “Generalmente lo suele ser dentro de los grupos universitarios, porque dentro de los grupos amateur, los grupos de teatro universitarios, tienen un cariz muy vinculado a la formación porque estamos en la universidad. Con eso también el riesgo, el buscar investigación en cada producto que hacemos, nos olvidamos de la parte más comercial”. 

Dos crisis

Ese evitar las obras más comerciales, más tradicionales, y apostar la innovación es un arma de doble filo, ya que lo experimental suele tener menos audiencia. “Yo creo que ahora mismo hay una crisis importante de público”, señala el director, especialmente relacionado con que el público que acude a obras de teatro donde “no va buscando profundidad o textos que te hagan sufrir o pensar mucho, buscan un poco la parte más cómica”. “Sí está siendo más difícil ejecutar este tipo de proyectos, pero nosotros sinceramente no nos negamos a ello”, defiende. 

A la crisis de público se suma que la asociación sufre una “crisis de compromiso y participación”. Aunque señala que todos los colectivos asociativos están sufriendo esta problemática. Según señala Fumero el problema es el cumplir los horarios o tener una serie de ensayos ahora mismo les cuesta mucho a la gente. “En ese sentido es donde nosotros vemos esa crisis y esa debilidad. Nos cuesta mucho plantear proyectos a largo plazo”, denuncia.

Pese a la falta de personal, la formación ayuda a fomentar la participación por parte tanto de estudiantes como de aficionados a la actuación. El deseo de Fumero es que este premio ayude a animar a nuevos participantes de la isla a sumarse al grupo de teatro. 

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