Lo que empezó como un simple taller de teatro para los familiares de los alumnos del Colegio Nuryana ha terminado convirtiéndose en un triunfo del teatro organizado por aficionados en la Isla, Un grupo de teatro amateur formado en su mayoría por madres, pero con algún que otro padre, participarán este sábado en el Festival Internacional de Teatro Bambalinas 4, un festival de teatro diletante en español, en el que por primera vez habrá representación canaria.
El grupo nació de la mano de Antonio Fumero, profesor de teatro en el colegio, quien quiso probar con crear un taller de teatro que no fuera para alumnos, sino para sus familiares. Una propuesta que llamó la atención de algunos padres y madres. Entre ellos Sonia Soage, una madre que tiene su propio análisis de cómo son los participantes del grupo: quienes quieren hacer un ejercicio de exposición personal y quienes, como ella se define a sí misma, les gusta ser el centro de atención.
El poder de la reunión
El gran poder del grupo, como ella misma valora, es su papel socializador. Tener un grupo de reunión que vá más allá del trabajo les permite desconectarse, trabajar en sí mismos, consumir y practicar arte y amplificar su relación social con otros padres con los mismos intereses. “Me parece muy sano que los niños vean que los padres tenemos también actividades extraescolares y actividades que no son estar pendientes de ellos”, comenta al respecto de la visión de los más pequeños.
Así, de un taller hace 10 años se formó hace cinco años el grupo de teatro Meeting Point Teatro. En total son unas 10 personas las que integran el grupo, que este sábado vivirán su mayor logro al participar en Alemania en el Festival Internacional de Teatro “Bambalinas 4”. Se trata de un festival de teatro amateur en español, al que el grupo irá con la obra de teatro El Saloncito Chino.
Una representación única
Tal y como explica Fumero, esta obra no se ha representado en España. Se trata de una obra de Adolfo Marsillach que conforma una trilogía y “este es uno de los tres y curiosamente no ha sido interpretado por ninguna compañía a nivel nacional”, explica el profesor de teatro. Un texto que aborda con un humor “elevado” pero “en el buen sentido” el siempre triste tema de la muerte.
El profesor le enseñó al grupo el texto por probar, sin pensar que serían los propios padres los que dirían que sí, pese a la gran dificultad escénica que implica. Se querían poner a prueba, y el atrevimiento les llevó a ser uno de los grupos seleccionados por la Confederación Nacional de Teatro Amateur Escenamateur para representar a España en el festival, y por primera vez a Canarias.
Romper con uno mismo
Más allá del logro puntual de viajar a Colonia (Alemania), el gran valor del grupo es estar formado por quizás un administrativo, o un policía, o un enfermero o un panadero, tener una profesión ajena a la creación artística, y por puro placer subirse al escenario. Como explican Soage y Fumero siempre lo más difícil para un grupo de aficionados es romper los prejuicios de la actuación y los prejuicios de uno mismo, el no sentirse capaz.
Y en esa ruptura siempre hay una vertiente del género. Como suele suceder en actividades culturales de este estilo, las mujeres dominan la presencia. Antonio, en sus años en el mundo del teatro, valora que a finales de siglo parecía que iba a haber un equilibrio de géneros en las actividades culturales, sin embargo, de su experiencia percibe que la participación ha vuelto al desequilibrio en los últimos años. Por ello, ahora buscan a familiares hombres de los alumnos que se animen también a subirse al escenario.
Esta salida de un grupo de teatro aficionado a un festival internacional se da también gracias a que el teatro amateur en Canarias está organizándose. Recientemente se ha creado la Federación Canaria de Teatro Amateur, formada por ocho grupos de teatro. Un triunfo que para Fumero implica empezar a conocer y poner en valor a esas pequeños grupos de teatro que van más allá de un barrio o un municipio y que también son operadores culturales