‘1040’, el nuevo disco de la Sra Tomasa: "Un viaje exterior por el mundo, pero sobre todo interior"

La banda catalana-canaria estrena nuevo disco tras tres años de viajes por México, Estados Unidos, Colombia y Vietnam, englobados en 11 canciones y 8 interludios

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La Sra Tomasa presenta su nuevo disco '1040' / CLAUDIA HERRÁN
La Sra Tomasa presenta su nuevo disco '1040' / CLAUDIA HERRÁN

Saltar el charco del Atlántico, esa fue la decisión que tomaron los siete músicos que componen la Sra. Tomasa y que ha dado pie a tres años de un viaje “exterior, pero sobre todo interior” del que ha salido como fruto su nuevo disco ‘1040’. Esos son los días que han pasado desde que aterrizaron en tierras mexicanas y poco a poco, de manera improvisada, fueron surgiendo las oportunidades para visitar también Estados Unidos, Colombia y Vietnam. 

El viaje de tres años, miles de kilómetros y encuentros con músicos del mundo queda recogido en 45 minutos, que la banda presentará en una minigira por distintos lugares de la Península, como Málaga o Valencia. El bajista grancanario Alberto Limiñana y el percusionista tinerfeño Pablo Domínguez cuentan a Atlántico Hoy sobre su viaje y el nuevo álbum, que por ahora no podrá disfrutarse en directo en Canarias ante “la falta de espacios”, sobre todo en Las Palmas, para tocar. 

Experiencias por el mundo

11 canciones y 8 interludios componen el nuevo álbum de la banda catalana-canaria - compuesta por Santiago Longarón, Marc Soto, Pau Lobo, Jordi Sanz, Gerard Williams, además de Pablo Domínguez y Alberto Limiñana -, que de manera “más bien improvisada” viajaron a México porque querían tocar en Latinoamérica y, a partir de ahí, “surgieron ideas musicales y contactos”, expone Domínguez. “No estaba planeado ir a Colombia, Vietnam o Nueva York, pero las oportunidades fueron apareciendo y las fuimos tomando”, añade. 

Esas oportunidades los llevaron a coincidir una noche con músicos de son jarocho tocando a las tres de la mañana en una plaza, así como un hombre tocando una gaita colombiana en Brooklyn o otro que tocaba una guira en Medellín. Los encuentros e historias de su viaje quedan plasmados en los interludios de su disco, titulados con el lugar y la fecha concreta donde se grabaron, como una forma de darle valor al tiempo. "El tiempo es un recurso valioso, algo que con los años hemos aprendido a apreciar más", señala Limiñana. 

Crítica y producción propia

Para la agrupación, este viaje fue todo un momento “de parar y reflexionar”. “Nos encanta la fiesta y la joda , pero llevamos como 10 años de banda y quizás tenemos una necesidad de contar otras cosas”, manifiesta el bajista. Es por ello que este trabajo no sigue una estructura rígida. "No hay un 'cómo' establecido. Es como recoger todo lo que te pasa en la vida, lo que ves y observas, y luego a la hora de crear, todo eso sale de manera natural", indica el percusionista. 

Y eso han sido los tres años viviendo experiencias que les ha brindado, a su vez, la oportunidad de crear su propio banco de samples “con sonidos que recogimos en los lugares que visitamos”, respetando siempre la música local de estos sitios y manteniendo su esencia de mezclar música tradicional y electrónica para dar lugar a canciones como ‘King of Mambo’, tirando más a hip-hop; ‘Mala Fama’, un bolero mezclado con el movimiento del beat, o el drum and bass sintético propio suyo de ‘Se va’.

Recorren temáticas de la vida en sí, desde aprender a soltar, sus desencantos y la alegría, sin olvidar la crítica y las raíces canarias de los dos componentes, que se recogen, sobre todo en ‘El Cuadradito’. A golpe de merengue y con algunos juegos, como el sonido de los cochitos de choque e, incluso, algún audio añadido, hacen “una crítica a lo que ocurre en Canarias, en concreto, y en toda España, como Málaga, Barcelona y Madrid, con el problema de la vivienda y la corrupción que desde siempre se ha vivido en las islas”, explica Domínguez, quien optó por enfrentarlo con un enfoque diferente. "En lugar de decir 'vaya mierda de sistema', preferimos hacerlo de una manera más alegre, como hacen los salseros, que cantan sus penas con temas alegres".

Sin espacios donde tocar

Al bajista y percusionista canarios, así como a sus compañeros catalanes, les da mucha pena no haber podido añadir a Canarias en su gira, al menos por ahora. “Aquí no hay sitios para tocar”, asegura Domínguez, y es que “no hay manera de llevar a cabo una producción” en salas más pequeñas. Ambos consideran que ahora todo se ha dejado de mano de los festivales y eso daña a las bandas locales. 

"Es triste que no haya más sitios para que las bandas locales se presenten. Eso genera sinergias y permite que los proyectos crezcan. Y hoy en día falta un poco eso y da pena porque aquí hay un arte y un talento del carajo”, apunta Limiñana, que opina que la gente de las islas “peleará” para que las cosas salgan adelante. Por su parte, “nosotros vamos a intentar de cualquier manera venir para acá”, prometen. 

10 años de búsqueda constante

Por ahora, la formación catalano-canaria recorrerá unas pocas ciudades de la Península para presentar su disco que cuenta un “viaje exterior por el mundo, pero en el fondo es sobre todo un viaje interior”, que comienza con el primer tema ‘Rumbo sin destino’, “que habla de estar perdidos, de no saber qué hacer ni para dónde tirar” y que al final se ha convertido en todo un camino de exploración y multiculturalidad. 

Han llegado hasta aquí después de 10 años como banda. El nuevo disco coincide, a su vez, con su décimo aniversario y muestra toda esa evolución en la última década. “La madurez viene con el tiempo y tras muchos años, también ha sido una búsqueda constante” que queda plasmada en 45 minutos a los que hay que dedicarle un momento de escucha y pausa para aventurarse en el viaje de la Sra Tomasa y en el de una misma.

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