Este viernes a las 12:00 saldrán a la venta las entradas del estreno de la obra de teatro Panza de Burro, la adaptación a los escenarios de la reconocida novela de Andrea Abreu (Tenerife, 1995). La adaptación será llevada a cabo por el grupo de teatro Delirium Teatro de la mano del director artístico Severiano García y de la productora y actriz Soraya González quienes han estado a cargo de la adaptación.
La compañía realizará dos representaciones en el auditorio de Tacoronte este 1 y 2 de diciembre antes de recorrer diferentes escenarios en los municipios de la Isla. Por el momento se tantean Santa Cruz de Tenerife y Los Realejos, pero la intención es recorrer más escenarios a lo largo de la isla.
Una obra esperada
Las entradas tendrán un precio de nueve euros y se podrán adquirir a través de la web del Auditorio Capitol de Tacoronte, municipio donde radica el grupo de teatro. El anuncio de la adaptación lo realizó el propio grupo en sus redes sociales, anunció que generó una gran expectación por parte del público tinerfeño. De hecho la novela ha vendido más de 60.000 copias y ha sido traducida a una decena de lenguas.
Panza de burro (Barret) narra la historia de dos niñas de 10 años, Shit e Isora, que pasan el verano en un pueblo del norte de Tenerife entre el aburrimiento, el deseo sexual, los padres ausentes, sus abuelas y el manto gris de las nubes chocando contra las montañas.
Una historia canaria
Para los encargados de la adaptación la fuerza de la narración de Abreu se centra en cómo es capaz de abordar la historia de las dos niñas y tocar otras temáticas como el feminismo, la gordofobia, la homofobia, el ambiente rural, la precariedad del empleo turístico o "la escatología". Todo con un lenguaje poético y una oralidad característica de Canarias y que ha sido el principal elogio que ha conseguido la obra.
Las actrices que darán vida a las niñas son Silvia Criado y Delia Santana, que si bien tienen 28 años, gracias a la magia del teatro y a la complicidad de los espectadores se convertirán en esas niñas desinquietas en medio de la verticalidad de Icod el Alto.