La música siempre estuvo sonando en la casa de Said Muti. Aprender a tocar una guitarra que estaba por casa, escuchar a los Beatles o los Stones con los amigos, y escribir en una libreta todo lo que necesitaba expresar fueron los primeros pasos de quién es ahora, un “cancionista”, como él mismo se define, que ha sacado su tercer álbum, Criminales del sueño.
El nombre de su nuevo disco le define a él y a todas esas personas que le “roban horas al sueño” para sacar adelante sus proyectos, lo que le ha llevado desde sus primera letras pueriles a hacer una canción por Palestina - en honor de sus orígenes y en contra del genocidio que vive el pueblo palestino - junto a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, tocar en giras de Fito y Fitipaldis y Dani Martín, entre otros, así como sacar tres trabajos y que en uno de ellos cante con algunos de los artistas que admira como el vocalista de M Clan, Tarque.
Una etapa por disco
Su primer álbum fue De Tripas Rock 'N' 'Roll' en 2016 y lo siguió Habitación 828 en 2018. Ahora llegó en junio Criminales del sueño, su tercer trabajo con la producción de Ricky Falkner y colaboraciones de Carlos Tarque, Shuarma y Pedro Guerra. Un disco nuevo que viene a contar otra etapa de su vida. “Se cierra una etapa y se abre otra”, señala Muti, “y en esta etapa, uno ha vivido, ha escrito, ha tenido momentos maravillosos y momentos de mierda”. “Me gusta pensar que los discos son como pequeñas fotos de los momentos que has ido viviendo en forma de canción”, cuenta.
Las once canciones del disco construyen así el álbum que “debe escucharse de principio a fin” por orden porque, “aunque no se ve a priori, las canciones están cosidas a mano, tienen una conexión y cuentan una cosa conjuntamente”. Son “11 estaciones con 11 emociones que se entrelazan entre sí y que intentan caminar hacia un lugar común que es hacer ese disco”.
Arriesgarse a algo diferente
El nombre del álbum habla por sí solo y se trata, incluso, de una dedicatoria. Criminales del sueño “habla de toda esa peña que le mata horas al suelo para conseguir hacer lo que le gusta”. Él mismo se confiesa como un criminal del sueño que ha robado horas a la noche para iniciar o acabar sus proyectos. Esa es la idea, “seguir adelante a pesar de que en un momento dado se haya tenido un altibajo”.
Esas horas quitadas al sueño y las ganas de seguir adelante llevaron al artista a decidir salirse de las líneas del purismo ‘rockambolesco’ y de lo que conocía para aventurarse a “pagar una deuda histórica” con otros géneros como la ranchera y boleros que también han formado parte de su vida a través de su madre y su tío. Es así como, en este nuevo álbum, de repente, entre sus melodías de rock, se lanza a tocar su primera ranchera, Accidentes Planeados, saliendo de su zona de confort y de esa dinámica que siguen algunos artistas de “hacer el mismo disco que hace 10 años”. “Se trataba de salir a jugar a otro campo, con otras condiciones climáticas y con otro balón, y ver cuál era el juego que sale, y bueno, muy contento con el resultado”.
Colaboraciones con amigos e ídolos
Al partido se han unido a jugar algunas personas, como Carlos Tarque, vocalista de M Clan, con quien canta La Chica de la Puerta, o Shuarma, del grupo Elefantes. Dos personas que de pequeño admiraba y creció escuchando en bucle sus canciones, y ahora se han convertido en conocidos y amigos que le acompañan en sus proyectos.
Pedro Guerra también se ha sumado a compartir micro con Muti. “Me parece uno de los mejores creadores de historias y canciones” con “una virtud para crear imágenes complejas con un vocabulario sencillo que llegue”, destaca el músico canario.
Para Muti, las colaboraciones son algunas de las recompensas de su trabajo, que desde hace tiempo decidió que sea por completo la música. Ha labrado así “un camino largo de construcción personal” por el que sigue apostando, aunque “sacar discos cada vez se hace un poquito más cuesta arriba”. El artista considera que el éxito no es dar el pelotazo o ser Taylor Swift. Lleva huyendo “durante mucho tiempo de esa perspectiva que nos han vendido” para adentrarse en “una visión bonita” de poder vivir de lo que le gusta, “holgadamente” y “con respeto” a su profesión.
Por el pueblo de Palestina
En este camino su visión de la música, el papel que juega en su vida, así como “también una responsabilidad histórica” al ser su padre palestino, han conducido a que el artista incluya desde hace tiempo en su repertorio - aunque en ningún disco - una canción que escribió cuando solo tenía 16 años para hablar del genocidio que vive Palestina.
El año pasado realizó una versión junto a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, destinando toda la recaudación a una campaña de UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina). “Cuando se deja de hablar de las cosas, las cosas se mueran y la mejor forma que yo tenía de hacerlo era a través de una canción. La música no es algo tan necesario como un contenedor de ayuda humanitaria, pero si puede ayudar a difundir un mensaje”, afirma Muti.
Planes de futuro
Su siguiente paso tras la publicación de su disco, cómo no, son los escenarios. “En unas semanas anunciaremos las primeras fechas de la gira”, adelanta el músico, que empezará a dar conciertos entre otoño e invierno “en auditorios, teatros y salas” para ya el verano que viene saltar a los festivales.
Estos conciertos podrán disfrutarse en varios formatos. Por un lado, el formato junto a la banda, además del formato acústico, “más reducido donde las canciones se muestran como nacieron prácticamente”, creando un ambiente “mucho más íntimo y cercano”.
De aquí a que se marque la fecha en el calendario del próximo concierto de Muti, queda escuchar su disco de “arriba a abajo” y estar atentos de aquí a final de año a que “aparezca alguna colaboración más con amigos” de sorpresa.