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Cultura

Protegidos los mayores restos aborígenes que prueban la cremación como rito funerario en Tenerife

Escondidos entre cañaverales y sometidos al expolio y la degradación hasta 34 yacimientos arqueológicos que cuentan con un importante valor científico acaban de ser declarados bienes de interés cultural

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Zona Arqueológica en el Barranco de Agua de Dios, en el mismo barranco donde se encuentran los restos guanches del Barranco de Milán. / GOBIERNO DE CANARIAS

La zona de Tenerife donde se han encontrado las evidencias más “extensas y claras” de que los guanches practicaban la cremación como rito funerario ha sido declarada como Bien de Interés Cultural tras años expuesta al expolio y la degradación. Hasta 34 yacimientos arqueológicos de un importante valor patrimonial en el Barranco de Milán, entre Tegueste y La Laguna, han obtenido esta categoría de protección. 

Así lo ha considerado la Dirección de Planificación del Territorio y Patrimonio Histórico tras los estudios realizados en este barranco situado entre Tegueste y San Cristóbal de La Laguna. La “extraordinaria riqueza arqueológica” pese a su “mal estado de conservación” ha sido la que ha llevado al Cabildo de Tenerife a considerar la protección de estos yacimientos que se encuentran a lo largo del cauce.

A lo largo del barranco

Para situarse, estos restos arqueológicos se encuentran entre el valle de Tegueste y la zona de Tejina, al norte de la isla de Tenerife. Desde la cumbre hasta la costa un barranco recorre ambos municipios, que a lo largo de su cauce, recibe diversos nombres: Barranco de Guerra, Barranco del Murgaño, Barranco de Agua de Dios, Barranco de La Fuente y, por último, Barranco de Milán, donde está el objeto de esta protección. 

Zona donde se encuentran los restos arqueológicos en el Barranco de Milán. / CABILDO DE TENERIFE

Este último tramo se encuentra desde la rotonda que marca la entrada de Tejina hasta la costa, siguiendo el cauce original del barranco, que justo antes de esta rotonda se ve interrumpido por una presa. Encajados en un barranco de paredes verticales y subverticales y prácticamente escondidos por cañaverales existen al menos 34 yacimientos arqueológicos. 

Un hito científico

Entre estos yacimientos hay ocho que se usaban a modo de habitación, mientras que el resto son oquedades destinadas a un uso funerario. Algunos estudios lo que argumentan ante esta preponderancia de cuevas funerarias es que en la zona intermedia del barranco tenía un uso “preferentemente habitacional” mientras que hacia el extremo superior e inferior del cauce predominaban los usos funerarios, sin que fueran excluyentes. 

Tal y como indica la orden que dictamina esta protección uno de los “hitos científicos” de estos restos es que en el Barranco de Milán “se ha documentado por primera vez en la isla, de manera fehaciente, la práctica de la cremación como rito funerario”. Esto se sabe porque se han encontrado cuatro yacimientos arqueológicos donde aparecen huesos cremados, “ya sean relacionados con extremidades (tibias, cúbito/radio y peronés), como alguna calota craneana, clavículas, costillas u otras piezas anatómicas de pequeño tamaño”.

Materiales etnográficos

Los investigadores también han encontrado “testimonios materiales de naturaleza etnográfica e histórica” como materiales de aprovechamiento de cal, la explotación de la “célebre” paleoduna “arena de Milán” y prácticas del enriado del lino.

En su conjunto, estas cuevas naturales conforman un denso poblado similar a los que ya han sido protegidos en Barranco de Agua de Dios, en la parte alta del cauce. Así, a lo largo del recorrido del barranco, que hace siglos no estaba limitado por grandes infraestructuras, los guanches crearon pequeños asentamientos, que ahora, en su conjunto se cree que “posiblemente” sea “el mayor ámbito habitacional conservado de la etapa prehispánica en toda la isla de Tenerife”. 

Paleodunas en Bajamar, cerca de los restos protegidos. / FACEBOOK DE MUSEOS DE TENERIFE

Un gran asentamiento

Pero es una afirmación que se hace con cautela. Entre Tegueste y Tejina existe un tramo de barranco “relativamente pobre en yacimientos arqueológicos”, lo que puede romper ese conjunto. Además “las importantes infraestructuras desarrolladas sobre parte de ese cauce, obligan a considerar el tramo de Barranco de Milán como una gran unidad arqueológica individualizada y diferenciada”, de las que se encuentran en lo alto del barranco. 

La protección de estos yacimientos urge a raíz de la expansión de infraestructuras que en los últimos años se ha desarrollado en la zona. “Desde el siglo XVI se ha ido produciendo una transformación paulatina del barranco, con una mayor degradación ambiental a lo largo del último siglo, en conjunción con la extensión del urbanismo y la agricultura intensiva”, informa la orden. Una degradación que además se ha visto agravada por el expolio, no reciente, de los restos arqueológicos.