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Cultura

Peñón Rock 2024, día 1: Fa fa fa fa fascinados (y por qué Depedro es más de lo que crees)

Hablar del artista madrileño me recuerda a la leyenda apócrifa de Lola Flores en Nueva York: "No canta, no baila, no se la pierdan"

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El cantante madrileño Depedro se mezcla con el público en el Peñón Rock./ MAR ABIERTO

Cuenta la leyenda apócrifa que cuando Lola Flores se presentó en Nueva York para actuar en el mítico Madison Square Garden (¡la vida puede ser maravillosa!) el cronista de turno escribió unas palabras que hoy son historia: "No canta, no baila, no se la pierdan".

Tres sentencias que, reformuladas, bien podrían aplicarse a Depedro. No es el futbolista, no llena el Peñón pero, cuando vuelva por Tenerife, no se lo pierdan. El repertorio del cantante madrileño tiene todo lo que se le debe pedir a un trovador del siglo XXI.

En él hay un poco de todo, están Serrat y Sabina, Lluís Llach e Ismael Serrano. Algunos dirán que este es más indie si cabe, que es la fórmula que se inventaron los modernitos para justificar que no llenen estadios sino las salas más IN -insospechadas, íntimas, incómodas a veces…- estilo Espacio Aguere (RESPECT!).

Siendo sinceros, en noches como las del viernes en el Palmetum esa injusta argumentación cobra todo el sentido. Escuchar temas imprescindibles como Nubes de papel o Te sigo soñando -inolvidable su inclusión en El insoportable peso de un talento descomunal, el metacine de Nicolas Cage hecho virtud- en un recinto a medio llenar, por ser amable, es anticlimático, pero no hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que el bueno de Jairo (su nombre original) ha lidiado en más de una ocasión con ello.

Lo mismo le habrá pasado otras tantas a Sidonie, que por muy fa fa fascinados que nos tenga a muchos sufre lo mismo cuando de lo que se trata es de juntar en la ecuación Tenerife y un recinto de grandes dimensiones. Un aplauso sin un ápice de ironía para los promotores que aun se arriesgan a traer a un perfil de artistas que, mal que nos pese, no tienen arraigo entre la sociedad isleña. No hace falta que anticipe aquí cómo de lleno va a estar el I Love Reggeaton del próximo noviembre.

Cierto es que el trío formado por Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pi atrajo a más gente y ofreció un espectáculo a la altura de su estilo psicodélico en el que es fácil encontrar referencias del mejor Bowie. Escuchar en directo Carreteras infinitas siempre es un placer.

La dinámica ascendente la aprovechó Mastodonte, el proyecto musical de Asier Etxeandia y Enrico Barbaro. Su teatral puesta en escena (me perdonarán, pero siempre me recuerda a Locomía) fue el colofón perfecto para una primera sesión que hoy culmina con la presencia de Hombre G, que congregará a mucha más gente porque, no nos engañemos, la nostalgia tira.

Fue de nostálgicos la presencia de Niños Mutantes en su despedida de Canarias, una actuación digna de sus 30 años de éxitos con los que han inspirado a muchas de las bandas que hoy pueblan nuestra geografía. Delokos y Ni 1 Pelo de Tonto inauguraron una tarde amenizada con food trucks y atracciones al más puro estilo feria, uno de los mayores y más divertidos atractivos para los presentes. Los que hoy vuelvan, repetirán.

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