Quevedo no necesita presentaciones. Si alguien lo nombra, todo el mundo sabe que es ese joven de 21 años natural de Las Palmas de Gran Canaria que está batiendo todos los récords. El artista español más escuchado en el año 2022, que saltó a la fama mundial con Cayó la noche, sacó hace una semana Donde quiero estar, un álbum con 16 sencillos que suman millones de reproducciones en las plataformas digitales.
Su éxito es indiscutible en Spotify, pero la decidida apuesta que ha hecho el canario por los videoclips para Youtube es indiscutible. Nueve días de rodaje recorriendo Gran Canaria con la seguridad de que el mundo tendría la vista puesta en su lanzamiento lo ha hecho ganarse, más aún, el corazón y la fidelidad de sus paisanos.
Diez ubicaciones
Moya, la charca de San Lorenzo, el barrio de San José, la presa de Las Niñas, El Carrizal, Guayadeque, las dunas de Maspalomas, el Auditorio Alfredo Kraus, Pasito Blanco y el Puerto de La Luz. Enclaves icónicos de la geografía grancanaria que mostró en cada uno de los vídeos. Un trabajo realizado por las productoras Antiestático y Macaronesia —esta última daba el soporte que fuera necesario al ser una empresa canaria.
Eric Ceballos, jefe de localizaciones de los videoclips, dice a Atlántico Hoy que trabajaron a contrarreloj para plasmar la esencia del artista. “Él lo ha comentado en muchas ocasiones, que se ve muy reflejado en el álbum”, apostilla.
"Un referente de lo que somos"
Ahora los leales solo me ven por Youtube, canta Quevedo en el último tema del disco en lo que parece un homenaje a los suyos, a quienes lo han apoyado desde el principio cuando aún no había alcanzado la repercusión con la que cuenta ahora mismo. Ceballos cree que el cantante se siente identificado con la gente y que hay que agradecérselo: “Al final es un referente de lo que somos y de lo que podemos ofrecer”.
Una cercanía y amabilidad con las personas por parte del artista que el jefe de localizaciones pone en valor. “Cuando la gente lo paraba para saludar era súper cercano”, cuenta Ceballos, alguien que se enfrentó al reto —junto con su equipo— de plasmar en imágenes un disco hecho por un canario para la gente de su tierra.
Quevedo y los fans
El vídeo pensado para la canción Wanda se desarrolla en el interior de una peluquería en el que varios jóvenes disfrutan del tema. El municipio elegido para esto fue Ingenio, en la localidad de El Carrizal. Ceballos cuenta una anécdota de ese día de rodaje para describir esa cercanía de la que habla sobre Quevedo.
“El día que rodamos en El Carrizal él tenía que entrar a la peluquería y estaba fuera en la calle. Entonces, la gente empezó a pararlo para sacarse fotos. En ese momento, él les dijo que estaba grabando y que cuando terminara saldría a estar con ellos. Esos son gestos que demuestran cercanía”, relata Ceballos.
"Podemos ofrecer más"
En ninguno de los 16 videoclips, el tradicional sol y playa tiene protagonismo. Para Ceballos, eso es porque las islas pueden ofrecer más cosas. “Al final no sé qué importancia puede tener la playa dentro de la vida de Pedro, pero todo lo que es él se ve y eso está impregnado en todas las decisiones del equipo creativo y de la productora”, opina el jefe de localizaciones.
Uno de los escenarios elegidos fue la costa de Moya. Allí cobra vida la canción Yankee con chavales del barrio jugando al baloncesto o con señoras hablando en la puerta de casa con una silla de playa. “En mi equipo buscamos a contrarreloj y entre todos salió la idea de ir a Moya para plantear opciones y les encantó el sitio. Él se siente identificado con el fútbol, el mar, la playa y varios rincones de la isla”, dice Eric Ceballos.
Una narrativa diferente
En la ruta por la isla que hicieron en menos de una semana y media grabaron también en el restaurante Centro Guayadeque, un lugar que Ceballos cataloga de espectacular. “El sitio es espectacular y los que somos de aquí lo reconocemos porque en algún momento nos han llevado a comer allí. El resumen es que es algo que funciona”, sentencia.
El proceso de grabación está lleno de momentos que no olvidarán quienes fueron partícipes, como cuando el día de la final del mundial de Qatar agregaron a su material de trabajo dentro del Auditorio Alfredo Kraus un Ipad con el partido entre Francia y Argentina.
Una experiencia que ha tenido como resultado un producto que desde el punto de vista creativo es como una película. Ceballos cuenta que los vídeos tenían que funcionar de manera individual, pero teniendo una relación. “A nivel narrativo es muy diferente”.