Embarcar en un cayuco supone dejar mucho atrás y la magua - o nostalgia - siempre permanece en los corazones de quienes se lanzaron al mar en búsqueda de una vida mejor. Esa magua queda recogida en la nueva exposición colectiva que se inaugurará en Casa África el próximo 4 de octubre hasta el 3 de diciembre.
Entre fotos, esculturas, pinturas, grabados, vídeos y ropa, se retrata la pena que sienten las personas migrantes al dejar atrás su tierra, su identidad y sus costumbres, poniendo el foco en sus relatos al aventurarse en cayucos hacia Europa. La muestra incluye obras de reconocidos artistas como Mamadou Gomis, Juan González, Orlando Hernández, Fátima Suleimán, Esther Vega y Javier Camarasa.
Ropa abandonada en la playa
Camarasa, residente en Fuerteventura, presentó una instalación con prendas de ropa abandonadas en las playas de la isla por personas migrantes que llegaron en 2001. Al arribar a tierra en las embarcaciones precarias, llegaban mojados y muchos traían consigo un hatillo de ropa seca que se ponían una vez en tierra, dejando atrás las prendas con la que habían realizado la travesía.
El artista, con la colaboración de Cruz Roja, reconstruyó las historias personales de los propietarios de esas prendas, creando una narrativa visual que acompaña la instalación con fotos de cómo fueron encontradas.
La dura travesía
La muestra también presenta grabados de Fátima Suleimán, que evocan los juegos de la infancia en África, con los que pretende simbolizar los juegos de infancia del imaginario colectivo que acompaña a los migrantes africanos en su arriesgada travesía hacia Europa.
Unos viajes en los que ponen en peligro o pierden sus vidas, y que preferirían no hacer, como explican muchos en los vídeos de Camarasa, pero a los que se ven abocados ante la imposibilidad de hacerlos, dada la carestía de los visados, por vías seguras, como las aéreas, que sí pueden usar los europeos para ir a ese continente.
La nostalgia de migrar
Según José Segura, director de Casa África, la exposición parte de una premisa universal: la nostalgia que todos los pueblos sienten al migrar. En Canarias, este sentimiento se describe como "magua", término que da nombre a la muestra.
El comisario de la exposición, Javier Mamely, invita a los visitantes a interpretar las "segundas y terceras lecturas" que encierran muchas de las piezas, como las esculturas de Orlando Hernández, que aparentemente homenajean a los vientos, pero podrían simbolizar la memoria y los secretos que viajan con los migrantes.