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Cultura

Mabel Lozano, ganadora de un Goya por ‘Ava’: “Es muy fácil hacer pornografía del sufrimiento humano"

El corto documental de la cineasta se proyectará en el Museo Elder, Las Palmas de Gran Canaria, el próximo 12 de septiembre

3 minutos

Mabel Lozano ganó el Goya 2024 a mejor cortometraje documental por 'Ava' / MONTAJE AH

El cortometraje ‘Ava’, dirigido por Mabel Lozano y ganador de un Goya 2024, se proyectará el próximo 12 de septiembre en el Museo Elder de Las Palmas de Gran Canaria. La directora retoma en este documental su compromiso con la denuncia de la trata de personas y la explotación sexual, en esta ocasión sobre la trata de mujeres y menores con discapacidades intelectuales. 

La también escritora y activista comparte con Atlántico Hoy los detalles y la motivación detrás de su obra con la que se desliga de “la pornografía del sufrimiento humano” para mostrar una realidad que genere en el público un debate y pensamiento crítico sobre las situaciones que se siguen produciendo contra las mujeres. 

Testimonios

Este corto documental - que ha llevado a Lozano a ganar su segundo Goya, tras el que obtuvo por 'Biografía del cadáver de una mujer' - cuenta la historia de Ava, una adolescente que coge el metro para ir al instituto, pero cuando María la llama para preguntarle qué tal le ha ido el día, el móvil de su hija está apagado. Ava nunca llegó al instituto esa mañana. Alguien la había interceptado en el metro. La niña es captada por una red de trata. 

El testimonio de la madre de Ava llegó a Lozano a través del inspector de policía con el que colaboró para su libro ‘PornoXplotación’. Ava, una menor con discapacidad intelectual, nació en un entorno con una madre prostituida y atrapada en las drogas. La directora cuenta que María fue a Colombia y la adoptó. “Pensó que en España no le iba a pasar lo mismo que le podría pasar en Colombia, mucho más lejos de la realidad”, subraya. 

Lozano explica que la historia de Ava es un reflejo de una realidad alarmante en el ámbito de la prostitución: la captación de mujeres con discapacidad intelectual, quienes, al no mostrar signos externos de su condición, son más fáciles de explotar y menos propensas a denunciar a sus proxenetas. Durante su investigación, Lozano descubrió numerosos testimonios de mujeres en esta situación, señalando la falta de recursos específicos para ellas y la invisibilidad de este problema que, aunque existente desde hace mucho tiempo, rara vez se aborda.

Debate y reflexión

La cineasta aborda esta historia en 18 minutos de documental alejados de la clásica visión sensacionalista y bruta ligada a estos temas en el mundo del cine, sino a través de imágenes que llamen a la reflexión y el pensamiento crítico. “Es muy fácil hacer pornografía del sufrimiento humano, el amarillismo vende, pero eso no genera proactivismo. Eso lo único que genera es pena y creo que la pena es un sentimiento que no lleva a ninguna parte”, denuncia Lozano. 

Considera que la ciudadanía está anestesiada de ver tanto dolor y no llega a esa reflexión. Por ello, en ‘Ava’ habla de la esclavitud humana y la violación de los derechos “en los márgenes de los derechos humanos” con una visión y estética cinematográfica “muy atractiva y bella”,  fuera de ese pensamiento de que “para contar cosas muy dolorosas hay que hacer mucha pornografía”. Es así como la belleza del corto permite al público escuchar para ir pensando y reflexionando el por qué no sabía esta información y todo lo que supone. “Todo el mundo cuando sale después de ver ‘Ava’, genera ese debate y esa reflexión”, indica la directora, que recalca que “nadie piense que va a ver un corto donde hay pornografía, al contrario es un corto gráficamente muy bello”. 

“Cine de batalla y temas de mujeres”

Este corto supone una muestra de su evolución como cineasta. “Si veo mi primer largometraje documental de hace 20 años y veo ‘Ava’, he hecho una evolución muy grande. Eso me permite llegar a los grandes festivales, a los Goya y a más personas al poder tener mucha más proyección”, expone.  

No obstante, como mujer y directora se sigue encontrando ciertos panoramas y opiniones desalentadores y desagradables, como la categorización de “cine de batalla” o el clásico “tema de mujeres”. Así fue calificado su cortometraje por hombres del sector al presentarlo en un festival.  “El problema es que a ellos esta batalla no les interesa porque piensan que es una batalla de mujeres, no una batalla universal de justicia social. Si hubiera presentado, por ejemplo, un documental sobre ETA o sobre cualquier cosa les hubiera encantado”, describe Lozano.

Para ella, esa idea de pensar que estas temáticas solo van con las mujeres se aleja de la realidad, pues “quiénes consumen prostitución y demandan sexo de pago son los hombres. Es la ley de la oferta y la demanda, por tanto, si no hay demanda, no habría oferta”, sentencia, pensando en la necesidad de continuar dando voz a la realidad que capta en sus creaciones cinematográficas.