Niños y niñas de diferentes colegios de Las Palmas de Gran Canaria van entrando al Teatro Pérez Galdós. Siguen las indicaciones de los acomodadores y toman asiento. Se nota el revuelo y la novelería de estar fuera de las aulas, así como la disposición de disfrutar de lo que pueda ocurrir en el escenario. Cinco bailarinas a golpe de tacón montan una rebelión y, entre asombros, gritos y aplausos de los más pequeños, representan una versión de Rebelión en la granja, de George Orwell, con pasos de flamenco.
El espectáculo Rebelión, que presenta Marea Danza, una compañía de danza española y flamenco de Valencia, forma parte del Proyecto Educativo promovido por la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas. El propósito principal es favorecer el interés de niñas y niños por la actividad cultural. Por ello, la mañana del 26 de octubre, casi 500 estudiantes de primaria han podido disfrutar de esta obra.
Mensaje proletario
Siguiendo ese mensaje proletario que caracteriza al clásico de Orwell, cinco obreras aparecen en el escenario, víctimas de unas jornadas laborales sin descanso, al servicio de las máquinas y con el único objetivo de producir en cadena. No obstante, en ellas se despierta algo, sienten ese momento de dar un golpe y gritar “basta”.
Las cinco protagonistas montan una rebelión al puro estilo del taconeo propio de la danza española y el flamenco. Sin necesidad de un amplio diálogo y acompañadas de una banda sonora que refleja el mensaje del deseo de ver el sol más allá del trabajo, las bailarinas representan sobre el escenario “el agobio, las jornadas duras de trabajo y el momento de rebelarse”, explica Elena Marava, una de las intérpretes, a Atlántico Hoy.
Valores y flamenco
La compañía Marea Danza intenta que en cada espectáculo que hacen, ya sea destinado a un público infantil, familiar o adulto, se transmita un mensaje y unos valores, según Marava. En el caso de esta obra, “el trabajo y la disciplina, acompañado de querer ser dueña de una misma y, hasta dónde puedo llegar y a dónde me va a llevar”.
Asimismo, más allá de los valores que transmite la obra de esta ocasión, con sus trabajos buscan mostrar la versatilidad del flamenco, mostrándolo fuera de la clásica escena de “la peineta, la flor y los cantaores”. Desde la compañía consideran que este tipo de espectáculos suele verse más en disciplinas como danza contemporánea o clásica, pero en danza española “son muy poquitos en los que se hace algo para público infantil o con un guion tipo cuento”, señala la bailarina.
La visión de la infancia
Se forjan así dos pilares que definen a Marea Danza, la importancia de la enseñanza de valores y la puesta en valor del flamenco. Pero, ¿es la infancia capaz de entender los mensajes tan complejos de una obra de este calibre? Para Marava, a cada edad le corresponde un imaginario y es así como cada niño y niña hace su propia lectura.
“A lo mejor un niño más pequeño se fija en los animales, si le hacen más o menos gracia, mientras que quizás uno más mayor, se queda más con el mensaje de las hora de trabajo, del esfuerzo que conlleva trabajar en una empresa y las ganas de decir hasta cuando voy a tener mi vida”, manifiesta la actriz. De esta forma, en el teatro, al igual que en las películas de la infancia, los mensajes van apareciendo a medida que se va creciendo, cambiando la forma de ver las cosas.
Un público crítico
Actuar para niños y niñas es todo un mundo. Se convierten, en cierta forma, en un público crítico con cada expresividad, aplauso y participación que hacen durante la obra. “Es diferente desde el momento en que estás preparada en bambalinas porque el ambiente no es el mismo”, expresa Marava. Es desde ahí, incluso sin haber entrado en escena, cuando ya se escucha la inquietud del público pequeño, que no duda en dar su feedback durante el espectáculo y nada más acabar.
Teo, Rubén, Miriam y Elena, con tan solo 10 años, se han convertido en críticos teatrales en este medio. No es la primera vez que vienen al teatro, quizás es la segunda, tampoco tienen mucha experiencia en la butaca. No obstante, eso no les ha impedido forjar su opinión sobre el espectáculo que acaban de ver. En líneas generales, las críticas son muy positivas.
Mensaje pillado
Ninguno de los cuatro estudiantes del CEIP Giner del Río conocía la historia de Rebelión en la granja, “pero en clase la profesora nos puso un vídeo al respecto y nos contó por encima la historia”, señala Miriam, por lo que ya venían con un poco de contexto.
A diferencia de lo que se suele pensar sobre las capacidades de entendimiento de los más pequeños, estos sorprenden con su respuesta. Claro que han entendido el mensaje, lo han pillado al vuelo. “El mensaje es rebelión y que las personas tienen que tener derecho también a descansar, a no estar todo el día trabajando”, indica Teo. “ Tienen que tener tiempo para estar con su familia y sus amistades”, añade Elena.
Nuevos fans del teatro
La obra les gustó mucho y resaltan la particularidad de la narrativa a través de la danza española. “Los movimientos eran muy expresivos”, apunta Rubén. Tanto a él como a su compañero de clase, les sorprendió cómo las protagonistas se han aprendido el texto y los pasos de baile. “Todo les salió bien y no se equivocaron en nada”, puntualiza Teo.
Todos coinciden en que se la recomendarían a más gente e incluso les gustaría repetir. Parece que el teatro les ha cautivado y no será la última vez que se sienten en la butaca a disfrutar de otro espectáculo, ya sea de nuevo con el colegio o sus familias. “Ir al teatro no es lo mismo que ir al cine. Está pasando sobre el escenario y no a través de una pantalla. Eso para mí es una sensación muy grande”, son las palabras de Elena que siendo las más echaita palante del grupo al hablar, también se ve como la más enamorada de este nuevo mundo cultural que se abre ante sus ojos.
Teatro educativo
Es en estas palabras de una niña de 10 años donde se ve cumplido el objetivo tanto de la compañía Marea Danza, como de la Fundación Auditorio y Teatro de introducir desde edades muy tempranas a niños y niñas en el mundo de la cultura.
A Tilman Kuttenkeuler no le gusta mucho la palabra ‘educativo’ para hacer referencia a este proyecto. “El teatro en general siempre tiene un punto educativo porque se espera que el público salga con más ideas y reflexión en la cabeza que al entrar”, enuncia el director de la Fundación. Eso es lo que buscan estimular con este proyecto. Para él el concepto de ‘educativo’ en esta ocasión no es “un siéntate con la libreta a aprender la lección, sino del disfrute y reflexión del teatro desde una butaca”.
Próximas actuaciones
En este proyecto, los principales invitados al teatro son los colegios; no obstante, la función se repite un día después de la muestra a los centros educativos para el público en familia y general. Rebelión podrá disfrutarse el viernes 20 de octubre a las 20:00 horas en el Teatro Pérez Galdós. Y la oferta cultural educativa en noviembre continúa con Como chispa de cañón, Esperando a Lucky y Mis primeras fábulas.
Se forja así la oportunidad perfecta de disfrutar del teatro con los ojos de un niño o niña, desde la inocencia y la sorpresa, además de la magia de ver las cosas por primera vez, como el primer baño en la playa, esa primera vez de sentarse en la butaca roja del Pérez Galdós con el escenario enfrente y los mosaicos del techo observando.