Granca Live 2024: Maná y Estopa demuestran la importancia del dónde y el cuándo

El inolvidable verde de la Unión Deportiva fue ocupado por 30.000 almas que corearon las canciones de una generación que comparte vínculos indisociables con los cabezas de cartel

Jaime Pérez

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Los hermanos David y José Muñoz, Estopa, y Fher, vocalista de Maná./ EFE - ÁNGEL MEDINA
Los hermanos David y José Muñoz, Estopa, y Fher, vocalista de Maná./ EFE - ÁNGEL MEDINA

Decía Saramago que la identidad de una persona no está determinada por dónde o cuándo nació porque la propia identidad “consiste, simplemente, en ser, y el ser no puede ser negado”. No estoy de acuerdo con la primera parte, al menos musicalmente hablando.

Podría considerarse un éxito la primera jornada del Granca Live Fest 2024 con Robbie Williams como reclamo internacional, en consonancia con el target al que fue dirigida esta edición, En el primer supuesto funcionó, porque hubo varios transportes fletados para trasladar a muchos extranjeros desde el sur e incluso de otras islas.

El viernes ya desde Juanes se vio cristalino que el compositor de Angels iba a ser el cabeza de cartel menos visto de los tres días de festival. De una manera casi insultante.

Lo del sábado enmendó la plana a la primera parte del argumento del escritor portugués. El inolvidable verde de la Unión Deportiva fue ocupado por 30.000 almas que corearon las canciones de una generación que comparte vínculos indisociables con Estopa y Maná, tan distantes en su forma como similares en su fondo.

Sin comparación

Jornada sabatina, sí. No jugaba España, también. Pero no se mezclan peras con manzanas ni se hacen experimentos con gaseosa cuando un festival de estas dimensiones quiere ser rentable.

La portorriqueña Kany García abrió las puertas de un estadio que lucía como en las más ilustres citas. Mientras el mariacheño Christian Nodal cantaba el reciento se llenaba y se escuchaban las primeras predicciones: “Lo de hoy va a ser épico”.

Casi eran las nueve de la noche. Aquello parecía los prolegómenos de un partido de ascenso. Entonces… esto es Estopa. Como Robbie en solitario, el duo celebraba su veinticinco aniversario, pero siendo las canciones de ambos parte del imaginario colectivo de aquellos años locos, el (de) dónde adquiere un matiz definitivo.

Más bien el cómo. No sé si es apócrifa la cita de ese cantante que no recuerdo que decía que prefería el español porque es el único idioma que tiene mil formas de decir te quiero.

Vino añejo “estopario"

Lo profetizaron en su segundo disco para que llegados a este punto (después del bombazo de su álbum homónimo sabían que bolos iban a tener hasta que ellos quisieran) Vino tinto se llenase de todos los matices de la edad, como el lobo estepario de Hermann Hesse.

Pasa lo mismo que con Melendi. Ya no son los niños malos de barrio; sí los burgueses que ya no pueden negar que lo son (“Me gusta vivir bien”, David Muñoz dixit) y, sin negar un poco influencia woke, ya no te cantan en un festival, por muy aniversario que sea, Poquito a poco. Las noticias que llegan ahora de Holanda son de CBD porque cantar “anda dame que fume porque me siento solo” te mete en un jaleo antes de que puedas gritar Granca.

El feroz aporreo que Jose aun imprime a la guitarra es lo que más recuerda a aquel espíritu canalla que hizo famosos a los de Cornellá -de cuya fuente bebió Melendi- y que décadas después, más maduros y conservadores, solo se atisba en contadas ocasiones.

No lo necesitan los artistas que como ellos ya tienen una serie de clásicos que, como sucedió ayer, llevan en tropel a sus fieles a cada nueva cita, dejándose la voz y el físico para cantar a pleno pulmón sus temas favoritos.

El maná

Con el hueco español nacional con Estopa perfectamente cubierto había que acompañar el internacional un grupo igualmente importante, y ninguno lo es tanto como Maná. La banda mexicana lleva más de treinta años de carrera que la han llevado a visitar en múltiples ocasiones Canarias, pero todavía parece que cada ocasión es la primera.

Sus himnos no requieren reinterpretación y siguen sonado con la misma fuerza que antaño, ya sean sus canciones más roqueras o las más lentas, las que siempre se llevan el gato al agua con el público como En el muelle de San Blas o Rayando el sol, que, cómo no, cerró terminó su actuación.

Respetó la lluvia en gran medida en la última jornada aunque no parece que ayer en Siete Palmas hubiera nadie dispuesto a dejar el recital antes de los últimos acordes tocados por la formación liderada por Fher.

Al terminar ya fue otra cosa. La desbandada fue de unas proporciones inmensas. Casi pareciera que nadie sabía que cerraban el festival Jhayco y Cruz Cafuné, la nueva hornada de cantantes que está robando con ritmos nuevos los corazones de las nuevas generaciones. Aun así quedó la suficiente audiencia para que la noche acabara por todo lo alto, con algún que otro problema en forma de retraso pero sin comparación con el desastre de Black Eyed Peas.

El dónde y el cuándo. En español y para los millenials. Éxito asegurado.

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