*Laura López Terrón, autora de los fantásticos reportajes acerca de las flores comestibles, cada semana en la página web especializada huleymantel.com (Grupo AtlánticoHoy), aporta estos pensamientos en la situación impactante en la que se encuentra el planeta.
"Hoy hablé con Mariu, es una amiga que aunque todavía no la conozco en persona, siento una conexión especial: ambas somos conscientes del poder que las flores para mover sensibilidades y, por ende, despertar la belleza que existe en ellas.
El desafío de permitirse mirar hacia dentro y tomar la responsabilidad de la vida que nos toca vivir, cada uno en sus circunstancias, puede ser una carrera imposible sobretodo cuando el clima que domina es el de los miedos, las escusas, las quejas y las culpas.
Hoy también leía a Lorena, una tía súper energética capaz de desarrollar mil trabajos de diferentes naturaleza, entre ellos bailar. Seguro que ahora ella baila en casa, pero también su arte ha pasado a un segundo plano, el bailar como deleite del ánimo y el espíritu se ha condenado a puertas de casa de cada uno para dentro. Eso me hace pensar lo mucho que echo de menos el tango, aunque sólo lleve dos meses intentando caminar.Caminar y sentir el abrazo del otro y como la música mientras se comunica entre nosotros. Ahora toca decirse a sí misma que los abrazos no son vitales y que por salud debes sobrevivir sin ellos… puede que se me olvide el caminar, pero ¡que bien voy a saborear los abrazos!
Sí amiga, el tango parte de sentir el abrazo, luego caminas… y ya si eso, hacemos florituras… me recuerdo las palabras de Bruno cada vez que me imagino perdiendo el paso.
Con Mariú también me cuestionaba el sentido de este medio de producción que tirará y que está tirando tantas flores a la basura por los muertos que no se velarán, las bodas que no casaran y los cumpleaños que no se regalarán... En el medio de toda esta tristeza ella ha decidido hacer un pedido de flores.
- Sí, se las quiero regalar a mis amigos, son las únicas que nos pueden recordar en las ciudades donde estamos confinados entre cuatro paredes que la primavera ha llegado.
Ellas son capaces de vivir aún habiéndolas cortado de la planta madre, son capaces de mostrar lo bello de ellas mimas casi como un acto de magia. Creo que ellas representan la mayor metáfora que estamos viviendo en estos momentos: durante unos días, se nos ha cortado de nuestra rutinas, de las proyecciones y estimaciones que teníamos pensadas para el próximo año, de los viajes y trabajos programados, de lo que creíamos iba a ir como nosotros pensábamos.
Mi madre, vive en un pueblo un poco mayor, esta semana ha sacado las vacas al prado, cada día, da de comer a las gallinas, pavos, gatos y conejos. Por las noches borda y cocina un plato que se le antoja. Para ellos, sus vidas no han cambiado tanto. Y ya que desnudamos a los demás, a mi también me toca. A mi compañera Helena el aislamiento le ha tocado en casa de su novio, normal. Cuento con días completos para mirar hacia dentro, vivir el presente sin especulaciones y pensar en la manera que puedo aportar valor a las personas.
De nuevo la finca me cuida a mi, me permite conectarme, cuidar de las plantas, observar y reflexionar al ver las flores, las hierbas, la lluvia caer y las nuevas semillas que he de poner. Me propuse no ir al supermercado, me he negado a exponerme a una energía, de la que por suerte, puedo prescindir. Hoy a día 10 he grabado un video en el que hablo de flores y plantas aromáticas, claro; se me han ocurrido ya varias nuevas recetas basadas en las plantas de la finca, he hecho unas buenas cosechas de flores y también he empezado a pintar cuadros… bueno… por el momento no cuento más…
Todavía no he visto a ninguna de mis plantas protestar por el jarrón en el que las he puesto, ellas viven, las flores continúan siendo flores… pero no eternamente, el fin de las flores no es el de flor por si mismas, su fin es gestar nuevas semillas que darán nueva vida.